Desconocemos realmente si a la cuestionada como controversial magistrada, señora Mirian Germán Brito, es una dama a la que pudiera igualársele con San Esteban, el primer mártir de la iglesia cristiana católica, pero sin duda, que si se escuchan los reclamos y desvaríos de quienes dentro de la sociedad civil y la ahora apagada “marcha verde”, parecería, que así habría que reconocerla y después que “sufrió” las embestidas de su antecesor, Jean Alain Rodríguez al presentarse en procura de renovar su calidad de juez de la Suprema Corte de Justicia ante el Consejo Nacional de la Magistratura en el gobierno anterior.
Sin embargo lo que muchos abogados en ejercicio saben, es que desde que llegó al cargo de Procuradora General de la República, organizó un ministerio público rabiosamente sectario y contumaz en materia de desconocer derechos y atropellarlos significativamente y con esa herramienta de acoso y dolor en la que a convertido el ministerio público y con el pretexto de persecución contra la corrupción, al tiempo que el Poder Ejecutivo y sin derecho alguno a sobrepasar los límites constitucionales, le ha dejado hacer y sin importar cuanto maltrato pudiera efectuar, sea por sí misma o por medio de los esbirros que esta ha designado al efecto.
Son 15 meses en los que no hay un día que esta funcionaria y sus serviles, no tramen cuanta posibilidad de hacer daño les sea posible y que es la razón de que las interpretaciones jurídicas que sus esbirros cometen, están llegando a unos niveles en los que no se entienda, que “el ministerio público de Abinader”, atropella abusivamente a abogados, imputados y hasta jueces y gracias a que la funcionaria dispone de una cuadrilla de periodistas y opinantes gubernamentales, todos analfabetos funcionales, que están detrás de los inusitados juicios mediáticos paralelos que la nación ha ido conociendo y abogados e imputados sorprendidos unos y aterrados los otros, al ver como desde la PGR se les conculcan sus derechos y tanto, que ni siquiera en la Era de Trujillo (1930-1961) se había conocido nada igual.
Ahora la magistrada Germán Brito y con su silencio, consciente en todos los atropellos que sus fiscales cometen con el pretexto de enfrentar la corrupción de terceros que no son de su agrado y mucho mejor si a todos los suele ver como parte del tinglado político opositor, en tanto los criterios de los jueces son atropellados, al revelar de antemano los fiscales, sus investigaciones al grupo de mercaderes mediáticos que actúan como atropellantes integrantes de los juicios mediáticos paralelos y antes de que esas investigaciones hubiesen sido conocidas por los jueces a los que se les supone que deberán conocer los casos criminales que la PGR les presenta.
De esta manera, la cofradía de analfabetos funcionales y resentidos sociales que componen esos “tribunales mediáticos” generan todas clases de difamaciones, injurias y mentiras unas detrás de la otra y en base a infundios y supuestas pruebas, que al final no son tales y solo con dos objetivos: Anular la voluntad de los jueces actuantes y manipular a la atrapada opinión pública, reduciendo a la obediencia a medios de comunicación y de información de masas y reporteros a los que la PGR los sabe cómplices de graves inconductas de sus jefes mediáticos y quienes les sirven de punta de lanza para meter presos y sin juicio de fondo, a todo aquel vivo que de una u otra manera la PGR quiera atropellar, descalificar y condenar mediáticamente.
En razón de semejante como atrevido terror judicial, se está dando la terrible circunstancia de que los abogados litigantes no se salvan de semejante entramado de fiscales politizados y habiéndose llegado al extremo, de que cientos de abogados y asociaciones de abogados y hasta el mismo Colegio de Abogados han puesto el grito en el cielo por la manera abusiva de como esa parte del aparato de justicia que es la PGR y las fiscalías, actúan en demostración insólita como abusiva de afectación del estado de derecho.
Y al extremo, que ya se conoce públicamente y se denunció recién en diversos medios de comunicación y de información de masas, sobre las presiones mediáticas, políticas y sociales que inciden en sentencias de jueces, plegados y aterrorizados ante el despliegue de esa artillería mediática que la PGR emplea para difamar, injuriar y hundir a jueces y abogados, al tiempo que aquellos que caen en la mira de la PGR y sin importar razones, son víctimas del colateral terror mediático que destruye reputaciones y arrastra a la cárcel sin pruebas o por rumores, a individuos, que posiblemente si se les hiciera una investigación equilibrada, no serían los demonios del mal corruptor de como suelen ser representados.
Desde luego, no estamos diciendo que muchos de los que los fiscales persiguen no pudieran ser culpables de las acusaciones que se les imputan, sino que nos oponemos firmemente a que la PGR esté elaborando acusaciones políticas y para perseguir a individuos a los que, si a los jueces, la PGR no les presionara o estos no se dejaran presionar por la prensa y las redes sociales, posiblemente pudieran fallar, pero dentro del espíritu de un juicio justo y equilibrado.
Sino que entendemos, que sencillamente, la “protomártir” de la casi desaparecida Marcha Verde, la procuradora general Germán Brito, no puede ni debe continuar manejando de manera tan abusiva el ejercicio legal al que los textos jurídicos establecen con miras de impartir una sana justicia.
Por ejemplo, son más de 10 mil los cónyuges, maridos o esposos, amantes o compañeros de cama, a los que, por una simple declaración de supuesto abuso por violencia y daño marital, se encuentran en las cárceles y no solo sin derecho a fianza o que se les revisen sus casos, sino impedidos a ejercer un derecho tan esencial como es el de defenderse de las imputaciones que se les formulen y a quienes las fiscales femeninas y la mayoría lesbianas, no les dejan expresar sus planteamientos.
Lo que obliga a que planteemos, la más rigurosa como determinante critica a tanto abuso continuo de poder dentro del ministerio público central y la PGR. Es imposible y lo recalcamos, aceptar y en este campo, los continuos atropellos que se cometen y los que hasta ahora y debido a los juicios mediáticos paralelos, la magistrada Germán Brito y sus esbirros, lesiona y afecta el derecho a la libre defensa y también la presunción de inocencia de todo imputado y llegándose a una situación, por la que cualquier día, la persecución de las feministas dentro del ministerio público provoquen hechos de sangre, que incluso a esos fiscales y en lo personal pudiera tocarles.
En consecuencia, si el Poder Ejecutivo insiste en permitir esos atropellos, que entonces haya que reclamarle al Poder Legislativo, a que le ponga frenos a tantos abusos y desconsideraciones por parte de la PGR o el consejo de la judicatura y si este existe y lo que nos obliga a plantear, que parecería, que la magistrada Miriam German Brito, la “protomártir de la marcha verde y de la sociedad civil”, está destruyendo el estado de derecho y al convertir el ministerio público, en la nueva Gestapo contra abogados, jueces e imputados. (DAG)
