Para el 1916, EEUU y en su mayor época desde que en el 1823 impuso su agresiva política exterior militarista, la Monroe, por medio de la cual, se alzaba en armas contra cualquier pretensión colonialista europea para apoderarse de parte de este continente o de la mayoría de las Repúblicas nacidas a raíz de la ocupación española como resultado de etapa colonialista ibérica a razón del primer viaje del almirante Cristóbal Colon en el 1492.
Sin embargo, la susodicha doctrina, con el tiempo devino en una, cuyo objetivo era detener la colonización europea y la expansión de monarquías en el hemisferio occidental, pero la que así misma y hasta que se dio el momento, de que, se reinterpretó para justificar la intervención estadounidense en América Latina y el Caribe, convirtiéndose en una herramienta para su hegemonía regional y expansión e influencia.
De ahí que para el 1965 y a propósito del «triunfo» de la llamada revolución castrista en 1960, que en cierta forma fue patrocinado por EEUU mediante la propaganda inducida de los periódicos de la cadena Hearst, en Washington cundió el nerviosismo más extremo y con el supuesto, de que el factor imitación pudiera propagarse en la región y en particular, en determinadas Repúblicas y de esa manera la epidemia revolucionaria pudiera llegar a un país como República Dominicana, la que desde el 26 de abril de 1965 se encontraba en los aprestos de un inicio de revolución castrista parte dos y en manos de 65 jóvenes comunistas de entonces, la mayoría estudiantes y agentes doctrinarios y guerrilleros encubiertos de Moscú y Pekín y más atrás patrocinando la conjura sediciosa que dio al traste con la Era de Trujillo (1930-1961) y porque supuestamente «dos dictadores no podrían coexistir al mismo tiempo en el Caribe» y como decían los burócratas del dominican desk en el Departamento de Estado.
Fue esa la razón, por la cual, el presidente L. Jhonson ordenó la segunda invasión militar estadounidense el 28 de abril del 1965 y la que terminó el 26 de septiembre del mismo año después de la instalación, el día 3, de un gobierno provisional presidido por el ex diplomático y vicepresidente del partido del exiliado expresidente Joaquín Balaguer, Héctor García Godoy.
La invasión ocurrió, porque supuestos seudo izquierdistas y aliados con militares, derrocaron el gobierno del Triunvirato que era presidido por el presidente Donald Reid Cabral y el que había sido instalado por su familia, Vicini Cabral, que era a su vez, el poder fáctico de aquel tiempo y en momentos que el gobierno dominicano había sido derrocado y su lugar ocupado, más de propaganda que en los hechos, con seguidores del derrocado expresidente Juan Bosch e instalándose en la parte colonial de la capital dominicana quien veinte años después, confesó que tenía ideas que simpatizaban con el comunismo.
En la práctica, nunca hubo tal gobierno y gracias a que las fuerzas militares dominicanas lograron detenerlos en seco e instalando y con apoyo estadounidense, un nuevo gobierno provisional el 06 de mayo de 1965 y teniendo el 90 por ciento del territorio nacional bajo su control y presidido por el general Antonio Imbert Barreras y el que duró hasta el 30 de agosto de 1965 y hasta que el 03 de septiembre entró el nuevo gobierno de García Godoy, quien a su vez y como producto de unas elecciones generales supervisadas por la Organización de Estados Americanos (OEA) entregó el poder el 01 de julio de 1966, al presidente electo, Joaquín Balaguer.
¿Cuáles, los puntos coincidentes de ambas ocupaciones militares estadounidenses? Por la primera, que la nación se debatía en una anarquía generalizada producto de una clase gobernante anárquica y sin mentalidad de imponer un estado moderno y por lo que durante siete años hubo un gobierno militar estadounidense desde el 1916 al 1924, que reorganizó y reestructuró el débil estado, creando una dinámica nueva para una ejército nuevo y formado por oficiales académicos y de línea de batalla, cuya cabeza, el general Rafael Trujillo fue designado por el presidente Horacio Vásquez Lajara y avalada su designación por la aprobación del Congreso Nacional.
Cuando en el 1965 la fuerza de los hechos geopolíticos impuso la segunda invasión estadounidense, la República venía de parecida anarquía dentro de su clase gobernante y como producto de la conjura y celada que los mismos EEUU patrocinaron con elementos locales, Trujillo muere en el trayecto de una carretera y de noche, en intercambio de disparos el 30 de mayo de 1961.
A partir de ese hecho, la familia Vicini Cabral tomó el control de la cosa pública e impuso dos gobiernos: El Consejo de Estado, a la cabeza, el ex diplomático Fello Bonnelly y el que tuvo la responsabilidad de preparar las elecciones de diciembre de 1962, gobierno que fuera derrotado y con su presidente Juan Bosch, siete meses después. la misma familia también impuso el gobierno del Triunvirato que duró hasta el 1965.
El dominicano de aquellos tiempos (1916) solo entendía de pelear en la manigua a tiros, espada y machete y no existía ningún tipo de estructura que se pudiera llamar “clase gobernante” y si todo un círculo de galleros, cultivadores de tabaco y caña de azúcar. Los gobiernos cambiaban según el bando que le llevara y generándose una anarquía de tal magnitud y por la ausencia de contrapesos ciudadanos, que indujo a la primera invasión estadounidense de ese año.
Lo mismo ocurrió para el lapso 1961-1965, pero dentro de otra vertiente y ya con atisbo de clase media, ejército organizado, economía de industrialización primaria ligera y un pueblo con cierto tipo de formación ciudadana y que controlado otra vez por la familia Vicini Cabral y como cabeza oligárquica, generando una anarquía tal y en cierto modo, alimentada por los medios de comunicación de la época, quienes influenciados por el triunfo de la llamada “revolución cubana”, que había sido armada con municiones y armas dominicanas (en esa época los servicios tecnológicos tenían una moderna fábrica de armas dirigidas por militares polacos y húngaros al servicio del gobierno de fuerza de Trujillo) no paraban de emitir propaganda laudatoria, que decididamente influyó en un amplio sector de la juventud y que fue la razón del por qué de la segunda invasión estadounidense de abril de 1965.
Ahora y desde hace una semana, se inició la presencia militar estadounidense con un esquema de invasión y ocupación asimétrica y consentida por el gobierno del presidente Luis Abinader y su partido PRM….y contando con la aprobación de los tres expresidentes de la República y sus respectivos partidos y lo que ha sucedido, con el pretexto de la supuesta guerra contra el narcotráfico que el gobierno estadounidense ha anunciado y que es la razón del porqué Abinader cedió el territorio nacional para el fin militar estadounidense, ocupando este y ya mismo la principal base militar, el primer aeropuerto civil y desde meses atrás, habiendo autorizado al Comando Sur que podía utilizar sus navíos y aviones dentro de las aguas territoriales y el cielo dominicano.
¿Protestas de hecho?, ninguna. Al contrario, la mayoría de la gente y en particular la clase gobernante, entregadas de pleno a la nueva embajadora estadounidense, L. Campos, una experta en espionaje y seguridad y la que con un discurso complaciente, ha hecho creer que su gobierno no tiene interés en imponérsele al país y menos al gobierno dominicano y lo que desde luego, nadie con dos dedos de frente cree.
Y así vamos, a golpe de palo y zanahoria y esta, “aromatizada” con la ingesta de cocaína y marihuana, proporcionada en mayoría por estadounidenses de origen dominicano con base en Nueva York y que es el nuevo elemento decisivo para la nueva y probable materialización de la tercera invasión y ocupación estadounidense originada en el ente artificial: “Dominicanyork Republic” y sus familiares aquí, actuando como agentes encubiertos y que es el ariete «a modo civil» que EEUU tiene para anular la soberanía nacional y con el disfraz de «logística y apoyo contra el narco».
Por eso decimos, que somos los mismos dominicanos, los culpables de que EEUU nos haya invadido y ocupado dos veces y ahora esté al principio de una ocupación “asimétrica” nueva. Con Dios. (DAG) 09.12.2025
