A diferencia de otros medios y ciudadanos, en POR EL OJO DE LA CERRADURA no le damos ninguna atención a sí los políticos y en todas las instancias de elección directa, estuvieran o no dispuestos a repetir en sus cargos y por una sola razón, que en democracia es un derecho que les asiste, así como igualmente, los electores tienen derecho a decidir al respecto.
En cambio, lo que sí hay que prestarle atención, es ver si el presidente Abinader ya le ha cogido gusto al cargo y dando muestras de un ego sobredimensionado o de creerse que es un dominicano marcado por el destino para gobernar mientras vida tenga y teniendo de herramienta a cargo, ese pandilleril partido suyo, el PRM, cómplice directo de tantos hechos de corrupción que perpetran sus miembros en las funciones públicas.
Por eso, todos debemos de tener interés en saber qué es lo que realmente Abinader desea y lo que parecería que está manifestado en la promulgación de la nefasta ley 1-24 que es un atentado directo a los derechos ciudadanos.
A nuestro juicio, la interrogante puede ser emitida, aprovechando quienes hayan sido invitados a su juramentación en el Teatro Nacional, lo que se facilita para que los dominicanos y directamente puedan cuestionarle al respecto, toda vez que no será una ceremonia propia de la majestad del recinto oficial y augusto del Salón de la Asamblea Nacional y lo que significa, que desde el Teatro Nacional, cualquier invitado podrá hacerle la pregunta que ofrezca la diferencia y por la respuesta que el presidente de, si estará en ánimo de presentar a la fuerza una reforma constitucional autocrática y lo que el mismo gobernante ha dejado traslucir y al señalar hace una semana, que no permitirá que ningún legislador pretenda disentir del proyecto de reforma constitucional que auspicia.
Y es que debemos ser categóricos, Abinader no puede creerse que él y al ser “elegido” mediante un fraude colosal y en unas “elecciones” en las que 60 de cada 100 ciudadanos no concurrieron a las urnas, tenga calidad legal y legitima para imponer una nueva dictadura y lo que parecería que sucederá, cuando se comprueba que no ha terminado su gobierno en funciones y ya ha estado nombrando funcionarios para el nuevo y lo que no es legal y menos legítimo. Los dominicanos tenemos entonces, absoluto derecho a saber en qué pie estamos parados. (DAG-OJO)
