Es la mujer del momento. La más buscada. El foco mediático se ha dirigido hacia Ainhoa Armentia después de que la revista ‘Lecturas’ publicara unas fotografías en las que aparece paseando por la playa con Iñaki Urdangarin. Pero, ¿quién es ella más allá de la amiga del marido de la infanta Cristina? La nueva protagonista de la crónica social tiene 43 años y trabaja como analista contable en el bufete de abogados donde el yerno del Rey Juan Carlos I se gana la vida, donde posiblemente se conocieron. Tiene formación de secretariado, administración y gestión, aunque ahora estudia un grado en Administración y Finanzas; y en sus redes sociales profesionales se autodefine como una persona “emprendedora, polivalente y resolutiva”.
Entre sus funciones en el bufete de abogados donde trabaja con Iñaki Urdangarin, se encuentran la gestión y asesoramiento en los diferentes modelos fiscales, además de encargarse de la facturación y contabilidad con distintos clientes o administraciones. Su anterior trabajo estaba relacionado con el mundo del automóvil, y fue ahí donde conoció a su actual marido, Manuel, con quien tiene dos hijos de 13 y 17 años.
Aunque en sus recientes apariciones públicas muestra un actitud muy comedida y discreta, en sus redes sociales Ainhoa Armentia presenta un perfil mucho más divertido y extrovertido. La amiga de Urdangarin publica vídeos en los que aparece bailando junto a sus amigas o familiares o comparte estampas cotidianas que permiten conocerla de una forma más íntima.
En este sentido, destaca un vídeo que se ha viralizado en las últimas horas, en el que aparece durante una entrevista para una televisión local durante el carnaval de Vitoria-Gasteiz, disfrazada de piano. “Disfrutando a tope”, dice Ainhoa Armentia durante su intervención.
Aunque no está acostumbrada a estar en el ojo del huracán mediático, la amiga de Urdangarin ha mostrado una actitud muy cordial y correcta con las hordas de paparazzi y reporteros que la esperan a la salida de su trabajo o de su casa, despidiéndose siempre con un “gracias, no tengo nada que decir” y con una sonrisa en la cara. [ó Egos- La Razón]