Por los 50 años que tenemos de existencia y tanto como columna política de análisis independiente y como medio de comunicación, primero, análogo o tradicional y luego digital y ya con una proyección amplia en internet y que solo es frenada por el acoso económico que se nos tiene y dada la gran mediocridad y servilismo de la prensa mercancía que controla a la atrapada opinión pública, siempre escuchamos aquello de si en el territorio nacional o en su plataforma marina, esta nación tiene sus propias fuentes de energía provenientes de los hidrocarburos.
En ese plano y por investigaciones propias que nos llevaron tres veces a La Habana, capital de Cuba, así como en Río de Janeiro en Brasil y manteniendo toda una serie de indagatorias sobre la probabilidad dominicana, al final pudimos llegar a la conclusión, de que efectivamente tenemos fuentes de hidrocarburos o manto petrolífero y en ese entonces, cerca de tres kilómetros de profundidad y tal como concluimos en Petrobras en un seminario al efecto como en la misma Cuba, en el área de Santa Clara, por lo que nuestra opinión fue y es, que en su momento y cuando las circunstancias objetivas lo faciliten, la economía dominicana estaría en condiciones de iniciar procedimientos nacionales propios que incentiven su investigación, desarrollo y producción.
Dada esa experiencia, siempre hemos dicho y ahí está la colección de POR EL OJO DE LA CERRADURA, tanto como columna periodística o periódico semanal o programas en la radio y la televisión, que definitivamente los dominicanos deberíamos prepararnos o estar expectantes, en procura, de que, llegado el momento, esta economía se revitalice con su propia exploración y explotación petrolífera.
Sin embargo, no contábamos con una realidad terrible y que tiene mucho que ver con la mentalidad rastreramente sumisa de la mayoría de los dominicanos de clase media y ni hablar dentro de su clase gobernante, no solo de no confiar en sí mismos, sino que subestimándose a un grado enfermizo y propio de la mentalidad de esclavo que existe, muchos entienden y de esos grupos, que este país no puede ni debe tener por sí, la exploración y explotación de sus fuentes de hidrocarburos, si las mismas no son hechas por “socios” estadounidenses, europeos o asiáticos.
Semejante criterio tan estrecho, los políticos de este país y hablamos desde el 1966 a la fecha, ninguno acepta, que la probabilidad se toque y por lo que desde Charco Largo hasta la fecha y precisamente, por los mismos que en aquel entonces dirigían el destino económico de la nación y ahora de nuevo en el poder como PRM, han mantenido una política obstruccionista de puro obstáculo y peor, ni siquiera aceptando, que naciones industrializadas a la que le compramos mucho más que el monto que adquieren de nuestros productos, compensen nuestros desbalances comerciales mediante becas de alta tecnología y particularmente petroleras o de tierras raras o de investigación sobre la exploración de la energía del propio planeta conocida como geotérmica y a la que ahora habría que agregar la energía nacida de fuentes volcánicas.
Recuérdese, que en la isla hay, por ahora, seis volcanes apagados y los que podrían ser aprovechados y ni hablar de la exploración de nuevas fuentes financieras en base a las criptomonedas, que vendrían siendo el seguro a largo plazo de una economía solo manejada por 14 familias económicas y empresariales en asociación con la Reserva Federal y sus doce grandes bancos asociados y desde luego, dando un giro absoluto a la desastrosa política económica de apartheid en materia de inversiones turísticas en base a mano de obra esclava y sin importar que los dominicanos sean reducidos a nichos de supervivencia solo al servicio como mano de obra esclava de los empresarios hoteleros y turísticos.
Ahora, funcionarios de este gobierno del empresario Luis Abinader, cabeza del primer gobierno plutocrático en la historia nacional, parecería que se tiene interés en tocar el tema y más como incentivo de probabilidad para inversionistas estadounidenses y otros foráneos, que otra cosa y naturalmente, teniendo en la mira a largo plazo, el arrebatarle a la economía el control propio de la Refinería Dominicana de Petróleo (Refidonsa) y para generar la suerte de oligopolio extremo con el que los grupos económicos y financieros quisieran tener para sí el control de todas las fuentes de energía o de producción y sin importarles en lo más mínimo, la suerte de la nación.
Con miras de lograr su nefasto propósito, solo hay que saber cuál es el porcentaje del producto bruto interno, que solo en materia publicitaria y sólo entre empresas y corporaciones productoras de energía, estas “invierten” en materia publicitaria y con miras, de que periódicos y canales de radio y televisión o programas de periodistas y estos, dizque como “productores independientes”, manipulen y condicionen a la atrapada opinión pública y en la dirección que los grupos económicos y financieros y dentro del gobierno plutocrático, así quieran.
Tan particular dependencia y a nuestro modo de ver, marca el ámbito posible o probable de autonomía de esos mass media y periodistas, que a su vez se refleja en la terrible inoperancia de las cámaras legislativas, donde todo se hace en función de los intereses reinantes y no porque sea factible que haya una salvaguarda legal, que impida y todos los días, que, en el Congreso Nacional y su partidocracia, la soberanía nacional sea desmantelada o repartida en pedazos.
Y que es la razón, de que ahora se publicite, que se trate de lograr evidencias concretas en cuanto a que en el territorio nacional “exista petróleo en cantidad comercialmente explotable” y de lo que habló ayer el presidente de Refidomsa y experto en mediciones de opinión, Leonardo Aguilera y él mismo, al servicio del presidente Abinader, en la eucaristía de Acción de Gracias por los 49 años de Refidomsa.
No vamos a decir más, solo plantear, de que la nación no puede dejarse acariciar por cantos de sirena y como es ese proveniente de la embajada estadounidense ó de la embajada de la Unión Europea, a propósito de un reciente discurso presidencial en el que Abinader acusó al presidente ruso Putin, de “intervencionista” y que mereció el aplauso de esas unidades diplomáticas, que a razonamiento a contrario, lo único que nos dice, es que parecería, que como nunca antes, en este país, parte de su propia gente, se está en temperamento de entregar a lo absoluto la propia soberanía nacional, profundizándose en una dependencia absoluta de nuestra economía.
De ahí que digamos, que se vuelve con la cantaleta de si hay o no petróleo y como perversa maniobra de distracción. Con Dios. (DAG)