La primera obligación constitucional de nuestras Fuerzas Armadas, es defender la integridad de la patria y enfrentar con las armas, cualquier actitud, disposición agresiva o planteamiento de fuerza que pudiera vulnerar nuestra soberanía.
Sin embargo, el presidente Luis Abinader y jugándose su propia calidad institucional, parecería que ha emitido atrevidas instrucciones para que ningún militar de este país se defienda y en el caso de que desde Haití o pandilleros o vecinos en la línea fronteriza se les ocurriera atentar y armados contra el territorio nacional y sus ciudadanos y que es lo que se presume, a raíz de la situación crítica que motiva este análisis político de Estado.
Por lo que se conoce, tal situación ocurrió la pasada semana y ayer fue que llegó a conocimiento de las redes sociales y hasta donde se conoce, los militares que contrarrestaron a tiros la agresión han sido detenidos y también reducidos a prisión.
Es inconcebible que situación semejante se haya perpetrado y que Abinader haya puesto en ridículo a nuestros militares, mientras por lo visto, insiste en fortalecer sus relaciones personales, económicas y políticas con la parte de la burguesía haitiana que Abinader asimiló en su gobierno plutocrático y la que está representada en el grupo Biggio y su director ejecutivo y al que designara como asesor presidencial para asuntos económicos y de seguridad.
Lo primero que hay que advertir, es que el Senado de la República, ya sus miembros debieron de haber pedido y exigido explicaciones al gobierno y constituirse en comisión para el sector militar e iniciar las investigaciones correspondientes y al tiempo de demandar del Poder Ejecutivo una declaración supletoria convincente al respecto.
Lamentablemente esto no se hace y porque el Poder Legislativo desertó de sus obligaciones constitucionales y se colocó a los pies del Poder Ejecutivo, provocando, que por ese solo hecho, el gobierno de Abinader ya es uno absolutamente inconstitucional y por lo tanto, ilegal como ilegitimo.
Lo segundo, que si en este país existiera un alto mando militar que se debiera a la República y no que sus miembros fueran amanuenses de un gobierno que se ha deslegitimado, ya debió de haber ocurrido un accionar militar público, exigiéndole al «Comandante en jefe» el por qué ha ordenado que los militares no respondan a ningún tipo de agresión armada o ilegal ejecutada por pandilleros o desalmados haitianos y que ha trascendido, porque oficiales militares en la frontera así lo pregonan y por lo que dicen: «estamos atados».
Lo tercero, que da vergüenza, que el sistema de partidos así como el mediático, se hayan metido sus lenguas en sus traseros y para nada exijan las explicaciones de lugar por el hecho de violencia armada que se presentara en la frontera de manos de provocadores civiles haitianos y que de tan crítico, obligó a militares criollos destacados allí, a responder con fuerza determinante.
Al hacer estas especificaciones, también entendemos, que si Abinader insiste en permitir que la soberanía nacional no sea defendida y como constitucionalmente la Constitución de la República le ordena a nuestras Fuerzas Armadas, entonces ha llegado el momento, de que en la Cámara de Diputados se inicien los aprestos de juicio político contra el presidente de la República y por traición a la patria.
Si también esto último tampoco se hace, quiere decir, que a la ciudadanía solo le quedaría el camino de la protesta generalizada y antes que Abinader le entregue al pandillerismo haitiano nuestra nación y en lo que nuestros militares, se supone que deben y tienen que defender la patria agredida.
No es que se esté hablando de clamar por un golpe de estado o cosa parecida, sino de puntualizar, que la nación dominicana y por razón de patria, no puede ni debe quedarse de brazos cruzados frente a la evidente subversión que los pandilleros del país transfronterizo han comenzado a iniciar y con miras de invadir violentamente el territorio nacional.
Desde hace veinte años, dijimos, que desde que Arístide llegó al poder, su único interés era destruir nuestra nación y para ello se dio la orden secreta de que militares haitianos de civil, se trasladaran a territorio dominicano como inmigrantes y armados y como células durmientes, para que tan pronto las circunstancias les obliguen a levantarse en armas en nuestra nación y cumpliendo de ese modo, con la otra directriz de propiciar acciones terroristas desestabilizadoras y asesinatos como también sabotaje a todo el aparato productivo.
Cuando lo advertimos en los poderosos medios escritos y electrónicos que teníamos en aquella época, hubo la callada por respuesta y las burlas soterradas de parte de los medios tradicionales de la prensa mercancía. Sin embargo, ahora vemos señales específicas de lo que denunciamos. La semana pasada en la frontera y por todo el territorio nacional, repitiéndose agresiones y desafíos de “trabajadores” haitianos contra nuestras autoridades policiales y también las de migración y por lo visto, nada de esto mueve a interés de los infames medios de comunicación criollos.
Pero si lo anterior es terrible, mucho peor es asumir, que la reciente muerte accidental de una joven estudiante haitiana y por la falta de vigilancia de sus docentes y al perecer, ahogada en la piscina en la que se encontraba, en realidad, es parte de la agresión solapada haitiana y vía la burguesía de Santiago, para agitar a los haitianos en contra de nuestra nación y que si vemos los hechos que se han derivado, pudiera ser que la especulación fuera cierta y haya que darle crédito.
De todas maneras, a nosotros no nos cabe la menor duda de que nuestra nación ha comenzado a ser víctima de una terrible conjura internacional y apoyada por el gobierno de Abinader, el PRM y Competitividad y con tal de que mediante un proceso de haitianización progresiva y por la cobardía de los dominicanos que se han dejado comprar por la corrupción desde el poder, el día menos pensado nuestra nación sea tomada y hasta fusionarla con Haití y que es el interés final de las burguesías (Vicini y Biggio) de los dos países y para conformar un mercado binacional de 22 millones de consumidores y como se habla en la instancia privada Consejo Binacional Quisqueya. ¿Lo permitiremos?
¿A quién acudir, si Abinader y su gobierno ofrecen la penosa imagen de que se muestran contrarios a la existencia de nuestra nación? En la santería isleña el ente más sagrado, es Oggún y también conocido como Belié Belcán, ¿habría que acudir a esta deidad propia del vudú dominicano y sus 21 divisiones y que el catolicismo representa como el poderoso Arcangel San Miguel?
Recordemos, que cuando los hechos del 1937, que fueron propiciados por la burguesía cibaeña y con la senadora Isabel Mayer a la cabeza, por las compensaciones subsiguientes que hubo que hacer, nuestros negociadores (Balaguer y Peña Batlle) y otros, cometieron el grave error de entregar no menos de 50 kilómetros cuadrados de nuestro territorio a Haití y si este antecedente se tiene en cuenta, perfectamente que ahora habría que decir, que su meta y con Abinader dando la impresión de estar apoyando y que es lo vergonzoso, es apoderarse de todo el resto del territorio nacional.
En definitiva, solo advertimos lo siguiente: Los haitianos no hacen nada por sacar a su país del atraso en el que se encuentra y a la mala quieren vivir en este país vecino y encima, ya quieren irse a tiros contra nuestros militares y a los que, para colmos, el gobierno castiga por enfrentarles. Con Dios. (DAG) 12.12.2025
última actualización: 09:30 am.
NOTA: A media mañana hubo la siguiente información colocada originalmente en el periódico Diario Libre:
«Las autoridades militares dominicanas negaron este viernes que soldados de la República Dominicana fueron atacados por ciudadanos haitianos en la franja fronteriza, versión que ha circulado en redes sociales.
«De acuerdo con el informe oficial, el incidente fue generado por disparos realizados de manera «innecesaria e irresponsable» por un grupo de soldados dominicanos que se encontraban de servicio entre las torres de vigilancia conocidas como Torre 1 y Torre 2 de Dajabón.
«Los audios que se hicieron virales mostraban a los militares afirmando que estaban siendo «tiroteados», «acorralados» o «invadidos», lo que activó los protocolos habituales de reacción rápida. Equipos de inteligencia G2 y unidades de apoyo acudieron de inmediato al lugar para verificar la situación.
«Sin embargo, al llegar a la zona, las autoridades reforzaron el perímetro y realizaron una inspección completa, donde solo fueron hallados casquillos correspondientes a los disparos efectuados por los propios soldados dominicanos.
«Posteriormente, las unidades se desplazaron hacia el lado occidental, desde donde los militares afirmaban haber recibido disparos y donde también aseguraron que «un motor con dos haitianos» había pasado por la zona.
«Esa versión fue descartada tras la verificación, ya que el área es una laguna de manglares donde es imposible el tránsito vehicular o en motocicletas.
«Inspecciones realizadas tanto de noche como de día confirmaron que no existían huellas de motor ni evidencia alguna de disparos provenientes del lado haitiano.
«Sanciones
«Las autoridades explicaron que los soldados involucrados violaron los protocolos de seguridad establecidos, por lo que enfrentarán las sanciones correspondientes contempladas en el reglamento disciplinario militar. No serán destituidos, pero sí recibirán las medidas correctivas que establece la normativa.
«El alto mando reiteró que mantiene el control pleno de la zona y llamó a la población a no dejarse llevar por informaciones no verificadas. Asimismo, aseguró que la frontera se mantiene en calma y bajo estricta supervisión». (DL-jg)





