domingo, septiembre 1, 2024
InicioDe aquí y de alláNuestra nación es la única tierra que tenemos y pertenece a los...

Nuestra nación es la única tierra que tenemos y pertenece a los dominicanos. Es hora de hacer conciencia, de que hay que detener y drásticamente, las embestidas de la contrapropaganda maledicente haitiana

No es posible aceptar, que de buenas a primeras una serie de ciudadanos haitianos de los peor de la periferia de la capital del país vecino, estén aprovechando las redes sociales para lanzar una campaña propagandística de denuestos, oprobios y mentiras contra nuestra nación y nacionalidad y que de este lado de la isla no haya una respuesta uniforme y sin groserías contra todo un grupo de mal nacidos, que se han desatado en un ataque continuo contra el honor y buen nombre de nuestra nación.

Sabemos, que estos ataques de difamadores a destajo se originan en el financiamiento de haitianos residentes en EEUU, Canadá, Francia y Bélgica, quienes a jura de Dios y por sus alianzas con burócratas de organismos internacionales anti dominicanos, intentan ahora tratar de socavar la moral de todo ciudadano dominicano y pretendiendo con ello que los dominicanos nos paralicemos de la indignación y seamos torpes en las respuestas que hay que darles a sus groserías.

Lo primero es, que el gobierno debe prohibir y terminantemente, el acceso de las redes sociales haitianas a su difusión en nuestro país.

Segundo, que se efectué la salida completa de los haitianos indocumentados en nuestra nación y quienes son la quinta columna para minar las buenas relaciones entre dominicanos y haitianos

Y tercero lanzar una respuesta diplomática coordinada y a tiempo completo de nuestra cancillería y en base a sus diplomáticos en todo país donde se produzcan ataques desconsiderados e injuriosos contra nuestra nación, al tiempo de cortar en seco y con una exposición oficial precisa respecto al absurdo aireamiento que esos haitianos difamadores a los que nos referimos, pretenden hacer con su grosera “exposición de motivos” sobre los hechos acaecidos en el 1937 y de los que ningún dominicano nacido desde ese año y hasta el actual, 87 años en total no tiene ninguna responsabilidad.

Por lo tanto, los dominicanos no tenemos por qué sentirnos mal y mucho menos tener que dar explicaciones por un asunto de afectación de derechos humanos, originado en el afán licencioso de grupos de haitianos entre el 1930 al 1937, quienes aprovechando la hospitalidad criolla, prácticamente ocuparon las principales ciudades y pueblos de la zona fronteriza y la parte occidental de nuestro país y desde Santiago a Pedernales y quienes negados en lo absoluto a retornar a su país y no continuar con su invasión pacifica, recibieron el apoyo directo del gobierno haitiano de la época.

En una situación como esa de seria afectación de la soberanía nacional y de competencia desleal contra nuestro comercio, para el 1937 la reacción dominicana fue de enfrentar aquellos extranjeros, quienes impulsados por su gobierno pretendía sacar provecho de la situación anómala ya creada.

La reacción de nuestras autoridades fue la correcta respecto a poner reglas a semejante inmigración masiva que afectaba a nuestro comercio y lo que, por supuesto originó hechos de sangre, lamentables sin duda, pero hijos de una dominicanidad que se asentía amenazada en su soberanía e idiosincrasia. Sin embargo, ¿cómo actuaron los dominicanos de aquel entonces?, protegiendo a miles de ciudadanos haitianos a los que les ayudaban a que huyeran hacia su país o que ocultaban en sus propiedades para protegerles hasta que la situación de sangre pasara, pero de esto, estos difamadores nada dicen y menos, que, por esa iniciativa humanitaria, más de cinco mil haitianos salvaron sus vidas.

Cuando la problemática ocurrió y hubo el resultado entre tres y cinco mil muertos de acuerdo con registros de la embajada estadounidense depositados en reportes desde los dos países en el Departamento de Estado y los que son de acceso público porque están desclasificados, de inmediato, dominicanos adversarios políticos del presidente Trujillo y la mayoría exiliados en La Habana, Caracas y Nueva York, difundieron la especie, de que “habían sido asesinados 35 mil haitianos” y lo que nunca ocurrió a semejante nivel.

Todavía más, registros diplomáticos  estadounidenses dan fe de una situación que la mayoría de los dominicanos de los últimos treinta años no conocen: Que el gobierno haitiano aprovechó aquel número de supuestos “asesinados” para demandar una reparación económica de 750 mil dólares, equivalentes a 50 centavos de dólar estadounidense por cada haitiano del inflado numero de 35 mil que supuestamente muriera a causa del hecho de fuerza y lo que quedó en manos del jefe del Ejército, según unos y un hijo del presidente, según otros.

Lo cierto fue que el gobierno dominicano pagó el dinero y este nunca llegó al ministerio de Hacienda haitiano y Trujillo, además, accedió a facilitarle a Haití y como “compensación moral” unos 1,628 kms cuadrados (un 3% del territorio nacional) y que vinieron a sumarse a los 4,574 kms cuadrados (8%) del territorio dominicano al 1929 y que totalizan los 6,200 kilómetros cuadrados que fueron cedidos al país transfronterizo desde el 1928.

Pero de estos hechos y gestos de buena voluntad, los difamadores haitianos en las redes, para nada se refieren y en cambio, continúan denostando a nuestra nación y con una vesania muy propia de cuando una persona pierde la civilidad y cae en arrebatos de primitivismo tribal absoluto.

Así las cosas, estamos convencidos de que hay que cortar de cuajo tantos ataques, inmoralidades y tergiversaciones que haitianos enemigos de nuestro país han estado emitiendo y en una escalada indecente y prohijada por burócratas de organismo internacionales que incitan a una supuesta unificación de las dos Repúblicas y que es una campaña que nadie, dominicano y haitiano de valer aceptaría jamás.

Es decir, y si se puntualiza, lo que está sucediendo, es producto de nacionales haitianos que son ciudadanos de otros países o quienes, habiendo estudiado en Europa, particularmente en la Universidad de Lovaina, esconden sus complejos, pretendiendo e inútilmente, creerse que con semejante campaña de difamación e infundios lograrán sus propósitos de destruirnos como nación.

Otra cosa, lo cierto es que los organismos internacionales a que hacemos referencia no quieren que saquemos a los haitianos indocumentados y porque sus responsables asumen, que, teniéndolos aquí, podrían ser una quinta columna al momento que esos organismos hayan logrado propiciar una invasión armada contra esta nación y que es el factor que se quiere propiciar.

De ahí que advirtamos, que nuestra nación es la única tierra que tenemos y pertenece a los dominicanos. Es hora de hacer conciencia, de que hay que detener y drásticamente, las embestidas de la contrapropaganda maledicente haitiana. Con Dios. 20.07.2024

  

 

 

RELATED ARTICLES
spot_imgspot_imgspot_imgspot_img

LAS ÚLTIMAS NOTICIAS DE HOY

Junior Santos

Junior Santos desmiente que renunciaría a alcaldía de Los Alcarrizos para...

0
El alcalde de Los Alcarrizos, Junior Santos, desmintió de manera categórica los rumores que circulaban sobre sus supuestas intenciones de abandonar su puesto para...

Mas Populares