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O es muy audaz o se pasa de estúpido. Pues un gobierno provocador y altanero, es lo menos que Abinader debería permitirse

En la medida que se pasan los días y las horas marcan, que ya llegó el momento de que en el gobierno entiendan que el ropaje de lobo feroz no le va y que con urgencia debe mostrarse humilde y contemporizador y saber aceptar las críticas y sin asumir que es el único que tiene la razón, definitivamente que habría que entender, que Abinader y su gobierno han empezado a deslizarse en lo más parecido a una pendiente enjabonada y en cuyo tránsito todo pudiera pasar o presentarse.

¿A qué se debe el fenómeno? a esos genes anárquicos del viejo PRD que todavía ahoga a los lideres y dirigentes del partido del exilio que originalmente llegara a la nación un 5 de julio de 1961 y por invitación del entonces presidente Joaquín Balaguer y quienes por lo visto, tan pronto logran la confianza pública y se encaraman en el poder, son los primeros en perder el sentido común y hasta caer en el paroxismo de golpear a todos lados y a todo el mundo y siempre al mismo tiempo, olvidando de ese modo, lo capital, que al poder se llega a pactar y creando su propia impronta de renovación en infraestructuras de todo tipo a favor de la nación.

Lamentablemente, ese es el resultado que la autoridad está confrontando y ante lo evidente, de que siempre ha ocurrido, que el PRD original y tan pronto llega al poder y lo confirma el quehacer del oficialista PRM, es incapaz de comportarse con raciocinio y muy por lo contrario, actuando como si el gobierno es solo de ellos y no de todos los dominicanos.

A partir de ahí los demonios y como había que esperar, se desatan y peor si se salen de control y en razón de ello se va a más, cuando de golpe la nación empieza agitarse y casi espontáneamente los ciudadanos empiezan a sentir inquietud y desasosiego, al ver como si de golpe hubiese un retroceso y lo que obliga, a nuestro modo de ver, preventivamente, que en amplios sectores de las fuerzas vivas se esté dispuesto a protestar frente a lo que se entiende una brutal disminución del nivel y calidad de vida y que unido a la ausencia de trabajo cierto y salarios no miseria, generan una de agitación de ánimos, que si las autoridades no resuelven el malestar a tiempo, sería muy difícil que la paz social no se deteriora.

Incluso, el mismo presidente Abinader está dando la desagradable impresión de no tener un control efectivo de los acontecimientos o peor, que los “peros” acumulados son tantos, que ya se entienda, que un camino lleva Abinader y otro el Gobierno y que es preocupante, pues de llegar esta percepción a convertirse en realidad, seguro que poco habría que hacer para que la imagen presidencial se deteriore a mínimos.

Por ejemplo, ¿cómo es posible, que entre periodistas, comunicadores, opinantes y comentaristas en la radio y la televisión y la mayoría, sin credibilidad acerada haya un gasto mensual que triplicó lo que el régimen anterior gastaba en propaganda y con el resultado, de que en nominas publicitarias entre uno y cinco millones de pesos mensuales, los casi super cien periodistas y productores de radio y televisión “independientes” y privilegiados y con los medios a mano, les ha sido imposible modificar el sentimiento de rechazo y ya creciente, de una ciudadanía que realmente se creyó que a partir del 16 de agosto de 2020, la nación experimentaría un gran cambio a favor y no el terrible salto hacia atrás que se está viendo?

Desde luego, todos los ciudadanos damos como un hecho, que todo gobierno nuevo tiene un periodo de adaptación en el que por razón de las circunstancias se cometen errores o se dan determinadas pifias, pero nunca con el grado de insolencia  de como determinados funcionarios se comportan y lo más grave, que en materia propagandística, solo el aparato de propaganda y publicitario de la gobernación del Banco Central  es de una magnitud tan extraordinaria, que ni el propio gobierno central podría enfrentarlo o contrarrestarlo con el suyo propio y de ahí que el gobernador de la entidad disponga de un extraordinario presupuesto millonario. No solo a su favor, sino también para enfrentar cualquier situación “anómala” de contrapropaganda que la gobernación entienda que desde el Gobierno va en su contra y contra sus intereses.

Es por eso, por lo que los principales directores de medios dominicanos, escritos, análogos, digitales y en las redes sociales, son generosamente atendidos, directa o indirectamente por el portentoso presupuesto publicitario que la gobernación del Banco Central dispone y sin darle explicaciones a ningún gobierno. Proceder, que por supuesto, no es lo correcto.

Es decir, si se analiza este solo aspecto de dispersión de recursos millonarios de los contribuyentes y aplicados a los intereses del gobernador actual y se aplica un parámetro con relación a otras instituciones descentralizadas, se entenderá el por qué y ahora que empezaron las protestas ciudadanas, nos inquietemos al ver que en el gobierno y hablando en criollo, la mayoría de sus funcionarios no dan pie con bolas.

Además, está lo otro, se tiene también la impresión. de que el mismo presidente a cambiado, que ya no solo mira a los demás por encima del hombro, sino que aplica la regla suicida de todo funcionario mediocre: Que le cojan miedo o que le tengan pena y que emprendida semejante ruta, en menos de seis meses al momento que los demás ciudadanos se den cuenta, poco habría que esperar para que su nivel de impopularidad aumente a mayor.

De esta manera y trayendo a colación las pocas muestras que comentamos, entendemos que el presidente Abinader debería de hacer ciertos ajustes en su administración, que de algún modo contribuyan a recuperar la confianza en sus ejecutorias y lo que debe decirse, porque cuando un presidente pierde la confianza pública y por más que quiera su reelección asegurada constitucionalmente y como es el caso, poco sería lo que deba de hacer y para corregir políticas y rumbo.

Hablamos, de que ya no es asunto de buena fe o de promesas que a estas alturas siempre sonarán a vacías, sino que la gente quiere resultados, prácticos, pragmáticos y creíbles y ante una espiral inflacionaria que está arrastrando todo cuanto de confianza en las ejecutorias oficiales se pudiera tener, al tiempo que el poder adquisitivo del peso va en picada y los ricos tienen una disputa respecto a ver quiénes de ellos se gana a un presidente, que ya está demostrando una parcialidad muy estrecha hacia ese sector.

Y por lo que también planteamos. O es muy audaz o se pasa de estúpido. Pues un gobierno provocador y altanero, es lo menos que Abinader debería permitirse. Ojalá que el próximo domingo 27, el presidente de un cambio de tuerca a un gobierno, que parecería, que, si se le suelta en banda, pocos le quedarían y lo que debe decirse y comenzando por el PRM, porque la decepción no es poca. (DAG)

 

 

 

 

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