La tensión entre Brasil y Venezuela sigue escalando, con nuevos cruces y acusaciones entre el régimen de Nicolás Maduro y el Gobierno de Lula da Silva. Este sábado, el ministro de Relaciones Exteriores de la, Yvan Gil, difundió un comunicado en el que acusó al país sudamericano de haber “emprendido una agresión descarada y grosera” contra el líder chavista e instó a Itamaraty (sede de la Cancillería brasileña) a “desistir de inmiscuirse” en cuestiones que no le competen.
“Venezuela ha demostrado (…) cómo Itamaraty ha emprendido una agresión descarada y grosera en contra del presidente constitucional, Nicolás Maduro Moros; de las instituciones y poderes públicos, así como de la sociedad venezolana, en una campaña sistemática y violatoria de los principios de la Carta de Naciones Unidas, como lo son la soberanía nacional y la libre determinación de los pueblos, incluso violando la propia constitución brasileña en su mandato de no injerencia en asuntos internos de los estados”, indica la nota, que retoma los más recientes cruces entre las naciones por el polémico veto en la cumbre de los BRICS y las demandas relativas a los resultados de las elecciones presidenciales de julio.
“El Gobierno Bolivariano exhorta, una vez más, a la burocracia de Itamaraty a desistir de inmiscuirse en temas que solo competen a los venezolanos, evitando deteriorar las relaciones diplomáticas entre ambos países, para lo cual deben asumir una conducta profesional y diplomática respetuosa, tal cual ha demostrado Venezuela a través de su política exterior”, insiste el escrito.
Brasil y Venezuela atraviesan un mal momento en lo que respecta a su relación diplomática, que supo ser buena desde la llegada de Lula a la presidencia. Desde los comicios de julio, el vínculo se ha ido tensando a raíz de la negativa de Maduro de presentar las actas que respalden el supuesto triunfo que se adjudicó.
A esta situación se le sumó, días atrás, el veto de Brasilia durante la cumbre de los BRICS en Kazan, que dejó a Caracas fuera del bloque y a Maduro con un estrepitoso fracaso diplomático. Según informó entonces Celso Amorim, asesor del Presidente brasileño en política exterior, la decisión no tuvo que ver “con democracia sino con una ruptura de confianza” ya que “nos dijeron una cosa y no fue hecha”.
“Nosotros actuamos de buena fe pero con Venezuela se rompió la confianza”, señaló.
Ante esto, Maduro llamó a consultas a su embajador en Brasil y convocó al encargado de negocios brasileño en Caracas para expresarle “su más firme rechazo” ante las “declaraciones injerencistas y groseras” de Amorim”.
Por su parte, la Cancillería de Lula respondió a estas acciones lamentando el “tono ofensivo” empleado por el Palacio de Miraflores, señalando que “Brasil siempre ha tenido gran aprecio por el principio de no intervención y respeta plenamente la soberanía de cada país, especialmente la de sus vecinos” y recordando que su postura responde a su condición de testigo en los Acuerdos de Barbados, que fueron violados por el oficialismo venezolano.
Gil, sin embargo, repudió estas palabras y apuntó, en el escrito de las últimas horas, que Itamaraty “trata de engañar a la comunidad internacional, haciéndose pasar por víctima en una situación donde claramente ha actuado en carácter de victimario”. “El argumento expresado para entrometerse en los temas electorales y políticos de Venezuela, autodenominándose testigos de los Acuerdos de Barbados, carece de veracidad y es una artimaña que debe cesar de manera inmediata”, sostuvo.
(Con información de EFE)
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Fuente: Hoy