Desconocemos si el final de la guerra Rusia-Ucrania sea uno auspicioso para la nación eslava y debido a que todo Occidente está volcado en su guerra no declarada, porque Rusia pierda definitiva e ignominiosamente la guerra, pero sí se ve claro, que es lo que EEUU, Reino Unido y UE quieren del resto de las naciones solo potencias regionales o de economía emergente. La sumisión más rastrera como absoluta.
Recién anoche se conocía que EEUU estaba por tomar la decisión de si ampliaba su “ayuda a Ucrania”, en realidad, una cadena de préstamos a gran escala y solo para armamentos militares, pero con la variable, de facilitar aviones de combate y sistemas antiaéreos.
Al mismo tiempo y ya que las tropas ucranianas parecería que efectivamente lograron asestarle hace tres días un gran golpe psicológico y militar, a una Rusia, que desde febrero dio a entender a todo el mundo que la guerra que iniciaba sería una especie de paseo por el que sus tropas y durante todo el tiempo saldrían victoriosas.
Y lo que pudo avizorarse, con el anuncio aquel de la gran flota de camiones y todo tipo de vehículo de motor terrestre por el que un convoy de camiones llenos de tropas entraba a Ucrania y desplazados a lo largo de 60 kilómetros. Fue, armamento, vehículos y tropas que los ucranianos diezmaron en un dos por tres y ocasionando un revés inicial, que los rusos quisieron esconder la humillación dentro de un incremento de guerra propagandística, de la que realmente no se obtuvo los mejores frutos y mucho menos, después de las 12 bajas de generales que la fuerza expedicionaria experimentó.
Ahora, el último hecho de la gran contraofensiva librada y que permitió, que dos mil kilómetros de territorio ucraniano ocupado por el ejército ruso, le fueran arrebatado a sangre y fuego, de golpe y porrazo empiezan las dudas del por qué el ejército ruso, tenido como uno de los grandes del planeta pudo haber recibido semejantes humillaciones y que traen la grave imagen, de ser o verse como un ejército parecido a uno tercermundista y no de la gran potencia militar que hasta ahora el planeta entendía que es Rusia.
Si realmente una chanza pudiera ser implementada para describir la situación que se creía impensable, parecería que Ucrania y ayudada por Occidente, le ha dado un golpe de bastón a un ejército ruso, del que por lo menos, se entendía cubría su frente, flancos y retaguardia y lo que obviamente parecería que no fue así.
Se entra ahora y en lo que la guerra continua, en el plano de las elucubraciones, los rumores y la guerra de propaganda y entrando a la fase políticamente peligrosa, de que el gobierno ruso y concretamente el presidente Vladimir Putin, pudiera empezar a ser visto como un probable perdedor y partiendo de semejante suposición, que de buenas a primeras pudiera despertarse la probabilidad de una oposición interna y política en crecimiento.
De ser este el escenario que fuera a presentarse entonces habría que hablar de que las potencias de Occidente que dirigen la guerra militar y económica contra Rusia y en base a su alta tecnología, servicios de inteligencia, espionaje y fuerzas especiales, están librando una labor de zapa, que poco a mucho toda Rusia empiece a sentir y tanto, que también su admirado presidente pudiera ser visto como el culpable de la gran derrota que algunos entienden que está a la vuelta de su esquina.
Ahora bien, lo que EEUU y aliados todavía no han caído en cuenta, es que mientras en Washington sus estrategas han elaborado una serie de escenarios dirigidos a debilitar o derrotar a Rusia, al mismo tiempo y por las groseras políticas de sanciones económicas iniciadas por la Unión Europea fundamentalmente y detrás EEUU y Reino Unido y en segundo plano Francia y Alemania, están dando una muestra del grave desprecio que sienten hacia aquellas naciones excolonias de una u otra manera, cuyas clases gobernantes han terminado por darse por enteradas de como las grandes potencias no les importa avasallar al planeta y sin importarle vidas y haciendas de otros países y al mismo tiempo que los observadores más agudos caen a su vez en cuenta, de que realmente, la gran perdedora es la UE, que ya es vista, menos que un satélite estadounidense y la misma expotencia unipolar como la gran beneficiada, tanto del choque bélico como de la corrosiva destrucción económica que abate a Europa, mientras EEUU emerge con mayor fortaleza y riqueza como nunca antes e igual y aunque luzca paradójico, la misma Rusia.
Por lo que se está viendo y salvo que la guerra entre las dos naciones eslavas de un vuelco y llegara al peligroso limite de una variable nuclear limitada, que definitivamente, el mundo debería prepararse para enfrentar lo peor y en este sentido, los jefes de Estado y de Gobierno de los países en América Latina, el Caribe, África y Asia, no comprometidos en los acontecimientos bélicos, bien que debieran empezar a poner sus barbas en remojo y visto que EEUU no se detendrá ante nada ni nadie o al menos dejarse la piel y si es derrotado en su afán también de pura supervivencia, de mantener a pie firme su condición de potencia unipolar y exactamente lo mismo que le está ocurriendo a Rusia pero desde otra óptica y a partir del golpe de estado infringido por Occidente a Ucrania en el 2014 y que llevó a la perdida de influencia directa de Moscú en Ucrania y esta a entregarse en los brazos estadounidenses y de entrada, colocando 14 grandes laboratorios, artífices de la variable de guerra bacteriológica, que por el momento no ha sido impuesta como recurso extremo.
De ahí, que al ver todo este dantesco escenario belicista casi global, que también haya que comprender y ver con cuidada ponderación, los resultados de las reuniones de hoy en Washington y entre la vicepresidenta Harris y el presidente Abinader y altos cargos del consejo de seguridad estadounidense y a quien se le ha invitado, no para rezar el rosario ni cosa que se parezca, sino para llegar a determinados acuerdos y políticas que solo interesa implementar a Washington y quien por lo visto, sus estrategas entienden que República Dominicana sería una ficha interesante y oportuna dentro de la lucha por preservar su hegemonía global, que libra nuestro primer socio comercial.
Así las cosas, las preguntas nos llegan: ¿Puede efectivamente Occidente y en su guerra no declarada, ganarle a Rusia su guerra contra Ucrania? ¿Y cuál es el papel de este país y su presidente, ahora que EEUU le ha formulado una invitación oficial a Abinader?
Puede que sí como puede que no, pero un punto si es cierto, si EEUU pretende involucrar la posición geoestratégica de nuestro país dentro del grave contexto del estado bélico que se vive, entonces, a nuestro presidente habría que desearle lo mejor y pidiéndole a Dios que le vea con ojos de piedad, permita que Abinader pacte lo mínimo, pero sin comprometer la vida y seguridad de nuestra nación. Aguardemos. (DAG).