Lo primero que hay que recordar, es que, así como un decreto presidencial se sustituye mediante otro, igual ocurre con cualquier tipo de reforma constitucional o no y que una nueva asamblea legislativa o Revisora, está constitucionalmente facultada para hacerlo, por lo que la propuesta de reforma Abinader, tarde o temprano tendrá el mismo destino que todas las reformas constitucionales anteriores, la de ser modificada.
Lo otro y que ningún periódico escrito recoge y no obstante que el presidente Abinader se pronunció ayer de viva voz al respecto, es que, por lo visto, el primer mandatario aspira que el texto de su reforma sea aprobado por adhesión y sin ninguna discrepancia por parte de senadores y diputados y peor, con la amenaza presidencial, de que actuará con firmeza contra toda voz disidente y lo que esta amenaza se entiende que va directa contra la mayoría de su partido.
Si se recuerda que Abinader ya tiene en sus manos la peligrosa ley autoritaria 1-24, mediante la cual puede suspender las garantías individuales al momento que así lo quisiera, la República debe de estar en alerta frente a lo que ahora anuncia y que para nada tiene que ver con democracia y sí con dictadura o peor, con una apuesta por establecer un califato. Ojo pues. (DAG-OJO)
