InicioECONÓMICASRegulación. La banca dominicana tenía razón sobre las normas de Basilea

Regulación. La banca dominicana tenía razón sobre las normas de Basilea

La evolución de los acontecimientos ha dado a la banca dominicana más razón de la que presumía cuando alzó la voz a principios de año para pedir cautela en la aplicación de las normas de Basilea III, reformada por Basilea IV, para evitar una sobre regulación.

La advertencia había sido planteada a través de una publicación de Manuel González M., director técnico de la Asociación de Bancos, quien no veía necesario que la banca fuera sometida a un proceso de adopción en toda la amplitud que trata Basilea II y que se implemente de golpe el Basilea III, reformado en Basilea IV.

Y tenía razón. Los Acuerdos de Basilea fueron concebidos tras crisis financieras protagonizadas por bancos grandes, complejos y transfronterizos, con operaciones de trading, derivados, titulizaciones y exposición global.

En cambio, la banca dominicana es fundamentalmente comercial, está orientada a depósitos y crédito local, tiene escasa interconexión internacional y no genera riesgo sistémico global.

De manera que así como sería imprudente dejar a la banca dominicana sin una prudente regulación relacionada con la capitalización, también lo sería que se le impongan cargas de capital que no reflejan el riesgo real.

Para un banco pequeño, cada punto adicional de capital reduce capacidad de prestar, encarece el crédito, penaliza sectores productivos.

En países como la República Dominicana, donde el crédito es un motor de desarrollo, esto puede frenar crecimiento sin mejorar sustancialmente la estabilidad. Y ni hablar de la rentabilidad, que queda erosionada cuando se impone una sobre regulación.

Pero actualmente el temor a los rigores de las normas de Basilea también se ha extendido a países grandes, con bancos sistémicos.

En países y regiones como Estados Unidos, Inglaterra y la Unión Europea, se están tomando medidas para flexibilizarlas.

Estados Unidos va más lejos en la flexibilización y reducción de normas prudenciales ligadas a Basilea para fomentar crédito y crecimiento, cambiando reglas de capital y apalancamiento, aunque con debates sobre riesgos sistémicos. Entre las medidas más recientes adoptadas, están la relajación de reglas del “enhanced supplementary leverage ratio” aprobada por reguladores estadounidenses, reduciendo la carga de capital que los bancos deben mantener contra activos de bajo riesgo.

También los reguladores han movido planes para permitir que los bancos mantengan más valores del Tesoro de EE.UU. con menor capital reservado, lo cual suaviza un requerimiento clave ligado a Basilea.

Reino Unido sigue un camino menos oneroso que en el pasado, con algunos alivios y aplazamientos, especialmente en la implementación de partes complejas de Basilea y mayor proporcionalidad.

En el caso de la Unión Europea, su banco central ha presentado propuestas para “simplificar” el diseño de los requisitos de capital y buffers, consolidando múltiples colchones en dos grandes categorías y simplificando el ratio de apalancamiento. También se busca aumentar la proporcionalidad para bancos pequeños y reduciría la complejidad sin bajar los niveles de capital requeridos en general.

Y, como es sabido, cuando el traje aprieta al poderoso, hace que al débil le falte el aire. Por: Mario Mendez / Hoy

 

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