Que el martes, Abinader hubiese hecho uso de sus más efectivos recursos para convencer, no quita, que no se le haya visto con la inquietud propia de quien se sabe que no las tiene -electoralmente- todas a favor

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Desde que el gobierno y el PRM arrebataron y ganándolas, las elecciones municipales, de golpe se ha estado presentando una percepción ciudadana que habla de desconfianza y temor ante lo que se entiende un poder sobresaltado y fuera de control, dispuesto a todo con tal de quedarse en el gobierno de la nación.

Ese sorpresivo cambio de mentalidad, hijo de la sorpresa y temor frente a unas autoridades dispuestas a apelar a los recursos del Estado y para imponérsele a una mayorías de la población que no es seguidora de  Abinader y menos del Partido Revolucionario Moderno (PRM) parecería que no es asunto que en el oficialismo aún haya caído en cuenta y de ahí, que los insultos, burlas y choteos que muchos perremeístas y como el inefable de Eduardo Estrella, están haciendo y al creerse que ya ganaron en mayo y lo que no ayuda en nada a levantar el ánimo a favor de la reelección presidencial constitucional.

Por eso, si los estrategas oficialistas tomaran está situación con mucha atención, deberían por empezar a analizar con cuidado los probables resultados eleccionarios de mayo, pues por lo que estamos viendo, a nivel de la población hay un encono abierto contra un gobierno y al que entienden capaz de los peores excesos y para restarle posibilidades a la oposición y en particular a la alianza Rescate RD.

Es decir, todo indica, que el dominicano promedio es más respetuoso de unos resultados electorales limpios, que aquellos otros que obtenga un gobierno en base a trampas y artimañas o las muestras peores de una partidocracia nada dispuesta a perder sus hegemonías de control autoritario de las instituciones públicas.

Y cuando esta realidad se observa, es como de buenas a primeras y por más encuestas por encargos y a favor tengan las autoridades, que se siente el ánimo nada amistoso de la población y desde el domingo 18, creciendo día a día.

De este modo se tiene y viéndose que la opinión generalizada de disgusto es amplia y porque Abinader no se refirió a su ley 1-24 y sobre lo otro de las torpezas policiales de represión a cierta escala y que recuerdan el accionar de una policía política al estilo de Gestapo y que se está viendo recurrentemente contra todo tipo de protesta que algún ciudadano o grupo de ciudadanos incoen, que la reelección quiera imponerse a jacha y machete, así como tampoco no hubo la menor referencia al problema de los haitianos indocumentados.

Ya se habla de actitudes o posiciones dictatoriales y ello está provocando que sean más los ciudadanos que le tienen miedo al gobierno y lo que debería obligar a las autoridades, a recordar, que no hay situación que una más a las personas que el miedo a ser golpeadas, maltratadas y perseguidas por una autoridad desbordada.

Concomitantemente, ya no se puede hablar de que la alianza gubernamental Avance RD las tenga todas consigo de cara a las elecciones presidenciales y legislativas del 19 de mayo y sí, que como la gente se siente molesta porque el gobierno hubiese tomado por asalto los resultados de las elecciones municipales, se empiece a crear o considerar el nacimiento de un frente interno opositor nuevo y compuesto por personas e instituciones de la llamada mayoría silenciosa.

¿Por qué sucede, si antes de las municipales se entendía que el gobierno y el PRM las tenían todas a favor?, porque los ciudadanos sienten que las autoridades les robaron su derecho a decidir y ejercer su libertad de escogencia sin ningún tipo de obstáculo.

¿Y cuál podría ser la consecuencia directa?, que ya no haya posibilidad de un amplio nivel de abstención y sí de una concurrencia masiva a las urnas y para quitarle fuerza y poder al PRM y de paso, afectando directamente al presidente-candidato.

Se trata de algo simple, los ciudadanos están disgustados con Abinader, su gobierno y el PRM y ya se entiende y por los elogios desmesurados que el domingo, locutores militares hacían del presidente en las dos horas del desfile militar y tomándose también en cuenta los ascensos militares y policiales de ahora, que, si en el gobierno alguien pudiera creer que en mayo podrá utilizar a la guardia y a la policía como ariete intimidatorio contra los votantes no simpatizantes suyos, se podrían llevar una gran sorpresa y es que los ciudadanos esperaban una reacción del presidente al despojo efectuado por su partido sobre el resultado de las municipales.

De ahí que por lógica entendamos, que para Abinader y el PRM ganar las elecciones de mayo, será un reto de muy cuesta arriba y mucho más que todo aquel, que en su momento experimentaron Balaguer y el PRSC cuando fueron echados prácticamente a patadas del poder en el 1978 y habiendo sido en ese momento el gobernante constructor y el partido desarrollista que salvó a la República de su desintegración posrevolución de abril de 1965.

Naturalmente, Abinader y el PRM tienen todos los recursos a su mano y como se ha visto, que en materia de su uso no son nada escrupulosos, bien que podría pensarse, que con todo y el despliegue que hagan y de continuar por el camino de desafíos y agravios en que se han metido después de las municipales robadas, que definitivamente la suerte no podría acompañarlos y por lo menos tanto como quisieran.

Además, hay otro punto que debe tenerse en cuenta, Abinader, el PRM y el gobierno no han ocultado sus resentimientos contra Leonel, Danilo y Abel  y semejante subjetividad, siempre tendrá un peso muy particular y para expresidentes que han sido excelentes gobernantes desarrollistas o autoridad legislativa y municipal de amplio éxito y popularidad.

Entonces, lo que todos los ciudadanos deberemos de tener en cuenta y de ahora en adelante, que en la medida que el gobierno y el PRM persistan en su tontería de subestimar a su oposición, poco que mucho, estarían cavando su tumba o por lo menos, no tener los resultados contundentes que esperan en mayo.

Consideración que nos obliga a plantear, que el martes, Abinader hubiese hecho uso de sus más efectivos recursos para convencer, no quita, que no se le haya visto con la inquietud propia, de quien se sabe que no las tiene -electoralmente- todas a favor. Con Dios. (DAG) 29.02.2024