Una nación, cuya gente no tiene idea de que la independencia siempre se obtiene de la potencia colonial que la dominaba y mucho menos que la misma sea “efímera”, es una, que no tiene el sentido correcto de su historia y, por lo tanto, siempre estará expuesta a engaños y a todo

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El antecedente más importante que el pueblo dominicano tiene de su propio origen, no es solo aquel, de descender de habitantes aborígenes en toda la isla, sino que con el correr del tiempo y al llegar al 01 de diciembre de 1821, cuando los habitantes de la parte oriental de la isla La Española se dieron y mediante un acta constitutiva su independencia de España, esta entonces en formación y a la cabeza, los reinos de Castilla y Aragón y que fue un acontecimiento isleño que se suscitó con el nombre de Estado Independiente de Haití Español.

La independencia entonces y tal como aconteciera casi a lo inmediato, sobre todo, cuando al año siguiente, el nuevo Estado debió verse obligado y ante la entonces poderosa, militar y económicamente, República de Haití y por imperativo de la geopolítica de la época,  unirse federalmente al país trasfronterizo y hasta que en el 1844 y después de múltiples episodios de conflictos binacionales continuos, lograr su separación y concretamente el 27 de febrero de 1844, recuperando sus fueros como nación libre y soberana, pero con el cambio de nombre como Estado, de República Dominicana.

Sin embargo, al momento de tal acontecimiento, los grupos intelectuales y políticos dentro del medio millón de personas nacidos de peninsulares ibéricos y en particular su nicho más ultraconservador y todo, por celos hacia el presidente y prócer, don José Núñez y Cáceres Albor, articularon la fábula de que lo ocurrido en diciembre de 1821 fue solo “la independencia efímera” y que por lo tanto, todavía este país no la había logrado y porque ese grupo intelectualoide, compuesto por un fuerte grupo de individuos instalados en las estructuras del anterior gobierno colonial, recuérdese que España dominó a este país a lo largo de 329 años y los que entendían en 1821 que la independencia como tal “ aún no se había dado”.

Sobre este particular, no ha valido, que documentos históricos recojan los hechos de  la independencia nacional y  cómo están registrados en el volumen “Los Documentos Básicos de la Historia Dominicana” del historiador Wenceslao Vega Bourie (editora Taller 1994) sino que de manera atrevida como mentirosa, todo ese grupo de intelectuales y políticos y sus descendientes, han hecho creer y con los años, la grosera mentira y ya casi verdad, de que la efemérides de la independencia, supuestamente fue de Haití el 27 de febrero de 1844.

Cuando a esa fecha, lo que realmente ocurrió, fue la separación del Estado federal con el que Haití justificó la unión arbitraria de la nueva nación al Oriente de la isla, aparte de que con el movimiento separatista, sí que nació la nacionalidad dominicana y como hecho cierto, producido por el grupo de patriotas dentro del movimiento libertario La Trinitaria y dirigido por el prócer Juan Pablo Duarte y Diez y el que como si no fuera poca la mentira que ha hecho creer el grupo intelectual y gubernativo al que nos referimos anteriormente, también había catalogado como sus peores enemigos, al grupo de jóvenes que habían logrado la separación de Haití.

Lamentablemente y a 200 años de la independencia nacional, que se cumplen mañana, la mayoría de los dominicanos siguen confundidos respecto a su independencia y a los que, para colmos, sus grupos intelectuales insisten en propagar la gran mentira de que “la independencia” fue el 27 de febrero de 1844 y lo que no tiene ni un ápice de verdad.

¿Por qué es esta confusión?, porque la mayoría de los intelectuales entre los años 1900 al 2020 y a los que se le han unido periodistas y medios de comunicación y de información de masas, quienes evidentemente se encuentran comprometidos emocionalmente con las mentiras  de los dos a seis “historiadores nacionales” y específicamente, entre estos, José Gabriel García y Bernardo Pichardo, quienes han mentido adrede y con el propósito de que familiares y allegados suyos del otrora gobierno colonial, fueran reconocidos como los individuos que protagonizaron les hechos de la independencia de 1821, así  como de la fundación de la República en 1844 y lo más infame, que a algunos de ellos se les diera categoría de “padre de la Patria”.

Hasta ahora, son pocas las mentalidades dominicanas que claman por una revisión de aquellos acontecimientos ya históricos y para que se entienda, que el 01 de diciembre de 1821 se dio la independencia nacional con el nombre de Estado Independiente de Haití Español y que, desde el 27 de febrero de 1844, con la separación de Haití, se bautizó como Republica Dominicana.

En POR EL OJO DE LA CERRADURA y de los 49 años de nuestra existencia desde el 19 de marzo de 1972, recurrentemente recordamos estas efemérides y como también lo hacemos, al momento que se concretó la reafirmación de la independencia con el Acta de proclamación de la Restauración de la República, el 14 de septiembre de 1863 y la que se concretó, desde que el Ejército Nacional logró derrotar al ejército de ocupación español en 1865, luego que en el 1861 se proclamara el Acta de la Anexión a España y solo por la única voluntad del presidente de la época, Pedro Santana y en hecho terrible, que al primer presidente de esta nación, ha marcado para siempre con el sello de la traición  y no obstante que fuera la primera espada, de la primera República.

Creemos, que ha llegado el momento, para que los dominicanos descubramos nuestra propia y verdadera realidad histórica, de nuestro origen, nacimiento, independencia y restauración y comenzando desde el mismo Congreso Nacional  y al entender, que una nación, cuya gente no tiene idea de que la independencia siempre se obtiene de la potencia colonial que la dominaba y mucho menos, que la misma sea “efímera”, es una, que no tiene el sentido correcto de su historia y, por lo tanto, siempre estará expuesta a engaños y a todo. (DAG)