Una feliz visión geoestratégica, que, si aquí los sectores ricos no la malogran, dará un aceptable resultado para los intereses permanentes de nuestra nación…

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Todavía no salimos del asombro que nos ha producido, que en un país como este de criticones e envidiosos y de mucha gente perversa que le gusta lo ajeno, los sectores decisivos de las fuerzas vivas en los sectores empresariales y financieros, nadie hubiese criticado el reciente viaje presidencial a la República Cooperativa de Guyana (amplio conglomerado étnico de guyaneses de origen hindú y africano) y con una base económica y financiera sustentable en petróleo y gas, que en menos de cinco años será una de las economías de mayor crecimiento continuo en el mundo y con un factor geopolítico de peso que será imposible de desconocer.

Lo que importa, es reconocer que, en este sentido, el paso dado por el presidente Luis Abinader, al iniciar relaciones de Estado a Estado y presentando su mejor carta de presentación, la buena fe del Estado Dominicano procurando conseguir un socio comercial estratégico, tiene unas características y parámetros, tanto o más significativos, que todo cuanto nos han representado otros países y mercados en los cinco continentes y con particular unidad de propósitos con EEUU.

Y lo que debe enfatizarse, al observar también la falta de sentido de nación de los principales lideres políticos y opositores, quienes atrevidamente han preferido ignorar el acontecimiento. Actitud, que de suyo retrata con una mezquindad profunda a esos dirigentes y en particular al expresidente Leonel Fernández, quien al haber sido tres veces presidente de la República y ahora pretendiendo volver a aspirar al cargo, debió de haber sido el primero en felicitar públicamente a Abinader, por semejante como tan auspiciosa política de Estado.

Pues lo determinante es, que por primera vez y en momentos que la economía a nivel de la ciudadanía y de los negocios informales y pequeños, se las ve y se las desea para sobrevivir y dentro del alto grado de iliquidez y ahogo de recursos y debido al aumento desastroso de la inflación y lo que no ocurre al nivel de la macroeconomía, toda esa de ricos empresarios y banqueros y miembros de la alta burguesía, cuyos apoyos al que es gobierno, está sustentado en una devolución de los recursos con los que se financió la pasada campaña electoral  y por lo cual, las políticas gubernamentales van todas a favor de ese sector. Antier se dio una muestra, con la baja en la tasa de interés y “el desenvolvimiento” de cerca de 128 mil millones de pesos lanzados fundamentalmente, para la “revitalización económica y financiera” del empresariado como del mundo financiero por parte del Banco Central y la Junta Monetaria.

Qué si bien es cierto que colateralmente podría significar un trampolín para que los pequeños negocios y sobre todo los informales, pudieran tener un respiro y en base al mismo, que por lo menos unos cuatro millones de dominicanos puedan obtener ingresos aceptables y mejorar los estados financieros de sus negocios y que de suceder, significaría a su vez, que de los 11.5 millones de habitantes que tiene este país, prácticamente y de aquí a fin de año, cerca de 8 millones de ciudadanos también podrían beneficiarse y salir del cinturón de miseria y privaciones en los que viven.

Por eso, que ahora se haya presentado el provechoso viaje presidencial a Guyana y el que lo será mucho más, con la primera y próxima visita en este mes, del presidente de aquel país sudamericano y si se toma en cuenta que el grupo de empresarios que acompañó al gobernante y por invitación de este, no perdieron tiempo e iniciaron los primeros contactos con sus iguales guyaneses, que definitivamente haya que entender y con perspectivas más que promisorias, el paso dado por Abinader.

En primer lugar y por primera vez, se nota a un presidente procurando que sus compatriotas salgan del venenoso y cerrado circulo isleño en el que los dominicanos nos hemos desenvuelto, unos por miedo y otros por falta de competencia para saber competir en el exterior y en segundo lugar, porque la nueva iniciativa obligará al empresariado dominicano y también a su sector financiero, a saber competir en plano de igualdad y sin creerse, que por los apoyos económicos que ofrecieron al candidato que luego fue elegido presidente del país, el gobierno está obligado a ser su especie de caja chica pronta a resolverles sus problemas de iliquidez, mientras la cuarta parte de sus ingresos vías subsidios gubernamentales, los gastan en yates, aviones y helicópteros ejecutivos, grandes mansiones y todo un derroche de recursos y siempre, olvidando que los dineros públicos que se les facilitan son dineros de los contribuyentes y no que el gobierno los tenga como suyos propios.

Consecuentemente, parecería que estamos frente a un amplio, grande como decisivo cambio de paradigmas y en el sentido, de que el Estado y a partir del memorando de entendimiento suscrito por el presidente Abinader y el presidente Mohamed Irfaan Ali, le dará un giro más provechoso a nuestras relaciones internacionales y sobre todo las comerciales y económicas y en el sentido, de que se procurará,  que nuestra balanza comercial no siga siendo terriblemente negativa en nuestro intercambio comercial y como sucede con China Popular  (le compramos más de 3 mil millones de dólares por año y en el mismo lapso, el país asiático no nos compra ni doscientos millones de dólares en productos nacionales) pues con los acuerdos con Guyana, obligará al Estado Dominicano a saber defender mucho mejor los intereses de nuestra nación.

Además, hay otro aspecto a resaltar, que el primer ministro de Guyana (jefe de gobierno) Mark Phillips, conoce muy bien la idiosincrasia dominicana y dado que vivió y estudió en centros de estudios en la ciudad de Santiago.

También es oportuno recordarle a Abinader, que en este país hay no menos de 25 profesionales que se graduaron en Brasil, en la Fundación Getulio Vargas en canales de comercialización y habiendo ganado becas de la OEA por oposición y como la mejor vía para saber defender los intereses comerciales dominicanos y quienes deberían ser localizados y buscando sus apoyos y para que en materia de tratados comerciales puedan ser de inestimable ayuda.

No es que nos estemos apartando del tema, sino que vemos, que por primera vez un presidente de la República en ejercicio, tiene una idea y política correcta de una nueva búsqueda de mercados y negocios para la nación y para beneficiar a la República y que es la razón de que aplaudamos la gira presidencial a Guyana y porque ante lo que se ha conocido, Abinader ha presentado un antes y un después en la manera de como los dominicanos deberemos de hacer negocios en el exterior y ajustando a un patrón ganar-ganar nuestras relaciones económicas con otros países y ahora en particular, con la República Cooperativa de Guyana, donde iríamos de igual a igual, al tiempo de criticar con dureza, la actitud abusiva e irresponsable del liderato político y en específico del expresidente Fernández, quienes de abusadores no han tenido la hidalguía de felicitar a Abinader por el paso dado.

En definitiva, lo que debe importar, es que se nos ha abierto una puerta de dos vías, que esta nación no debe desaprovechar y sí presentarle al presidente Alí diversos proyectos de colaboración en las áreas de energía, agricultura, turismo, comercio e industria y con una visión de apertura y nada egoísta y sobre todo, pensando en el bien común de los pueblos de ambas naciones.

Ante esta tesitura, es que planteamos, que se está ante una feliz visión geoestratégica, que, si aquí los sectores ricos no la malogran, dará un aceptable resultado para los intereses permanentes de nuestra nación y que en cierta forma, servirá de contrapeso a la anarquía política y social que se vive. (DAG) 03.06.2023