Ayer y en su destape propagandístico continuo por medio del cual, el presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump despliega su visión maniqueísta sobre el bien y el mal, pero él pretendiendo encarnar el bien, mientras para Trump, el resto de la humanidad y en particular las economías que no se le someten a la estadounidense, las entiende y junto a sus pueblos y países, como la personificación surrealista del mal.
Dentro de ese contexto, en los casi doce meses que tiene en el poder, el presidente estadounidense, no solo ha desequilibrado o casi destruido el sistema de equilibrios en base al cual, las 195 naciones independientes y soberanas del planeta han podido tolerarse y de cierta forma. vivir sabiendo que este mundo de ahora es lo más parecido al contrincante que siempre tiene lista la puñalada trapera.
Y que con Trump, un individuo que en lo personal se comporta como un matón bravucón de la peor calaña y avalada la presunción, por el hecho de 95 expedientes criminales abiertos en tribunales de su país y terminando sentenciado como delincuente, parecería que en su megalomanía y la que tanto su propia familia como expertos en conducta de individuos, no dudan en calificarle. Y que es la razón por la que a lo largo de los últimos diez meses se ha estado comprobando y llegando ya a unos niveles de trastorno social colectivo, que de hecho y de tal la crispación colectiva que sus actuaciones y comportamientos han generado, que nadie no analice la probabilidad de que el comportamiento suicida del presidente estadounidense y en su insanidad mental pudiera arrastrar al planeta a una gran conflagración.
¿Por qué esto está sucediendo? Si se recuerda que en EEUU , su clase dirigente y la misma gobernante y en gran mayoría, están formadas por gente de mentalidad totalitaria y actitud imperialista y lo que se comprueba en los negocios, la banca, el sector mediático y hasta el de entretenimiento y producciones cinematográficas y su diario vivir y que es el factor que refuerza ese militarismo imperialista, que para el año 1823, entendía, que con imponer una ley que al aplicarse, sus efectos, pudieran impedir que otras naciones fuera de este Continente, quisieran tener relaciones diplomáticas, culturales o comerciales con las naciones de habla española, portuguesa, francesa y holandesa, que como es natural y en su evolución respectiva como estados libres, soberanos e independientes, es lo más correcto del mundo que también quisieran mantener buenas relaciones con sus antiguas metrópolis en tiempos coloniales.
Con Trump sin embargo, es evidente que EEUU y viéndose que su hegemonía unipolar de los últimos 80 años se ha resquebrajado y paradójicamente, tanto por el plan de reconstrucción Marshall para Europa y luego el otro de incentivar la financiación y mudanza de empresas e industrias a China Popular para que el gigante asiático se convirtiera en la factoría de occidente, mientras al otro lado de los Urales, Rusia, la eterna y poderosa nación eslava y dentro de su territorio, el más grande todo el planeta y su mezcla de religiones, culturas, gente e idiomas, por su propio ingenio ha sido capaz de resurgir cada vez más en el tiempo.
Dando por resultado, que ahora China y Rusia a la vuelta de los últimos 80 años han crecido tecnológicamente y en materia de negocios y al extremo, de que ya son dos naciones con vocación imperialista acentuada y como genética propia, que por su propio desarrollo e independencia económica, han conformado la base no monopólica de un nuevo mundo multipolar, que facilitar que el planeta sea dirigido solo por una potencia, sino que esta debería comenzar a aprender que ya otras han tocado a su puerta y le han advertido que deben ser tratadas de igual a igual.
Esta situación realista, Trump y el sector más ultraconservador y reaccionario estadounidense y de origen sionista, nunca la han aceptado y por eso, ahora como presidente, Trump se ha empeñado y colocándose al lado de su estado secreto en Medio oriente, el Israel sionista, que a verdad cree que pudiera revertir.
Sin embargo el mundo real dice lo contrario, que EEUU tiene y debe adaptarse y entender que habiendo originado este mundo multipolar con sus propias políticas desarrollistas, indirectamente creó el mundo multipolar de hoy. Pero Trump no lo acepta y ahora su empeño de tratar de revertir la situación en base a guerras convencionales o nuevas de alta tecnología y misiles…pero en este último aspecto EEUU ha quedado rezagado y al final experimentará un rotundo fracaso….que terminará por destruirle su improvisada carrera política
La prueba está, de que y aunque lo parezca, Washington no se ha podido robar el petróleo venezolano, que tampoco no le ha ido nada bien con Irán y en igual escenario con Corea del Norte y para citar dos-países civilizaciones que se le resisten a ser dominados. Para colmos, Trump cae en el grosero exceso de pretender cerrar las vías de navegación en el Mar Caribe y con el pretexto de librar una supuesta guerra contra el narcotráfico, ha enviado toda una flota de guerra de 32 embarcaciones de todos los tamaños y potencialidad, para impedir el libre tráfico de buques petroleros saliendo y entrando de puertos venezolanos.
Tan errada percepción y en paralelo, le vemos fabricando a la desesperada, su guerrita de un Destroyer contra una lancha de pesca a la que bombardeó y mata cerca de 100 pescadores de varias nacionalidades y en lo más parecido a una ejecución extrajudicial y en tres meses con un saldo penoso: Embarcaciones ligeras destruidas y 100 pescadores asesinados por sus bombardeos. Y ayer diciendo y en el colmo de la estupidez para un presidente de EEUU, que no entregará el petróleo y tampoco el barco que le transportaba y lo que está por verse.
Tampoco ese despliegue de fuerza bruta le ha significado a Trump triunfo alguno. Al contrario, todas las naciones latinoamericanas y caribeñas e incluidas las tres islas-Estado que le han dado respaldo en el Caribe, todas están expectantes aguardando que otro paso de riesgo Trump será capaz de ordenar.
Ayer y en esa pretensión tan falsa como débil, dio dos pasos hacia su desastre: Designó a un representante en la isla de Groenlandia con el objetivo de crear el ambiente propicio para robarle la isla al reino de Dinamarca y amenazó en lo personal y en la integridad física del presidente venezolano Nicolás Maduro, jefe de Estado de otro país independiente y soberano, a que si no le entrega lo que le solicita respecto a que los consorcios petroleros estadounidenses vuelvan a tener control de las concesiones que 60 años atrás otros gobiernos se les habían otorgado y con el argumento absurdo, de que como en su país, quien es dueño del suelo es también dueño del subsuelo, exige a Venezuela que le devuelva los territorios que dice que son suyos y al mismo tiempo, pretendiendo un formato de seudo legalidad de mal pretendida extraterritorialidad y que en América Latina, su ordenamiento jurídico establece en todas las naciones, que el subsuelo pertenece a la nación y administrado por su Estado.
Ahora todas las naciones y sus gobiernos están esperando que Trump materialice su amenaza de no solo derrocar al presidente venezolano, sino también asesinarle e invada a ese país para hacerlo su nueva colonia.
Teniendo pues semejante talante propio de un matón bravucón, Trump y sin darse cuenta, se ha labrado su propia suerte y lo que debe decirse, porque no debe olvidarse, que quienes mandan en EEUU desde su estado profundo, nunca permitirán que este presidente les haga perder el país que crearon y lo que veremos en los días por venir.
Justo por ello es, por lo que decimos y aunque parezca contradictorio, que todo el mundo cree, que Trump es el desquiciado que oculta su incompetencia actuando de bravucón contra otros países. Pero en realidad. el peligro es mayor: Es el estado profundo aprovechando a su títere y para intentar reimponer un nuevo tipo de colonialismo. Con Dios. (DAG) 23.12.2025
última actualización: 10:13 am.





