Más parece una obsesión enfermiza del presidente Luis Abinader y entre hipócrita y perversa por demás, ese afán suyo de querer despojarse de sus atribuciones constitucionales como jefe del ministerio público y con la supuesta expectativa de hacerlo un poder independiente, pero para favorecer a la partidocracia y en particular al PRM y como mecanismo de contrapeso frente a quien sea Jefe de Estado y de Gobierno y que por lo que hemos conocido, es el interés secreto del primer mandatario.
En este sentido, bueno es puntualizar, que tal como el ministerio público está establecido, el mismo funciona como el legítimo contrapeso de un Poder Judicial, que en algún momento sea un adversario del Poder Ejecutivo y que de suceder, sería una afectación mucho peor a todo lo malo que en la judicatura se da contra la voluntad e intereses de cualquier procesado y al que por influencias políticas, sus adversarios influyen ante jueces politizados, para negarles sus derechos y afectarles en su condición de ciudadanos.
También hay que entender, que el Partido Revolucionario Moderno (PRM) ha devenido y como hijo putativo del PRD de la Guerra Fría, en una de las organizaciones políticas más dañinas contra la institucionalidad de este país y al mismo tiempo, altamente perturbador de los fueros y derechos ciudadanos.
Solo debe recordarse, que cada vez que el PRD ha gobernado en este país, las libertades públicas y los fueros ciudadanos son afectados y a un grado, que de improviso se descubre su perverso trajinar de atentar el orden democrático e imponiendo una democracia autoritaria altamente respaldada por lo peor del sector mediático y sus periodistas y comunicadores.
De esta manera, la dictadura militar a ocultas ya no es utilizada y porque ha sido sustituida por un entramado autoritario de medios de comunicación y de información de masas, sus periodistas y comunicadores, la gran mayoría sicarios y difamadores profesionales.
Ahora mismo, ¿qué es lo que se tiene? Que tanto Abinader como su partido y sus aliados de alquiler, quieren que la justicia represiva, que constitucionalmente está establecida al amparo del Poder Ejecutivo, se la modifique constitucionalmente, esto es, vía el Congreso Nacional donde el PRM tiene mayoría absoluta y a partir de agosto de este año recuérdese que puede mostrar una aplanadora que aniquile toda posibilidad de que las libertades de información, de conciencia y de disidencia sean respetadas y puedan ser el fundamento del ejercicio de la formación correcta de las leyes y por el hecho, de que desde ya, el PRM está imponiendo una grosera dictadura del partido único, cuya mayor expresión será vista en la afectación de la libertad de debate parlamentario.
Desde luego, nada de lo anterior se dice y mucho menos cuando el conjunto de todos los partidos agrupados dentro de la infame partidocracia y tanto de gobierno como de oposición, conspiraron en el pasado proceso electoral y con el solo objetivo de perpetuarse en el poder y como amos del control arbitrario de la atrapada opinión pública.
Justo por ello fue, por lo que hace seis meses, Abinader impuso su decreto 1-24 y con el que, de golpe, los dominicanos estamos viviendo bajo el imperio de un sutil estado de emergencia, que en la práctica ha reducido en la nada las libertades públicas y al costo de garantizarle al sector mediático, un 40 por ciento fijo de los ingresos del Estado por publicidad o propaganda.
Paralelo a este interés, se habla y como medida de embaucamiento y entretenimiento, lo de la reforma constitucional que el oficialismo quiere y cuando toda la nación conoce perfectamente, que con la Constitución vigente no permite ningún tipo de reelección presidencial que vaya contra el articulo 124 de la Carta Magna, que ordena, que el Poder Ejecutivo es elegido por cuatro años y podrá optar por un segundo periodo (acaba de ocurrir) y no podrá postularse jamás.
Abinader y dicho sea de paso, si consigue lo que quiere de controlar el ministerio público y con miras de darle “legitimidad” arbitraria e ilícita, a un Poder Ejecutivo, que viola la Constitución para entregarlo a la partidocracia y con su brazo ejecutor entregado a su vez al PRM y que si los legisladores de ese partido se atrevieran a violentar el estado de derecho, no tendría necesidad alguna de estar en el ejercicio de la presidencia de la República y porque desde su partido, Abinader estaría en la condición absoluta de ser el verdadero poder dictatorial detrás del trono, en tanto deja en el Poder Ejecutivo, a un lacayo que sea solo obediente a todos sus actos, disposiciones y mandatos.
Y lo que hay que advertir y para que ningún ciudadano se deje agarrar de tonto útil y como ya se está haciendo desde el gobierno, poniendo a correr la bola de lodo que cada día se agranda, de un supuesto listado de 8 supuestos presidenciales que pudieran sustituir a Abinader y como la oposición está vendida al gobierno, se garantizaría de ese modo una auténtica dictadura de tres poderes no independientes entre sí y sí conexos en un ejercicio de poder aplastantemente totalitario.
Damos la advertencia de lugar y para que los pocos espíritus libres que todavía existen en este país hagan lo imposible y para impedir que cuaje el siniestro juego de poder en el que Abinader, el PRN y el Poder Legislativo están inmersos y como último recurso para que la cortina de hierro de puro totalitarismo no caiga sobre la vida de esta nación y afectando a todos los ciudadanos, sectores y mecanismo de poder publico y privado y al amplio abanico del empresariado como del mundo financiero.
Obligándonos a decir, que esta trama que denunciamos va en la única dirección de un serio atentado contra la institucionalidad y al despojar al Poder Ejecutivo de sus atribuciones constitucionales de jefe del ministerio público y mucho más, si lo que se pretende es otorgárselo al PRM y a la partidocracia. Con Dios. 21.06.2024
