Y en este aspecto, hablamos por experiencia propia, toda vez que en los 50 años como analista político de Estado e independiente a todos los poderes públicos como privados, no han sido ni uno ni dos los casos, de políticos candidatos a la presidencia de la República, quienes por una u otra razón, nunca han podido aceptar la liberalidad y profesionalismo de como en POR EL OJO DE LA CERRADURA manejamos la critica ácida y cuando es menester hacerlo o la otra de contención amistosa y las que siempre van dirigidas a logar que esos políticos, no solo no se endiosen y hasta se entiendan absolutos y con una arrogancia que no da espacio para el buen entendimiento.
Sino que, al mismo tiempo, cuando llegan al poder vacían sus resentimientos e inconformidades y haciendo ver a sus seguidores, que sus críticos mediáticos son sus peores enemigos personales. Error conceptual, que solo es posible, porque la temeridad de juicio de muchos políticos, no les permite aceptar que los demás tenemos el derecho a criticarles y, sobre todo, cuando de lo que se habla, es de políticas públicas, que esos políticos aplicarán desde el poder y con una animosidad crítica realmente chocante.
En este punto y lo que debe puntualizarse, no es la mejor presentación de los seguidores, primero del partido blanco y luego de las otras banderías que se desprenden del PRD, sino que las animosidades de sus dirigentes y seguidores siempre llegaban a niveles de hacer desaparecer de la faz de la tierra a todos esos periodistas y analistas que su líder histórico no pudo tener en su puño y a quienes realmente perseguía y en determinados momentos, con una saña francamente inaudita.
Sin embargo, cuando dentro del primer gobierno del PRD entre los años 1978-1982 se pretendió conspirar para asesinar al doctor José Francisco Antonio Peña Gómez, fue el “periodista enemigo del PRD”, como se le imputaba a Daniel Adriano Gómez, quien enterado de lo que se pretendía, avisó al radio comunicador Juan Bolívar Rosario, que le avisara al destacado político que lo pretendían matar y que era necesario que ambos conversaran.
Efectivamente, al otro día y en la emisora de Bolívar Rosario en el sector capitaleño Naco, se reunieron ambos y por tres horas y al líder nacional perredeísta quedar en conocimiento de lo que se tramaba en su contra, DAG le observó que debería verse de inmediato con el presidente Guzmán y llegar a algún tipo de pacto y se le advertía, que podía decirle al gobernante que fue Gómez quien le reveló la trama y en la que también estaba implicado o en conocimiento, el entonces jefe del DNI, coronel Oscar Padilla.
Por esa actitud tan noble del periodista, el líder nacional del PRD salvó su vida y también arribó a acuerdos con el presidente Guzmán y quien tampoco tenía conocimiento del crimen que se pretendía.
El doctor Peña Gómez, hombre de gran nobleza, le ofreció a Daniel Adriano, la tercera diputación del PRD en el Distrito Nacional, rechazándola el periodista y al hacerlo, el jefe político le dijo, “bueno, con tú rechazo se la daré a mi gran amigo Johnny Ventura” y como en efecto ocurrió.
Nunca nuestro editor y redactor jefe, nunca saco en cara el servicio desinteresado que había hecho al gran líder perredeísta, pero, sí que, a partir de ahí, ambos hombres se guardaron un gran respeto y del que la mayoría de sus seguidores, no entendían porque Peña Gómez distinguía al periodista y el que nunca le aceptó ningún tipo de publicidad o canonjía, siendo el político el alcalde la capital nacional.
A Daniel Adriano, los perredeístas de la dirección y uno de sus hermanos más queridos y cegado por la envidia, siguieron imputándole barbaridades y este y hasta hoy, cayó sobre este particular.
Pero ahora y con el nuevo gobierno del presidente Luis Abinader y conociendo nuestro editor y redactor jefe, que una peligrosa cadena de animadversiones parecería que se ha desatado contra este medio de comunicación y dado que entre él y Abinader, nunca hubo el menor acercamiento y como si el presidente lo tiene con el hermano mencionado, pero tampoco nada de animadversión, DAG se ve en la necesidad de traer el asunto a conocimiento de nuestros lectores y simplemente, porque no entiende tantas malquerencias hijas de la mediocridad y el cierto tipo de odio irracional que se muestra y porque creemos, que al momento que el presidente esté enterado, frenará en seco tales despropósitos.
El ejercicio del periodismo auténticamente libre, es uno que se caracteriza por la nobleza en la exposición y la defensa sin limites de los intereses permanentes de la República y siempre teniendo como accionar propio ante el bandidaje político, que independientemente a las criticas que ese periodismo formule al gobierno de turno, a quien sea su presidente, siempre hay que preservarle y hasta que al momento, uno que otro presidente se vuelva loco y ahogándose en una prepotencia enfermiza y terrible culto hacia su personalidad, no acepte que se le critique y como sí le ocurrió al expresidente Medina, quien y porque tanto a él como a su ministro presidencial y al otro administrativo y de broma y también con cierto sarcasmo, les bautizamos como la “santísima trinidad presidencial”, lo más parecido al infierno nos cayó encima y con una ferocidad realmente demoníaca.
En realidad, nada de ese tipo de ataque o desencuentro nos sorprende y menos, cuando entendemos, que, sin dudas, cada gobierno tiene su librito y cada presidente sabe manejarse en materia de guardar animadversiones contra determinados críticos, de los que cuando estaba fuera del poder, veía rayos y centellas contra quienes, en un momento dado, le criticaban con cierta beligerancia y casi de roce personal. Pero hasta ahí. (DAG)
