Parecería que la ocupación militar de Haití y para destruir a las bandas callejeras y también las políticas, está a horas de empezar y República Dominicana tendría un papel protagónico

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Lo que nunca ningún gobierno dominicano ha admitido, es que, así como en el 2010 y antes y también después, este país ha jugado un papel protagónico en materia de auxilio humanitario constante hacia nuestros vecinos inmediatos, también existe la otra cara de la moneda en materia de control militar cautelar desde el borde fronterizo y posiblemente mucho más allá y si EEUU y como se espera, decide definitivamente por resolver “la problemática haitiana”.

Sin embargo, ahora la situación haitiana se ha convertido en el más grave problema de seguridad nacional que a República Dominicana se le presenta y desde que tras el magnicidio de Moïse, ha sido obvio que EEUU podrá tratar de resolver militarmente el caso, pero contando fundamentalmente con el territorio dominicano como base militar de tierra y la ayuda de su gobierno, es decir, el que preside el presidente Luis Abinader.

Por lo pronto y ahora Abinader en Florida, por lo menos hasta esta mañana, ya el gobierno conoce del escenario que será presentando y por el hecho de que las relaciones de haitianos y dominicanos, no de sus respectivas clases políticas y gobernantes, hay mucho mayor acercamiento, amistad y relaciones solidas de haitianos de origen dominicano y dominicanos de origen haitiano y como nunca antes y tanto, que por un estudio táctico de inteligencia, se conoce, no solo que los haitianos de origen dominicano, colaborarían para que en su país haya sosiego, sino que más de medio millón de haitianos transeúntes residiendo en este país y por razones laborales básicamente, se entienden simpatizantes y eventuales colaboradores para el momento que una fuerza militar extranjera combinada se decida por llevar orden a la nación transfronteriza.

Conocida esta realidad, en el Comando Sur parecería que se ha elaborado un retrato robot de todo el esquema a desarrollar y en el que esta nación podría tener y si las circunstancias lo requirieran, un accionar protagónico.

En este aspecto, se conoce, que, entre el factor mediático dominicano y voces dentro de la sociedad civil, siempre han machacado un absurdo concepto de hacerle creer a los dominicanos que nuestro Estado no debería llegar tan lejos en materia de sus compromisos internacionales y nunca respecto a Haití y porque supuestamente, de suceder, “Haití nos odiaría” y lo que no es cierto.

De entrada, en POR EL OJO DE LA CERRADURA estamos de acuerdo con que se efectúe un accionar internacional a favor de restablecer la paz en Haití y como mecanismo punitivo militar dirigido a hacer desaparecer el pandillerismo haitiano de una vez y por todas y restablecer un orden democrático estable al occidente de la isla compartida.

Esencialmente, lo que se pretende es que los militares dominicanos y en zafarrancho de precombate  y operando con mayor intensidad de lo habitual en la franja fronteriza, inicialmente quede a cargo del territorio rayano en la parte fronteriza haitiana y para que en el mismo se establezca una paz militar drástica de cero pandillerismo y sí reforzamiento de las continuas ayudas sociales y humanitarias dominicanas para  los habitantes rayanos y lo que sirviera de muro humano protector para contribuir a la preservación del territorio nacional y las vidas de los dominicanos que viven en la parte rayana de este lado de la frontera.

Desde luego, sería de muy mal gusto que como medio de comunicación e información de masas digital dominicano, fuéramos los  que reveláramos los planes del accionar piloto que se pretende y mucho menos, sin que el mismo presidente Abinader no estuviese enterado de todos los detalles y para el caso, de si el mecanismo militar de control internacional al final se impusiera.

Algo de esto, parecería que el mandatario fue enterado ayer y cuyo primer punto de acción y concomitantemente con el desplazamiento de tropas estadounidense y de otros países, sería y por lo que se especula, un decreto ordenando una política de toque de queda y no tanto de estado de sitio a todo lo largo y ancho de la franja fronteriza y sin afectar las vidas de quienes viven en las provincias cercanas a la frontera.

El esquema intervencionista por desarrollar y esto es lo importante, es uno de aplicación militar inmediata y de corto tiempo, no más quince días y al final de estos, el auxilio militar internacional y después que EEUU tenga el control de todo el territorio haitiano, se ampliaría y en la medida que otros países del área, entendieran, que la imposición de la ley marcial que el gobierno provisorio haitiano hubiese dictado, habría dado sus frutos.

Así que, en definitiva, lo que queremos llevar al ánimo de nuestros lectores, es que los dominicanos no podemos tener escrúpulos de ninguna especie y con tal de creernos que podríamos estar de espaldas a un accionar castrense, que sea ahora o mañana, algún día sucederá y para acabar con la anarquía que las pandillas delincuenciales han impuesto a sus compatriotas y que tan vigorosamente el mismo gobierno provisorio del doctor Ariel Henry ha reclamado desde el Consejo de Seguridad en la ONU.

Por otra parte, si miramos Haití por nuestro interés pecuniario y al ser el mercado dominicano el abastecedor primario para nuestros vecinos y debido al cual, el país transfronterizo adquiere bienes y servicios dominicanos por más de 700 millones de dólares cada año, no se podría objetar la posible o probable parte de responsabilidad dominicana en el operativo a plantear y que todavía se encuentra en fase primaria final de estudio.

Frente a esta situación tan explosiva, los dominicanos no podemos vivir con la preocupación de que Haití se fragmente en pandillas que se disputan territorio y al extremo de ponernos a los dominicanos entre la espada y la pared y por el muy grave peligro de seguridad nacional que la anarquía pandillera de criminales haitianos nos significa.

En consecuencia, es hora de que se entienda, que parecería que la ocupación militar de Haití y para destruir a las bandas callejeras y también las políticas, está a horas de empezar y que República Dominicana tendría un papel protagónico. (DAG)