No hace ni sesenta días, cuando advertimos de la crisis “secreta” existente en el Consejo Nacional de Competitividad (CNC) donde las ambiciones desmesuradas de los miembros de las 28 fortunas más importantes de esta economía, más los otros 14 que están allí porque pertenecen al gansterismo político-empresarial, comenzaban a confrontarse y ante la desmesura terrible de ambiciones desproporcionadas desatadas por el monopolio de los contratos de obras y de servicios que el Estado, via el gobierno de turno provee y ahora con lo más reciente del control del presupuesto de la nación.
Hablábamos, de que lo mejor que ese conjunto empresarial y agregando los del CONEP como los de la AIRD y sin dejar de advertir sobre ciertos amaños del bancario, debería de hacer, es recomponerse y que pensando en sus intereses normales, comenzar a buscar y entre ellos mismos a un amable conciliador que buscara puntos de coincidencias y apartando lo que les divide y por eso sugerimos o más bien, nos fijamos, en el empresario emérito José Miguel Bonetti Guerra como el personaje más idóneo.
Desde luego, que nunca esperamos que se nos hiciera caso y por la simple razón, de que cuando se pasa de los ochenta años y con un estado físico y mental de una persona de cincuenta años, ya no se espera nada de nadie y se es inmune a halagos como ataques personales o de cualquier tipo y sí teniendo la convicción acerada de emitir una opinión lo más desprejuiciada posible y siempre pensando en lo mejor para los intereses permanentes de esta nación y su población.
Pero ahora que explotó la crítica feroz que el Departamento de Estado de EEUU y con el sugestivo titular de “Declaraciones de Clima de Inversión 2025: República Dominicana” y que se publicara ayer, entendimos que nuestra critica de hace dos meses y de golpe, había tenido sus efectos dentro del ámbito local, donde empresarios, industriales, comerciantes y banqueros, más le temen a que les despojen del visado estadounidense a tener encima una sentencia condenatoria de un tribunal por prácticas comerciales y empresariales ilícitas.
De ahí que ante este nuevo acontecimiento y que no es poca cosa y porque habla de que la administración Trump ha dado su primer “preaviso”, que si los empresarios del entramado empresarial triple que señalamos deberían prestarle la más decidida atención.
Para comenzar, la atrapada opinión pública debería de entender, que el porqué de la gran preponderancia e influencia de los funcionarios diplomáticos y comerciales estadounidenses en el ánimo de los empresarios criollo, tiene su origen en que más del sesenta por ciento de todos ellos, son ciudadanos estadounidenses, unos, residiendo en este país y otros porque son estadounidenses de origen dominicano.
Y lo que hasta ahora se ha mantenido oculto, porque todos los empresarios dueños de los medios de comunicación y de información de masas tradicionales, que bautizamos como los “barones mediáticos” y miembros todos en Competitividad o en el Conep o ya registrados en la Asociación de Industrias, han guardado con mucho celo que se divulguen sus verdaderas nacionalidades originarias y que es la razón del porque al frente de esos medios han colado a testaferros criollos como directores, editores, presidentes, comentaristas o supuestos propietarios de los principales medios en las redes sociales, en donde los lupanares mediáticos, dan la pauta de todo cuanto se dice o se divulga por esas cloacas de la amoralidad absoluta, que en mayoría se disfrazan de medios supuestamente decentes y con opinantes de parecido disfraz.
Por lo que hemos conocido, en Washington, un fuerte segmento de altos burócratas, de esos que cuando le hacen una llamada de apenas un saludo extraño, los de aquí brincan de sus asientos y se ponen a temblar, se encuentran hasta el tope con la terrible corrupción existente dentro del empresariado “dominicano” y por eso del llamado de atención que ha sido hecho con el informe que más arriba mencionamos.
¿Qué es lo que se teme en el Departamento de Estado?, que se han dado cuenta de que el presidente Luis Abinader no controla al aparato económico y financiero nacional y al grado, de que es verdad, que al entregarle el control del presupuesto del Estado a tres grandes bancos y diez altos empresarios, esa plutocracia está llevando a la administración pública, por unos derroteros de saqueo absoluto de los dineros públicos, apropiación indebida de los bienes del Estado, malversación de los dineros de los contribuyentes, más esa apropiación desmedida y groseramente irregular de licitaciones de todo tipo y al grado, de que por ejemplo, un solo empresario, Frank Rainieri -nacido en Haití y de origen italiano- se ha apropiado del proyecto Cabo Rojo y otro con su firma de ingeniería Estrella -Manuel- se ha beneficiado del monopolio de las contratas de construcción y a un nivel tan indecente, de cerca de 30 mil millones de pesos y solo desde el agosto de 2020 a la fecha y encima, apropiándose (Estrella) indebidamente de 300 millones de dólares pertenecientes al Estado, aparte, de que con sus medios de comunicación apabullan y tienen bajo secuestro a toda la opinión pública.
Las dos grandes quejas del informe estadounidense son: organización de licitaciones “más problemáticas intencionalmente para favorecer a empresas con conexiones políticas” y una burocracia oficial absolutamente corrupta en donde los sobornos y los fraudes priman y sin que el presidente de la República imponga los correctivos de ley y de lugar y puntualizándose “que el Gobierno no exige a las empresas privadas que establezcan códigos internos de conducta que, entre otras cosas, prohíban el soborno de funcionarios públicos”.
En otras palabras, lo que en realidad se está describiendo, es que tanto el gobierno de Abinader como todo el empresariado y el mundo financiero y con sus desafueros de gran corrupción, están llevando a este país hacia una gran encerrona que presagia una insurrección popular amplia y lo que entre líneas el informe del Departamento de Estado esboza y mostrando cierta inquietud que no se nos escapa.
En conclusión, solo advertimos, que los empresarios criollos a lo único que le tienen miedo, es que desde la embajada los llamen y les exijan explicaciones. Si es así deberían de preguntarse por qué EEUU denuncia de que en este país se beneficia a «empresas con conexiones políticas». Pero la angurria y el afán de lucro los ciega. Con Dios. (DAG) 28.09.2025
última actualización: 10:29 am.