Normalmente y cuando se es una persona decente y esta llega electoralmente a la presidencia de la República, al poco tiempo se experimenta una abrumadora sensación de asco y al comprobar, como tantos que se dicen amigos o leales son tan serviles a su paso y ya que nadie es capaz de decirle lo que realmente piensa sobre algún tema o caso que sea de interés del gobernante.
En este aspecto, no son ni uno ni dos los casos que conocemos del por qué determinados presidentes se han sentido avergonzados de las inconductas de ciertos parciales y como le ocurriera a Leonel en su primer periodo y al encontrarse con un general de la policía lavándole los platos a su mamá, doña Yolanda.
Sin embargo, la naturaleza humana y cuando se trata de tener una ambición desmedida, también traiciona al que sea presidente y haciéndole mostrarse con una actitud y cara dura que quienes lo comprueban, se sorprenden de que aquel político “tan abierto” sea un hipócrita redomado y como le pasó al mismo Leonel y también en su primer periodo de gobernante, quien al recibir un libro de historia de la isla y en inglés, que había adquirido un periodista en Washington con miras de obsequiárselo, la reacción de ese presidente fue enviarle un mensaje de gracias vía bíper y no lo correcto, por una llamada personal o una carta de agradecimiento.
Y lo que motivó, que quien hizo el obsequio se sintió agredido e hizo ver su molestia diciéndole públicamente que le creía una persona decente y por lo tanto, incapaz de ser tan desconsiderado y lo que de acuerdo a nuestras fuentes, Leonel nunca le perdonó ese reclamo y tanto, que todavía no le dirige la palabra al periodista, cuyo único delito fue el tratar de ser cortés con ese gobernante.
De Abinader, por ejemplo, nos ha llamado la atención, que recién expresara en un acto religioso católico al que asistió con motivo de su 28 aniversario de matrimonio y sin que nadie se lo preguntara, que él aspira a que cuando no esté en el poder se le trate con respeto.
Al escucharle, de inmediato saltaron las alarmas. ¿Qué ocurre y porque dijo esas palabras?, ¿acaso entiende que después de presidente, su lugar es estar de vuelta al calor de su hogar y de su familia compuesta por esposa y tres agraciadas hijas?
A partir de esa declaración tan criptica, testimonios ha habido, que hablan en cuanto a que parecería, que el gobernante aún está pensando si valdría la pena repetir en la posición que ocupa o si es que acaso se muestra desconsolado por los tantos hechos cuestionables de algunos de sus funcionarios, que para su sorpresa han sido cuestionados moralmente por la avispada opinión pública.
Si esto último es lo que ha ocurrido y desde que se conociera su opinión, políticos y analistas no han dejado de prestarle atención a las palabras y gestos que emite y ni que decir dentro del Partido Revolucionario Moderno (PRM) donde la probabilidad de que se resista ir a la reelección constitucional le ha ocasionado a sus funcionarios una de brinco y espanto, que quienes se sienten comprometidos con la continuidad, desde entonces no duermen nada bien.
NO obstante, del lado de Leonel, quien se graduó en tragarse a quien sea y sin eructar y sin el menor gesto, el comentario presidencial fue entendido como una oportunidad para golpear y darle en la nave de flotación del PRM y hacer entender, que Abinader no repetirá y por lo tanto, que supuestamente a todos les dejara enganchados.
Naturalmente, al final, se trata de un asunto de percepción y de acuerdo de como a cada quien le va en la fiesta, por lo que, y aunque no se quiera pensar, se admite que lo dicho por Abinader ha despertado dudas y que para quienes están en el gobierno, solo pensar que no tendrán cuatro años más en los cargos, lo menos que les provoca es un pánico y del tipo que nunca se pensó que podía presentarse.
Por lo pronto, allegados a Leonel no esconden la probabilidad, de que si por un golpe de suerte este llegara de nuevo al poder y el que sería, si Abinader se retirara de la carrera presidencial sin más, tiempo habría para empezar a hacer el listado de los objetables “íntimos” que el expresidente y por lo que dicen allegados suyos, “tiene interés en ajustarle ciertas cuentas y agravios” y que de ser cierto, se estaría ante un panorama tremendamente revelador, de los odios y resentimientos ocultos que acompañan al presidente de la Fuerza del Pueblo.
Entonces, es evidente que, si Abinader tiene alguna duda, la misma debe erradicarla y viéndose que su principal oponente, de ganar las elecciones, podría ir con una carga de odio de nuevo al poder, que la misma gobernabilidad pudiera entenderse en peligro y lo que sería un tremendo retroceso en el nivel de cambio y progreso y sentido y por la decencia que Abinader le ha imprimido a su gestión gubernativa.
NI que decir, que muchos estrategas políticos y comentaristas mediáticos han empezado a “mover sus cartones” y procurando, que dentro del país político no se presente ningún tipo de crisis sorpresiva que pudiera entenderse como un terremoto político que lo arrastrara todo.
Y de ahí que ya haya gente dispuesta a generar un amplio movimiento de opinión pública demandando del presidente, que se pronuncie ya mismo sobre su probable reelección constitucional y que si se mira bien, vendría siendo el paso correcto y por el bien de los intereses permanentes de la República.
Desde luego, como muchos, creemos que la sangre no llegará al río y que Abinader, en su momento, pero precisándolo desde ahora, será consecuente con quienes le siguen o le alientan en su continuidad y sobre todo, cuando como se conoce, si el presidente quiere saber si está o no bien posicionado ante el ánimo de una fuerte mayoría nacional, solo tendría que convocarlos y preguntar sobre que entienden que debería de hacer, de si continua o no en el poder. ¿Se entiende el por qué decimos, que por primera vez Abinader da indicios de no pretender repetir en el cargo, mientras Leonel abiertamente busca su repostulación y según algunos, por sus resentimientos y ansias de ajustar cuentas? Por ahora es cuánto. (DAG) 12.03.2023
