¿Cómo es posible, que en un país donde, de sus once millones de habitantes, diez disponen de teléfonos y celulares, los tres mususes que dirigen el aparato de prensa y propaganda hubiesen creído que podrían mentir manipulando y adulterando una información pública que ya la generalidad de la ciudadanía estaba enterada y creyendo lo que un experto profesor y académico había emitido, denunciando este la nueva circunstancia de otro escándalo financiero más y desde un organismo económico financiero asociado a los seguros y reaseguros y con raíz en el banco más importante del sistema financiero estatal?
En este sentido, es simplemente inconcebible, que se haya dado la atrevida ocurrencia y motivada por las firmes y doctas declaraciones del catedrático universitario, Juan Ariel Jiménez, exministro de Economía, quien puso al desnudo todo lo relativo a manejos administrativos nada adecuados en Seguros Reservas y que arrastran al recién removido expresidente del Banco de Reservas y al extremo, de que ya es público, que en la entidad de Seguros -no del BR en sí- ha sido descubierto un hoyo financiero y monetario que por lo que ha trascendido, si no se le anda a tiempo, fácil que la situación pudiera caer en otro fenomenal acto de corrupción administrativa y hasta peor que el recientemente destapado en el servicio de salud Senasa.
Entonces y ya el escándalo corriendo en todo el país político y en el sector de las altas finanzas, a los tres mususes que Abinader colocó en prensa de la Presidencia de la República, vino a ocurrírseles el peor desatino y como ha sido ese, de adulterar las declaraciones del exministro y presentándolo como un político travieso queriendo minar la credibilidad del principal banco del Estado, cuando Jiménez, lo que hizo, fue alertar desde los mass media al mismo presidente Abinader, de los manejos turbios que subalternos suyos estaban haciendo en la entidad oficial de seguros y lo que conllevará serias consecuencias para la misma credibilidad del gobierno.
Los inexpertos propagandistas , en vez de medir las consecuencias negativas que arrastraría la barbaridad de adulterar las declaraciones de naturaleza económica y financiera que tienen que ver con el comportamiento económico del mismo gobierno, al adulterarla y presentarla vía sus bocinas pagadas en determinados lupanares en las redes sociales, era un asunto de que semejante mentira se caería por sí misma, desde el momento y como ocurriera, que áreas del periodismo y la comunicación responsable escucharan la versión real de los dicho por Jiménez y la compararan con la adulterada del aparato de propaganda que dirige el antiguo y a ese momento retirado periodista, Félix Reyna, quien los últimos años los había pasado como cónsul general en Caracas, Venezuela y a quien Abinader le colocó a dos más y los tres con la características de ese ropaje de mediocridad, que se presenta, cuando se pasa a un cargo público y se descubren las mieles del poder y a lo que es fácil habituarse.
Sobre esta materia de propaganda, lo primero que los expertos siempre recomiendan, es nunca mentir y mucho menos adulterar declaraciones de terceros que se entienda van directas contra la imagen que se quiera proteger, en este caso, la del gobierno de Abinader-PRM y Competitividad y por eso, que quienes son expertos en contra propaganda y para atenuar los efectos de la declaración a enfrentar, se apoyan en no mentir y lo más importante, sacarle provecho a tal declaración “enemiga”, utilizando de la misma, aquella parte de la que se pudiera apelar para que la atrapada opinión pública, por lo menos entendiera, que el error perpetrado desde Palacio, se trataba de un desliz y no una provocación y mucho menos, de algún empeño de ocultar la verdad.
Dado que Reyna y sus mususes no hicieron lo correcto y sí agravaron el error, no podía sorprender, que a las seis horas de que el catedrático Jiménez hubiese revelado la situación conflictiva que debía corregirse con urgencia, ya la mayoría de la población y por medio de sus celulares y tabletas electrónicas, se encontraba totalmente enterada de la ocurrencia y por consiguiente, el debate siguiente se produjo con la fuerza de un huracán devastador para la poca credibilidad del gobierno.
Obsérvese, que el catedrático Jiménez habló a mediados de la semana pasada y cayó dejando un lapso prudente para que la respuesta gubernamental se produjera. No la hubo y sí ataques políticos rastreros de toda especie y con un rosario de descalificaciones personales, que para colmos, agravaron la falta de credibilidad del gobierno y cuando este lunes el catedrático publicó en el matutino centenario capitaleño, lo que vino siendo la disección del cadáver y ya putrefacto de lo ocurrido en la entidad de seguros, el gobierno había perdido su más grande batalla contra su credibilidad.
Pero hay más, Jiménez, quien como ciudadano también ejerce la actividad política desde un partido que se dice opositor y dado que los dos principales partidos opositores, sus lideres, son y para decirlo con rispidez, compinches de Abinader, se les ha visto guardando silencio y para nada y todavía a este día, no han dicho absolutamente nada sobre el nuevo escándalo, mientras Abinader se parapeta en su acostumbrado silencio y deja que lo poco que sirva de su gobierno, de la cara y trate de resolver la situación creada por la estupidez de los tres mususes de su aparato de prensa y propaganda.
Lo otro que también ha salido a relucir, es el hecho, de que gracias al periodismo ciudadano en las redes sociales y los celulares de cada ciudadano, la prensa mercancía tradicional ha quedado anulada para efectos de la atrapada opinión pública y con lo que rudamente se ha testimoniado, que el periodismo ciudadano y al desnudo y con crudeza de exposición e incluidas sus plataformas en internet y aquellos medios que como este periódico digital se especializa en el análisis político de Estado y con todo que los que controlan publicidad comercial y oficial le entienden que “no tiene seguidores”, resulta, que para la minoría que decide el destino nacional desde las fuerzas vivas y la sociedad civil, sí le entiende y como a otros parecidos, una fuente viva de información crítica y lo suficientemente abierta y confiable en lo profesional y para que quienes tienen poder de decisión en este país, nunca dejen de tenerles en cuenta.
Por eso, el presente debate está servido y ya es una verdad irrefutable, que el periodismo ciudadano e incluido el que se auxilia de bots para agrandar sus visitas y audiencias, se ha convertido en el puntal de la verdadera opinión periodística que la nación necesita.
De ahí que el aparato de prensa y propaganda y dado que los tres mususes que lo dirigen no han dado pie con bolas en la presente situación y con su estúpida manipulación, ha agravado la credibilidad gubernamental, ahora esta se encuentre entre la espada y la pared y a estas alturas, Abinader debe de estar dándose golpes de pecho, al ver que en donde menos supuso, su gente le haría pasar el terrible papelón de ahora.
Una sola sugerencia: Que Abinader enfrente el fallo comunicacional ocurrido y que él mismo, sea directamente o mediante un comunicado, explique directamente su visión sobre lo que está ocurriendo en la entidad de seguros tan severamente cuestionada y desde luego, que asuma responsabilidades de sacar de la administración pública, tanta gente que ha nombrado y le han fallado.
Su apuesta debe ser, apelar a la sinceridad y desmarcarse de lo ocurrido, haciendo lo que todo presidente responsable hace: Romper por el medio, repartir responsabilidades y sacar del gobierno a quienes con sus inconductas le han desacreditado. No tiene otra. Y sobre todo, teniendo en cuenta la siguiente lección: No porque alguien sea periodista, este tiene capacidad y preparación para manejar la contra propaganda y mucho menos, cuando los que tiene, son puros burócratas de pluma, cámara, micrófono y papel y quienes se asustan de sus propias sombras.
Razones más que suficientes para que digamos, que una estupidez del aparato de prensa y propaganda de Palacio, precipita al Gobierno a su peor pérdida de credibilidad en cinco años y dejando a Abinader en el peor de los descréditos. Con Dios. (DAG) 30.12.2025
última actualización: 05:03 pm.





