Cada vez que escuchábamos las disputas tontas e infantiles de políticos y de sus partidos y por aquello de que, en la partidocracia, mentir y escamotear la verdad, es el fundamento de todos los desaciertos “operacionales” y que terminan mostrando la peor cara de la corrupción a gran escala, esa en la que no reparan en riesgos y entienden, que todo el mundo es tonto y nadie se dará cuenta de sus errores o estupideces.
En consecuencia, lo que se genera, es un lenguaje de sordos por el que nadie escucha al otro y todos y como si estuvieran actuando como posesos, tratan de hacer ver y de paso creyéndolo, que solo uno es el amo de la verdad manipulada y lo que se viene abajo cuando después de colocar números sobre indicadores supuestos de pujanza de membresía y en particular, cuando a la vista hay elecciones primarias, los hechos demuestran la única realidad en la mentira manifiesta que se demuestra luego del contar de las urnas.
Por ejemplo y no obstante que la Junta Central Electoral ha hecho saber que el techo de los registrados como ciudadanos en capacidad de votar pasa de siete millones, pero no llega a ocho millones y medio, aun así y no obstante ser el testimonio real de la población que institucionalmente está apta para votar en el 2024, hablamos de 8,073,589 en total y que, de estos, 4.4 millones son mujeres y 3.9 millones son hombres.
Increíblemente los partidos insisten en mentirse a sí mismos y particularmente a la población y ofreciendo una serie de datos falsos sobre el nivel de sus respectivas membresías y que para colmos, cuanto se suman cada una de las cifras que dicen, resulta, que parecería que tienen más miembros que aquellos que afirma la JCE y bajo documentación, que tienen los partidos políticos.
La mascarada acabamos de verla con los resultados que la JCE estableció y por la supervisión y conteo que hizo de las primarias cerradas del partido oficial, el Revolucionario Moderno (PRM) llevadas a efecto el pasado domingo y que son resultados, que muestran, que los datos de miembros del PRM no se correspondían en líneas generales con los verdaderos que salieron de las urnas.
Para comprobarlo, solo hay que ver los datos principales: Padrón: 3,086.136; Votos emitidos: 1,026.047 y abstención: 2,117.497. Sin embargo, si aquellos números son chequeados y solo utilizando los votos válidos y los votos emitidos, se tendría un panorama realista de la fuerza propia del PRM y por lógica, se facilitaría en mucho para descubrir que el presidente Luis Abinader ganó las primarias legal y legítimamente, pero en un porcentaje prácticamente no mayor al 28 por ciento de la totalidad de inscritos reales en el padrón de la JCE.
Veamos: Votantes válidos: 971,639 y votos emitidos: 1,026.047 y para una diferencia de 54,408. En base a estos cálculos, se tiene, que efectivamente el presidente-candidato obtuvo limpiamente 879,458 votos, mientras que sus tres contendores: Gomez Mazara logró 53,904; Alburquerque 21,527 y Ortíz 13,750 y para un total de 92,181. La abstención vendría siendo de apenas los 54 mil 408 que no votó por ninguno de los cuatro aspirantes.
¿Qué nos dicen estos resultados?, que realmente la membresía del PRM oscila entre un millón cien mil y un millón quinientos mil ciudadanos y que son cifras realistas y buenas, cónsonas con el nivel de registrados en el padrón electoral general de la JCE.
Lo anterior quiere decir, que, en realidad, el PRM no tiene el registro que dio de tres millones y pico de miembros y que tampoco hubo tal cosa de dos millones y cien mil y tantos miembros que no votaron, pues simplemente, con restarle al padrón supuesto del partido el número que la JCE dio de abstención, da una cifras que se acercan al nivel de todos los que votaron y dejando una diferencia de 97 mil que sería una cifra que iría tanto a favor o en contra y según como se la interprete.
De hecho, esta realidad numérica, nos dice y si se quiere ajustar las diferencias entre el monto del padrón y los que quedan catalogados por obligación como abstencionistas y que se evapora al sumar la totalidad de todos los que votaron 971,639, que definitivamente, los miembros de la partidocracia no deberían mostrar tan ciego empeño en querer demostrar que tienen más afiliados que los que su realidad les marca y que parecería, es un síndrome de la partidocracia dominicana de querer aparentar más de lo que se tiene y al creer erradamente que a mayor cantidad de electores, psicológicamente, en las mentes de los ciudadanos quedaría fijado, que antes de las elecciones ya están “ganadores”.
Debe recordarse, que como en este país de gente conservadora y oportunista más de lo prudente, se les da mucha importancia a las cifras que desde el exterior dan otros partidos y dándole prioridad a aquellos que son supuestamente izquierdistas o vienen del comunismo y sus diversas modalidades totalitarias.
Sin embargo, el Partido Comunista y en tiempos de la Unión Soviética (URSS) sobre más de cien millones de habitantes de aquel país-continente, no menos de 3 millones eran afiliados y no por eso y en aquel sistema totalitario, los comunistas perdían comicios e igual ocurría en la China de Mao. Todavía más, mientras en Rusia, el partido comunista ha declinado, no así ha sucedido en China, donde sigue siendo el verdadero poder reinante y gracias a una condición mental de sus miembros y dirigentes: Saber adaptarse a las circunstancias y actuar en consecuencia, es decir, no ser dogmático y sí solo parecerlo.
Si los partidos políticos dominicanos estuvieran enterados de estas realidades, seguro que sus dirigentes no le darían tanta importancia a la necedad de querer aparentar el tener más afiliados de la cuenta.
Es por eso, que ahora el PRM va a estar en la boca de todo el mundo y mientras de cerca, ya estamos viendo que el mismo error está cometiendo el Partido Fuerza del Pueblo (FP) mientras por lo visto, el único que no ha caído en ese frenesí, es el PLD, cuya fuerza electoral propia descansa entre 800 mil a un millón de afiliados registrados y luciendo tan cómodo, viendo como su candidato es el que tiene la menor tasa de rechazo y con una ventaja comparativa cierta, que su candidato es el más joven de los tres principales y que en un país de 8 millones de jóvenes dentro de los 10.5 a 11 millones de habitantes mal contados de acuerdo al desastre del último censo que tiene la República, son números que obligan a tenerle en cuenta y ver su evolución.
De todas maneras, hay que felicitar al presidente-candidato en su firme triunfo electoral interno y aun cuando del lado de la JCE hubo un gasto de 600 millones de pesos y del lado de lo que especulan las viperinas, otros 400 millones de pesos gastados por el partido en sí y lo que habría que demostrar.
¿Se entiende por qué decimos, que los problemas cuando un partido inventa números, es que los resultados le dejan en ridículo? Pasó el domingo con el PRM. Con Dios. (DAG) 03.10.2023
