Se aproxima la hora de la verdad en la lucha de hegemonías entre EEUU-Rusia-OTAN, por lo que República Dominicana debe alinearse y rápido con Washington y correr su suerte

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Cada día que pasa, se refuerza nuestra convicción, de que definitivamente la humanidad va hacia el estallido de una Tercera Guerra Mundial “de a verdad”, que por lo que parece y dados los últimos acontecimientos bélicos y económicos prebélicos no hay manera de que se pueda evitar.

En ese contexto, países vasallos de los grandes poderes globales hegemónicos y de acuerdo con las respectivas áreas de influencias de cada uno de ellos, no tienen probabilidad alguna de escaparse de sus respectivas cuotas de responsabilidad y mucho menos queriendo hacer como en las dos guerras anteriores, pretendiendo mantener una dudosa neutralidad.

Ateniéndonos a esta realidad, es evidente que naciones como República Dominicana nunca podrían escapar a la cuota de responsabilidad que el teatro de la guerra le imponga y en función de su dependencia geopolítica propia.

También debe entenderse, que si bien es cierto, que mirándolo en frío, parecería que la invasión rusa a Ucrania luce desproporcionada y abusadora, no lo es menos, que al ser la Federación de Rusia, la nación y en territorio, más grande del planeta, que EEUU y vía la OTAN la haya impuesto que 15 grandes bases militares de última generación rodeen su territorio y la utilización de Ucrania como especie de protectorado desde el 2014 y sus dos efectos directos: Un golpe de Estado para tener un gobierno “amistoso” y la localización de más de 20 grandes laboratorios para fines de guerras biológicas, que Rusia se hubiese sentido obligada e imperativamente a defenderse de lo que con mucho sentido común, se entiende una agresión directa contra su integridad física territorial y supervivencia nacional.

Entendiendo esta realidad, obviamente que las penas que pudieran endilgársele a Rusia no se corresponden a la existencia de un mecanismo imperial de agresión contra Ucrania y sí de absoluta defensa propia, mientras cada día se entienda y observa que la imagen imperial de agresión punitiva, si que es responsabilidad de un EEUU negado en lo absoluto a aceptar que el mundo unipolar que estaba bajo su control hasta hace poco, es uno que va cambiando y directo hacia otro multipolar y lo otro tan revelador, de que Europa y desde la Unión Europea y a todo el resto de sus naciones e incluido Reino Unido, cada día evidencia una perdida de soberanía propia y a un nivel tan reducido y como se está viendo a resultas de las sanciones económicas contra Rusia, que definitivamente y si el mundo sale vivo de la guerra que se avecina, los pueblos y naciones de la península europea, jamás volverán a ser aquellas poderosas naciones e imperios coloniales de lo que se enorgullecían.

Es al contrario, individualmente, ya todas las naciones europeas no son soberanas y por la simple razón de que se la entregaron a la Unión Europea y para mayor desacierto, entregando su gobernatura a un grupo de burocrátas, quienes con mentalidad de súbditos, carecen de las formas y eficacias de los grandes estadistas europeos de otrora.

Por esa razón, EEUU y antes de entrar de lleno a lo que sería la Tercera Guerra Mundial, se ha convertido en el imperio dominante desde todo occidente, del que ahora toda Europa depende y mucho más en materia de abastecimiento de gas y petróleo y por cuyo efecto, EEUU es hoy la gran potencia económica casi global sino fuera porque la Federación de Rusia cuenta con las mayores reservas naturales de todo el planeta y que junto a las naciones BRICS, de hecho, es un poderoso imperio global múltiple, que bajo ningún concepto, Washington podría de subestimar.

De ahí que puntualicemos, que para una nación como República Dominicana, es tremendamente difícil tratar de ser independiente frente a su principal socio comercial y mucho menos, cuando de este dependen que no desaparezca en un santiamén, con solo que EEUU permita que el estado fallido que es Haití, sea el punto de origen de la desaparición de la nación dominicana como tal y con el pretexto de que entre los dos países hubiese estallado una guerra de supervivencia en razón del tremendo conflicto social actual de un Haití casi al borde de la disolución y con el atractivo de irse a la desesperada hacia los territorios al oriente de la isla compartida.

Ciertamente que durante la Cumbre de Las Americas 2022 en la ciudad de Los Ángeles, el presidente Joe Biden tuvo un muy particular afecto y acercamiento con el presidente Luis Abinader y al que prácticamente ungió como su favorito para correr por la reelección constitucional.

Pero también debe recordarse, que la política no tiene rostro y tampoco sentimiento y que al primar los intereses por encima de todo, una nación de vocación imperial como lo es hasta ahora, EEUU. Mide a las demás naciones en función de ser aliados o potenciales enemigos a aplastar y destruir, por lo que en el presente conflicto bélico EEUU-Reino Unido-OTAN contra Rusia, el Estado Dominicano y entendiendo la realidad objetiva de la guerra, no le queda otra que aceptar, inclinarse y apoyar lo que, en este aspecto, decida su primer socio comercial.

¿Acaso esa no es la razón básica del por qué del súbito viaje de Abinader a La Florida y donde parecería que se reuniría en secreto con altos cargos civiles y militares estadounidenses y en particular, con la mayor general que dirige y es responsable del Comando Sur?

Lo malo en este tipo de encuentro obligado, es la recurrente actitud dominicana de aplicar medias verdades y medias mentiras y para quedar ante la nación en una pose lo más parecida a estar bien con Dios y con el Diablo y lo que de pronto se  cae, desde el momento que desde “fuentes bien enteradas” de EEUU, se destapa la realidad de lo que se dijo o pactó en las reuniones de que hablamos y lo que ocurre, cuando en Washington no se está de acuerdo con esa política constante dominicana de doble moral  y huida de responsabilidades.

Desde luego, en POR EL OJO DE LA CERRADURA no somos adivinos y mucho menos tenemos micrófonos ocultos cerca de nuestro joven presidente, pero en estos cincuenta y un años de nuestra existencia y en materia de política de Estado, siempre hemos sabido ver y escuchar, aquello que realmente, sí que importa y mucho más, de cara a los intereses permanente de nuestra nación. Al presidente le deseamos suerte, es hábil, pero tampoco lo sabe todo.

Con razón que digamos, que se aproxima la hora de la verdad en la lucha de hegemonías entre EEUU-Rusia-OTAN, por lo que República Dominicana debe alinearse y rápido con Washington y correr su suerte. Con Dios. (DAG)