Está sucediendo, que individuos que no han sabido cuidar de su reputación, se ven envueltos en sucesos ilícitos que generan investigaciones judiciales y cárcel de por medio y que cuando salen del lío en el que se han metido por su falta de cuido sobre su conducta y obtienen un descargo de organismos policiales de investigación y de drogas, rápidamente contratan abogados para que la emprendan contra los medios digitales que se hicieron eco de las informaciones judiciales publicadas en otros medios y en especial en matutinos.
En esos casos, lo único que se puede hacer, es darle la oportunidad de que envíen la rectificación que el matutino que originalmente divulgó la información, haga y entonces publicársela como aparente derecho a réplica.
Pero se están dando casos, de que esos picapleitos no se dan por satisfechos y hasta exigen que se borre la información de la denuncia, cuando en medios digitales eso no es posible porque las noticias o todo lo que publica cambia cada veinte y cuatro horas y de manera sucesiva.
Frente a este tipo de agresión contra medios digitales que no publicaron originalmente el dato que se exige eliminar y exigiéndolo como si esos medios digitales hubiesen cometido algún delito de difamación, que los dueños y directores de los medios tradicionales o digitales recuerden, que, sus abogados deben emprender de inmediato una queja por la inconducta nada profesional de los abogados pica pleitos de que se trate y poner en conocimiento del Tribunal Disciplinario del Colegio de Abogados la insólita persecución.
Así mismo acudir al artículo 27 de la Constitución en materia de derechos ciudadanos, que exige a ciudadanos y medios que se publique o difunda todo cuanto sea de dominio público.
Igualmente, que recuerden, que el artículo 75 de la misma Carta Magna en su numeral 12, ordena, que se vele por la calidad de la democracia, entre otros mandatos, con respecto el mantenimiento y salvaguarda de la libre información, prensa y opinión.
Y si ni así los picapleitos no cesan en su accionar temerario, demandarlos en sus bienes propios por el acoso abusivo que perpetran. (DAG-OJO)
