Una inquietud frente a una supuesta probabilidad

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Hasta ahora, todo indica, que, si la oposición no pudo hacer nada en febrero para evitar la pela de calzón quitado que el gobierno y el PRM le dieron, arrebatándole prácticamente el 70 por ciento de las alcaldías y no precisamente por medios correctos sino de compra masiva de votos y voluntades, que, para las presidenciales de mayo, no pudiera ocurrir algo parecido.

Sin embargo, si la misma situación se lee desde sectores de clase media reacios a la continuidad del PRM y la reelección del presidente Abinader, parecería que no todo es color de rosa y por una sencilla razón, que es mucha la gente, que precisamente por el atropello perpetrado por el oficialismo, empieza a tener temor de otro triunfo gubernamental que deje a un lado la existencia de una genuina voluntad popular, que desvalorice el voto y le quite legalidad y legitimidad a los resultados que se anuncien.

Frente a semejante disyuntiva, es que empezamos a observar con cierto detenimiento y tanto por las opiniones que nos llegan o los informes de colaboradores cercanos en gran parte del territorio nacional, que al final se pudiera llegar a la conclusión, de que no obstante todo lo que el oficialismo pregona en materia de encuestas o de probabilidades gananciales en mayo, parecería que poco a poco se está levantando un sordo movimiento de opinión que le ha molestado a sus integrantes que el gobierno hubiese violentando de manera tan flagrante el derecho a la libertad de escogencia ciudadana.

En este sentido, parecería que en el sector económico del alto comercio como del empresariado, se han empezado a valorar los pasos gubernamentales, que no ofrecen mucho espacio como para que se crea que en realidad y verdad se va hacia unas elecciones puras y limpias y lo peor, que es el razonamiento que se impone, por el que la mayoría de los ciudadanos se han quedado de una pieza y asombrados, al ver como la Junta Central Electoral (JCE) sabiendo que las elecciones no tuvieron resultados limpios y mucho menos sanos, no tomó la determinación -su pleno- de suspender los comicios o declarar sus resultados ilegales.

Para mayor preocupación, los sectores que apuntamos están tomando nota y al ver el formidable despliegue de arrebatadora satisfacción que en el gobierno como en el PRM han mostrado por el “triunfo” obtenido y lo que a muchos les parece un mal presagio de lo que podría ocurrir en mayo.

Otros sectores ciudadanos y estos de la sociedad civil como de las fuerzas vivas se han quedado alelados y al ver que la reacción del público frente al despojo de sus derechos como electores a elegir a sus representantes, ha sido extremadamente silenciosa, al tiempo que para mayor confusión de ánimo, se comprueba que en el gobierno y su partido, si realmente hubiesen obtenido un triunfo legal y en toda regla como expresión de la voluntad ciudadana, para nada celebraron el resultado electoral que supuestamente les favorece.

Entonces, cuando los ciudadanos se dan cuenta de estas -digamos-contradicciones de ánimo, lo menos que se piensa, es que parecería que no hubo reacción popular en contra y porque la gente ha quedado aturdida o porque los cañonazos de papeletas del oficialismo fueron tan efectivos, que realmente mucha gente alquiló o vendió su voto.

Y si a esta conclusión se llega, bien que podría analizarse y ha razonamiento a contrario, que contra lo que parece, los resultados electorales de mayo no tendrán certeza de cómo el gobierno y el PRM quisieran y aquí la gran pregunta: De si el PRM y el Gobierno, de pronto y al cierre de los comicios, observan que los perdieron, ¿entregarían el poder que detentan, o lanzarían a la República hacia una crisis de supervivencia por la que nadie sepa en que terminará la tragedia que se inicie?

Desde luego, nosotros y refiriéndonos a la mayoría nacional que quiere un proceso transparente, lo que aspiramos, es que las elecciones se desenvuelvan bien y que sus resultados lo sean y sin ser hijos de ningún tipo de irregularidad, pero que, sobre todo, que la JCE haga su papel de amable componedor y sin favorecer a nadie en particular y sí en cumplimiento con los requerimientos legales que dimanan de la ley electoral y de la Constitución de la República.

Consecuentemente, en este aspecto, creemos que los candidatos presidenciales y en representación de todos los congresionales, firmen un pacto cívico que garantice que ninguno de esos actores moverá a sus partidos y seguidores hacia una confrontación política que termine con la desagradable etiqueta de fraude electoral y, en consecuencia, que entendamos que haya que reclamar que absolutamente nadie dentro de las fuerzas políticas actuantes pretenda violentar el orden legal que dicen respetarán y mucho menos el gobierno y el PRM.

Lo que hay que puntualizar y por un probable hecho que realmente mortifica y desde que se analizan ciertos pasos de la geopolítica, que si los dominicanos metemos la pata y todos pretendemos engañarnos los unos a los otros, al final, lo que quedaría, es que ni las actuales autoridades se sostendrían y las que quisieran sustituirlas mucho menos y para mayor inri, que el orden constitucional pudiera colapsar ante el empuje de fuerzas extranjeras en acecho y las que ahora ya tienen presencia en Haití y quisieran buscar una solución de “cirugía política” efectuando una reacción de carambola de tanto controlar a Haití y mucho que apretar en este país.

Esta mañana, se conoció de un comunicado conjunto de los partidos opositores que representan la alianza Rescate RD y en la que sus candidatos presidenciales advierten, que no aceptarán y que se opondrán firmemente a que el PRM vuelva a utilizar los recursos públicos en la desproporción de cómo el gobierno los utilizó para imponerse en las municipales de febrero y de avance, solicitaron los cambios del director de la policía electoral como el director de las Juntas Electorales y según dijeron, “en aras de la transparencia”.

Ahora bien, a estos también hay que advertirles, que la nación no aceptaría que si sienten que la JCE no les complazca, que entonces anunciaran que se abstendrían de ir a los comicios y que de suceder, sería no solo una grave traición a los electores sino una sucia y descarada muestra de complicidad con el PRM y su gobierno.

Al entender los acontecimientos que vienen dentro de parámetros tan rígidos como inquietantes, que nos permitimos decir y en términos crípticos, sobre una inquietud frente a una supuesta probabilidad y la que dependerá de cuanto las ambiciones de los políticos se desataran sin control y la nación se nos fuera a la porra. Es cuánto. Con Dios. (DAG) 12.03.2024