Si realmente se quiere que en este mundo haya paz y duradera, que la confraternidad impere y las personas como las naciones se toleren, lo primero que hay que indagar es por qué la banca Rothschild, que está en pie desde el siglo 18 quiere que la guerra en Ucrania no termine e igualmente los casi cien conflictos bélicos que a este día hay en el planeta y de la que esa banca es y en mayor o menor medida, la sustentadora de todos esos conflictos.
Obsérvese, que el presidente de Francia, Macron, un empleado de los Rothschild, es quien lleva la voz cantante en el empeño de esa banca para que el conflicto ucraniano no termine y que, al contrario, sea ampliado con una prolongación directa de la guerra y pretendiendo un futuro enfrentamiento, a nuestro juicio suicida, de Europa contra la gran nación eslava.
Al mismo tiempo, solo hay que ver que los gobernantes europeos Merz y Starmer que acompañaron al francés en su reunión proguerra con el fracasado de Zelensky y al unísono, quieren una prolongación de la guerra, mientras Trump aviva la pretensión y con ese anuncio ultimo de que EEUU proveerá todo el equipo bélico de alta tecnología que Ucrania necesitará.
El común denominador es utilizar la guerra como el mecanismo incierto para que las economías de sus países se revitalicen y el terrible déficit estadounidense pudiera ser reducido y tales intereses tienen que ver con las ramificaciones de la banca Rothschild en esos países.
Lamentablemente. en la mayoría de los países europeos, no solo que carecen de lideres que sean estadistas y sí el horrible paquete de burócratas corruptores que tienen, como también carecen de una verdadera opinión pública libre y sí de un amplio rebaño de ciervos y esclavos aferrados a su estado de necesidad y mediante la perversa utilización de medios de comunicación y de información de masas totalmente sesgados y contrarios a los respectivos intereses nacionales, sino lo grave de que el razonamiento lógico se ha perdido y la moral ha sido hecha girones.
Por eso y en un clima social y político tan enrarecido, lo peor del totalitarismo está emergiendo y pueblos y naciones se debaten y contradicen, chocan y hasta se enemistan, viendo que son incapaces de traer paz a la humanidad, sentido de cordura y dominio de una adecuada responsabilidad en la preservación de valores morales y aliento para que sus pueblos y vía sus nuevas generaciones, se revitalicen.
De esta manera, lo que vemos, es que los nuevos bloques bélicos que se están formando y como contrapeso natural a la suicida pretensión europea-OTAN de querer destruir a la Federación de Rusia y hablamos de Rusia-China-Corea del Norte, en ciertos aspectos pudieran ser la garantía, de que la Unión Europea no quiera arrastrar a la humanidad a la guerra de exterminio, que también el papa León XIV explicara esta mañana en su homilía al mundo desde la Plaza de San Pedro.
Entonces y ante clima tan enrarecido y si a los dominicanos se nos ocurriera por un momento, entender qué somos dentro de este clima global de conflictos y ambiciones desbocadas, encontraríamos, que, por irresponsabilidad colectiva, la mayoría está haciendo lo imposible y con tal de destruir a nuestra nación.
No tenemos un gobierno verdaderamente dominicano y el que de tan poco y ante la pasividad y cobardía de tantos, inició su ejercicio cinco años atrás, declarando la destrucción de los sagrados símbolos nacionales y comenzando con la erradicación del Escudo Nacional de los documentos y actos oficiales, con lo que se nos señala, que, como gobierno plutocrático, no se siente al servicio de su país y sí que actúa como lacayo del de EEUU.
Solo con comprobar que la nación ha retrocedido en sus estándares de vida hacia una situación de estado fallido de antes del 1930, debería ser más que suficiente, para que las tres generaciones que han nacido desde el 1961 y que ya cuentan todos esos individuos, con un promedio de cincuenta y siete y sesenta y tres años, debería ser más que suficiente para entender que se va hacia el abismo y que sus miembros, tienen la responsabilidad de corregir las serias distorsiones que ahogan la vida nacional.
Nada más hay que ver que el empresariado como el sector financiero, es el nicho gansteril que se le ha impuesto al Estado Dominicano y debido a que los políticos y gobiernos se han corrompido gracias al oro corruptor que los miembros del CONEP y sus asociados y en particular desde el gobierno en la sombra del Consejo Nacional de Competitividad (CNC) han secuestrado las instituciones nacionales y a la población se la ha reducido a la más infame esclavitud económica.
Terrible también, es observar la fuerte degradación de la libertad de expresión desde los lupanares mediáticos en las redes sociales, mientras el antro de los medios de comunicación con la etiqueta de Asociación de Diarios, y de manera vil y contando con la complicidad de periodistas y comunicadores, ahora se empeña en elaborar una infame ley de destrucción absoluta de la libertad de la prensa independiente a esos intereses y a la que tanto el Poder Ejecutivo como el Poder Legislativo, sus súcubos legisladores le han dado amplia acogida.
¿Podría decirse que estando en semejante degradación colectiva, este país pudiera enfrentar los efectos corrosivos de ese estado bélico global, que para mayor posibilidad de brote anárquico, lo tenemos con una Europa y organismos de la ONU, empeñados en destruir a esta nación y como mecanismo para resolver la anarquía haitiana y haciendo desaparecer a República Dominicana o en su lugar convertirla en una especie de trampantojo (trampa ante el ojo) que cuando los dominicanos vengan a darse cuenta, se encontrarán compartiendo la nación con la otra transfronteriza y por esa maldad francesa y europea de no devolver los recursos millonarios que Haití fue forzada a pagar por su independencia y que ahora e indirectamente quieren que este país sea el que pague los platos rotos y para colmos, con un gobierno decididamente pro haitiano y para nada dominicano?
¿Pero y porqué sucede todo esto?, Expliquémoslo de manera sucinta y si se quiere brutal: Porque los dominicanos nos hemos dejado corromper, envilecer nuestras costumbres, ahogarnos en la droga y el teteo inmoral, destruir nuestras instituciones y carecer de una clase gobernante dispuesta a todo con tal de rescatar a su nación.
Vamos y si Dios no mete su mano, a la destrucción programada de nuestras instituciones, idiosincrasia y nacionalidad y antes de los próximos treinta años, en tanto nuestros vecinos en el Caribe insular, como tiburones están al acecho, mientras desde Washington su gobierno de matones cree que con su nueva embajadora-espía esta podría actuar como un procónsul imperial.
Consecuentemente y por lo que estamos viendo, ¿podría este país sobrevivir a una escalada de la guerra en Europa en la medida como la UE quisiera y cuando de cretino el gobierno nacional acaba de darle un portazo indecente al canciller ruso Lavrov y en una visita de Estado que debió de ser utilizada, por lo menos, para tener un espacio de criterio abierto que protegiera los intereses nacionales de la pretensión oculta de Trump de reducirnos como nación a un estado vasallo?
Con razón, que, observando el escenario mundial, nos asomemos un momento a este y digamos, que querer la paz no es lo mismo que buscarla y menos, cuando Europa conspira para que la guerra continúe y ante lo cual, a Rusia y por más que lo quisiera, solo le queda defenderse o morir. Con Dios. (DAG) 11.05.2025