Al principio, realmente creíamos que la nueva dirección policial transitaría un camino diferente en el fondo y la forma de como las jefaturas anteriores se habían desempeñado, pero y por lo que ha trascendido al exterior de los muros de la jefatura, la misma estructura de chismes y privilegios continua incólume y sin que los miembros subalternos de la policía abriguen la posibilidad de un cambio real que les dignifique como personas y les haga valer como policías.
En este sentido, Then a colocado a su “policía personal”, cerca de 100 efectivos entre alistados y oficiales, como especie de puntales “puntos de observación” y con miras de detectar ese espíritu “disidente” que hace que los directores policiales actúen con mucha paranoia frente a los encargados de departamentos.
Concomitantemente, es un funcionario que se mantiene aislado de todo el cuerpo policial y en la suite que el director policial tiene para sí, por lo que absolutamente nadie que no sea de su anillo puede llegarle y menos comunicarle sus apremios o sugerencias de cambios organizativos.
Para colmos, tiene una especie de cuerpo de domésticas prestas a dejar el uniforme a cambio de dirigir su cocina, servirle a su cofradía y hacerse lo suficientemente graciosas para que al momento de los ascensos se les tenga en cuenta.
El mismo Then y cuando sale fuera de la sede policial y para convertirse en objeto de propaganda gracias a periodistas y productores de radio y televisión complacientes, es un general que se mueve por las calles citadinas y como se le observó recién en su recorrido “de patrulla” por la capitaleña avenida Duarte, rodeado de un anillo de no menos 30 espalderos y que es un tipo de salida que tiene un solo objetivo “hacer bulto” para que todo el mundo en el gobierno o dentro de la población, crea que en realidad está trabajando.
Resumiendo y si fuera a describirse su actuación, habría que decir que es mucha espuma y poco chocolate y con el agravante, lo que no quiere ver el ministro de Interior y Policía, que con el nuevo director policial se está desarrollando un inocultable culto a su personalidad, en tanto ha creado u organizado una suerte de Gestapo, cuyos miembros viven chequeando a todo oficial superior o general del que pudiera considerarse que no se corresponde a la política que Then quiere implementar al interior del cuartel general policial y como proyección hacia todo el organigrama de mando.
Todavía y que si vamos a ser condescendientes, habría que achacarle, a que recién empieza a calentar y acomodarse en el sillón de jefe y como justificación probable y ante el hecho cierto, de que solo a los oficiales de su círculo y como anteriormente también ocurría, son los únicos privilegiados que pueden conseguir, ropa, armas y utensilios u objetos variados para la logística personal de cada uno y no así el resto de los uniformados, a los que siempre se les dice que no hay o simplemente que se compren su ropa.
Ya es sabido que a las policías madres solteras, Then no tiene un criterio sano respecto a juzgarlas y por lo que se achaca, que “la nueva dirección” no tiene contemplaciones ni consideraciones hacia ninguna de estas y se las trata con la rudeza propia del jefe que quisiera que renuncien o cuando menos que guarden silencio. De ahí que casi todas no tienen un horario correcto de horas de trabajo y tampoco la institución les provee de transporte gratis, por lo menos hasta los puntos en los que deben utilizar el tránsito público para retirarse a sus domicilios.
Cómo tampoco es un director que se deja ver por los pasillos y mucho menos, aparta un día para que los agentes se les acerquen y les formulen algún asunto de su interés y en el departamento de recursos humanos su acceso prácticamente les está vedado. Hay disgusto y mucho, pues esos efectivos observan, que lo que sale en la prensa a favor de Then, no es precisamente la imagen que ellos tienen del encerrado director policial y de quien muchos critican, que cada domingo los sobres de la extorsión siguen llegando a los policías y periodistas privilegiados por la nueva dirección, mientras él y al ir a misa dominical, obliga los oficiales a que se sepan el himno policial y el que se equivoque de inmediato es objeto de sanción.
Enterados de semejante panorama y sabiendo que el Poder Ejecutivo tiene un interés real en modificar a la policía para bien de la ciudadanía y de sus efectivos, a todo esto, quienes critican a Then han hecho saber, que, si a la jefatura se le permite seguir comprando y teniendo acceso al presupuesto policial, nunca la corrupción abandonará al cuerpo a la institución.
Y lo que nos recuerda, lo que ha trascendido respecto al estudio que un grupo de ciudadanos designados por el presidente Luis Abinader hiciera con fines de trazar un parámetro innovador y de cambio administrativo real, por el cual lo administrativo esté totalmente separado de lo policial en sí y mucho mejor si es una comisión de compra manejada por ciudadanos civiles y mucho mejor también, si alguno que otro empresario quisiera administrar los recursos policiales y atender a las necesidades del cuerpo y sin que los suplidores tengan necesidad de hacer regalos en mercancías y dineros a los oficiales que tuvieran que decidir al respecto.
Si concluimos, podemos entender, que hasta ahora la policía y a lo interno no ha cambiado en nada y que, por lo visto, Then se ha acomodado al viejo panorama y mucho más, cuando se sabe que ha logrado convencer al ministro policial de que está actuando bien y haciendo los cambios de lugar.
Desde luego, tampoco es que se quiera dar a entender que Then fuera un corrupto más de los tantos que hay en las filas policiales y que han desacreditado la institución. Más bien, muchos creemos, que como hasta ahora quien le nombró le ha dejado hacer a su saber y entender, el director policial carece de puntos de referencia o de frenos que le hagan entender que es lo que hace bien o cuanto de lo que hace mal y por lo que decimos, que parecería que la dirección del general Then no se distingue en mucho de las anteriores. Todo es apariencias y continuidad. Ojo. (DAG)
