¿Qué es más peligroso en lo institucional? ¿Qué un conjunto de partidos y aliados a una guerrilla pandilleril tome el poder e imponga una tiranía o que un presidente extremadamente popular se erija en el gobernante de una nación con ansias de redención, paz y venganza?

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La política del poder y mucho más que la simple y cotidiana, es una cuya característica principal es la de imponer una democracia autoritaria dirigida en principio contra cualquier tipo de delincuencia, sea de Estado, empresarial o política y siempre bajo la egida de un presidente reivindicado electoralmente con un apabullante apoyo popular, cuya misión básica es la de refundar su país bajo esquemas institucionales de protección al ciudadano.

En este sentido es que todos tenemos que entender el fenómeno que se ha dado en la República de El Salvador y desde que, en el 2019, el pueblo de esa nación se arriesgó a seguir casi con los ojos cerrados, a un joven presidente, quien primero debió pasar por el purgatorio de una casta política amoral y corruptora, que a como dé lugar trataba de impedirle dar los primeros pasos en su carrera pública.

De esa manera, Nayib Bukele logró triunfar dos veces como candidato a alcalde y lográndolo en dos grandes municipios y en un país, al que la partidocracia había diseñado dentro de un esquema de supuesto “pluralismo político”.

Gracias a ese esquema de trabajo innovador, los salvadoreños descubrieron y esto no es un halago y dado que los resultados así lo demuestran, que perfectamente podían obtener el punto intermedio de un gobernante nuevo y de aire de redentor con el que merecían pasar el examen de ver si perfectamente podrían darle jaque mate al pandillerismo social y político que intolerantes salvadoreños de izquierda castrista habían impuesto y sumido al país en una orgía de sangre y terror, que por años arrastró a más de 100 mil personas a toda una serie de muertes violentas, que para el 2019 ya era insoportable que pudiera continuar existiendo.

Bukele entonces y siendo un muchacho, pero preparado intelectual y pragmáticamente para semejante encomienda propia de salvar a su país y hacerlo resurgir institucionalmente, en su primer periodo de gobierno, logró lo que parecía imposible y en consecuencia, El Salvador rescatado por él y en función de que su pueblo creyó en él, le renovó su confianza y por eso el resultado de haber ganado apabullantemente, recién ahora y lo que se aplaude sin vacilación.

Sin embargo, no hay triunfo electoral cierto que no tenga su cuota de oposición mezcla de envidia y rechazo a políticas innovadoras y desde el pernicioso y estrecho punto de vista de organizaciones internacionales y ONGs financiadas por gobiernos con mentalidad colonialista, quienes al ver que con Bukele no les salía la cuota de complicidad que tenían con los gobiernos pasados y que contribuyó en mucho mayor grado a institucionalizar la violencia criminal en la que el Estado salvadoreño fue convertido por las bandas de asesinos y depredadores y tanto como políticos y guerrilleros y deviniendo luego como pandilleros de la peor especie, en una terrible maquinaria de muerte, dolor y desesperación disfrazada de seudos gobiernos legitimados por fraudes electorales.

Ahora, todos esos intereses internacionales tan variopintos se le han ido al cuello al joven y exitoso gobernante y en esta ocasión, utilizando el esquema del pandillerismo mediático supuesto defensor de la “legitimidad constitucional” y defensa de “los derechos humanos de los ciudadanos”

Hablamos de todo ese esquema mediático de supuesta institucionalidad  que nunca sus críticos “periodísticos” se ocuparon de enfrentar  lo más duro de la violencia política pandilleril y guerrillera  y el que ahora se arroja como fiera herida, sobre el apabullante triunfo popular y dentro del esquema de los llamados superpoderes de Davos, quienes a como dé lugar quieren confundir a los salvadoreños y para que caigan en el grave error de desconfiar del extraordinario ejercicio de trabajo positivo de su integro gobernante.

Esta es la realidad que está ocurriendo, los antiguos poderes colonialistas, depredadores en extremo y como dueños y financiadores de organismos pantalla internacionales como OEA, ONU ó el Foro Económico Mundial, herramienta fundamental de la banca Rothschild por medio de Klaus Schwab Rothschild y para citar unos casos y sin dejar de recordar gobiernos de países como EEUU, UE, Reino Unido, quienes nunca han aceptado que países del llamado tan equivocadamente “tercer mundo” puedan manejar por sí mismos sus riquezas naturales y salir por sus esfuerzos del oprobioso sistema colonial esclavista, cuya mayor expresión la encontramos en el rey esclavista y genocida Leopoldo de Bélgica y su terrible continuidad en esa Francia  de mentalidad colonial y depredadora al extremo de Macron.

Cuando todo lo anterior se entiende, para nada y al menos los pueblos y naciones al sur del Rio Grande y hasta Tierra del Fuego, jamás podrían aceptar que poderes del exterior quisieran volver a sojuzgarles, Argentina y ahora mismo con todo su sistema financiero en manos judías y con un presidente populista al revés, que aboga por que el sionismo tome control de las riquezas de aquel país sudaca, mientras Chile ha sido víctima y terreno de prueba del lanzamiento de rayos de energía desde satélites creados  expresamente y que al igual como ocurrió en Hawái, es objetivo de incendios en cadena, cuya finalidad es quitarle a los chilenos, el control, dominio y propiedad de sus tierras  y para no olvidar lo más reciente, Reino Unido y junto a EEUU dispuestos a arrebatarle a su riqueza petrolera a la República Federativa de Guyana y mediante un aparente apoyo del Esequibo, en tanto en Ecuador, su multimillonario presidente acaba de entregar su país a control del Comando Sur y que a nuestro modo de ver, es el primer punto de apoyo de la vieja teoría estadounidense de “América para los Americanos” conocida como Doctrina Monroe.

De tenerse en cuenta todo lo anterior, es evidente que sobre esta parte del mundo se cierne la mayor amenaza contra su integridad, gobernanza e independencia y de la mano de EEUU. Reino Unido y la UE. Y que es la razón del porqué los gobiernos de esos países y los organismos internacionales alcahuetes suyos, han visto el tremendo potencial de independencia propia de El Salvador en manos de Bukele y sí que, por sus éxitos, ocurra lo previsible de otros países y pueblos en la región, deseosos de seguir sus pasos.

Al razonar todo esto, entonces se cae en el por qué el presidente Bukele es víctima de la peor campaña mediática dirigida contra un presidente de genuina extracción popular y ungido como tal y contando con más del ochenta por ciento del voto popular y que es también la razón de que tan hipócritamente desde el exterior se hable, de “ese estilo autoritario que despierta desconfianza en su persona” y como expresara hace poco desde la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y como aparente “analista”, uno de sus expresidentes, el guatemalteco Gonzalo Marroquín Godoy escribiendo en un periódico dominicano capitaleño centenario.

En nuestro concepto, todos los americanos de habla española, portuguesa y francesa, todos, tenemos que abogar por que la “formula Bukele” triunfe y para que, de esta manera, una tercera fuerza institucional de gobiernos nacionalistas y populares y de una vez y por todas, aleje al viejo imperialismo explotador del gobierno de nuestros países.

Por ello hay que tener presente, las siguientes preguntas: ¿Qué es más peligroso en lo institucional? ¿Qué un conjunto de partidos y aliados a una guerrilla pandilleril tome el poder e imponga una tiranía o que un presidente extremadamente popular se erija en el gobernante de una nación con ansias de redención, paz y venganza? (DAG) 13.02.2024