Todo imperio y por más en declive que se encuentre, siempre tiene una especie de carta bajo la manga que le permita, al menos, tratar de imponerse en el territorio más cercano a sus límites geográficos propios y el que con ello, en la práctica trata y sin importar pueblos y naciones, como no perder su especie de “patio trasero”, donde ejerce una especie de reactualización de las viejas políticas coloniales de ochenta años atrás.
Y hay que habla de tema tan espinoso como controversial y que suele despertar grandes honduras emocionales, al notar, que desde que el presidente Donald Trump llegó a su segundo mandato, ha dado muestras concretas de no sentirse nada cómodo y al ver, que por las propias políticas erráticas de administraciones anteriores, ahora EEUU se encuentra ante las puertas de lo que podría ser el quedar relegado en el concierto de las naciones que otrora controlara como gran potencia unipolar y la que ahora se encuentra, ante el desafío, hijo de sus propios errores, de tener que enfrentar o aceptar la realidad, de que en el mundo, se está dando el giro hacia uno multipolar en donde no uno y si otros países-imperios pujan por que se les vea como los socios estratégicos del mundo multipolar y el que ya e inequívocamente hay que entender que es una realidad.
Sí se sabía que gracias al financiamiento estadounidense por un lado y sus propias capacidades desarrollista por el otro, determinadas naciones y abiertamente imperios por sí mismas, casos China Popular y La Federación de Rusia, poco que mucho ya habían entrado a club tan exclusivo de poder global.
Sin embargo las dos anteriores y junto al mismo EEUU, está visto que experimentaron una gran sacudida, al comprobarse, que el mundo ya no era unipolar y sí multipolar y que al parecer, es una nueva situación geopolítica que Trump se muestra incapaz de asimilar y dando el peligroso giro, de que junto a los miembros de su cuerpo de funcionarios claves, parecería que quisiera revertir en base a amenaza militar unilateral de por medio y encontrándose, que por más sanciones económicas que le impone a Rusia o presiones tácticas y estratégicas a China, el resto del mundo ha dado un cambio para el que EEUU, su gobierno, su plutocracia y su gente, no estaba preparado para encarar, pactar o negociar.
De ahí que agarrado de sorpresa y lo que definitivamente hay que atribuirlo a fallas de procedimientos de sus servicios de inteligencia como de sus centros de pensamiento, que no fueron capaces de prever que el apoyo financiero estadounidense y en razón de la capacidad de resiliencia de otras naciones y pueblos, a la larga, arrojaría nuevos centros de poder global y diversificados en los cuatro ámbitos del planeta y llegándose al grado, de lo de ahora, que ya EEUU no es el único que puede dar un manotazo sobre la mesa.
Compruébese si esto es así con el nacimiento del fuerte grupo económico hegemónico de las llamadas naciones BRICS y los otros grupos menores a nivel de estructuras geoeconómicas en todos los confines del planeta y con lo que de pronto, EEUU experimenta ahora un nuevo y mucho mayor peligro, que es el perder la hegemonía militar y ya en entredicho, al acometer el grave error, de que con el pretexto de supuestamente “combatir el narcotráfico” y que expresara ayer, en realidad, se refiere a la parte de este que no controla en otros países y que anuncia una guerra “ a muerte”, podría encontrarse con que el cartel bancario que financia el narco en su propio país, le advierta que no debería pasarse de nada que implique un peligro real y grave para EEUU y su economía.
Viendo esta realidad, en cierto sentido habría que entender la profundo desazón que experimenta Trump, que siendo el presidente de una gran potencia, de buenas a primeras, las nuevas y fácilmente en lo tecnológico, lo armamentístico y hasta en el espacio exterior, que como ya se está viendo y con los apremios de naciones europeas y la misma estadounidense por enfrentar a Rusia primero y a China a seguidas y con el pretexto de la guerra Rusia-Ucrania, que no se olvide, es hija del golpe de Estado que en el 2014, EEUU, Reino Unido y la Unión Europea le hicieran al gobierno prorruso de Ucrania, ha generado una inusitada visita de objetos planetarios, ya entendidos como presencia de no humanos y atentos a la evolución de la carrera hacia la guerra de exterminio en la que se encuentran abocados, Trump y sus socios y que si se la deja desarrollar sin contrapesos significativos, provocará un fuerte desequilibrio en el sistema solar y desde el momento que la guerra en su versión nuclear estallara.
O sea que la falta de inteligencia y de razonamiento lógico por parte del sistema estadounidense, ahora resulta, que EEUU y Occidente se encuentran ante un peligro inédito que nadie había previsto, mientras ya existe la sospecha, de que los programas armamentísticos ruso-chino en el espacio sideral, les da una apreciable ventaja objetiva y comparativa, si como algunos prevemos, que en cualquier momento, inteligencias y formas de vida extraterrestres hagan presencia y a modo de advertencia sutil pero abierta.
Entonces y cuando se atan todos estos cabos sueltos, resulta chocante y que asumimos, es otro error táctico estadounidense, de un Trump decidido a que su país no pierda el control colonial que todavía cree que tiene en las naciones al sur del Rio Grande y pretendiendo ya mismo aprisionar en un anillo de fuego a las naciones latinoamericanas y lo que hay que avanzarle, que nunca podrá y sí que se arriesga a caer en el grave peligro, de que todo el Continente se le insurreccione y con lo que el problema sería mucho peor.
Entendemos, que Trump debería bajar su ego, ser menos empecinado y recogerse, parar en seco sus insultos a Colombia y a su presidente y las estrambóticas amenazas a Venezuela y su primer mandatario, pues aunque no lo parezca, en ese jueguito extremadamente peligroso, EEUU llevaría las de perder y al final, el cetro de cabeza del ya ido mundo unipolar.
Y al preguntarnos si se está ante una nueva versión de la doctrina ya caduca Monroe de “América para los americanos” y con su variable Trump. Si efectivamente es así, entonces EEUU experimentaría una muy grave derrota táctica y estratégica que le hará perder fuerza, poder y prestigio en el resto del mundo …..y a Trump, su propia presidencia y por el hecho tan brutal, de que el estado profundo nunca permitirá, que solo por los ánimos de un presidente nada normal en objetivos y actitudes, todo se vaya a la porra y EEUU, no solo pierda hegemonía, sino que se convierta en un segundón en la nueva mesa de poder multipolar.
Di ahí la razón de esta pregunta: ¿Nueva Doctrina Monroe-Trump? Con Dios. (DAG) 24.10.2025
última actualización: 09:27 am.





