Es entendible que un buen presidente trate de trabajar a favor de su país y como la mejor actitud para devolver el favor de haber sido escogido para dirigirle, pero es una política extraña, que ese presidente, que en su país luce óptimo en su ejercicio, de cara al resto del mundo pretenda actuar como un emperador con derecho de sojuzgar a toda la humanidad.
Por lo primero, Donald Trump se muestra como un presidente fanáticamente nacionalista y autoritariamente retrogrado. Por el otro, su insultante comportamiento totalitario no da espacio para ganarse amigos o conservar los que su país ahora tiene y mucho menos, cuando de bocón dice cada cosa, por la que no hay nadie que no entienda, que al tener un poder tan desproporcionado, realmente se considere como si pudiera ser capaz de destruir o aplastar la parte de la humanidad que considera su enemiga.
Y así no se debe manejar quien es para estos años, el presidente de los EEUU, pues con su pésima actitud, lo que está ganando es que los amigos se alejen, los enemigos se refuercen y los “neutros” se coloquen en posición de animosidad extrema.
¿Considerará el actual inquilino de la Casa Blanca, que realmente y por su desagradable comportamiento tan hostil, el resto de las naciones de la tierra no llegará el momento de preguntarse, si valdría o no la pena tener más o menos relaciones diplomáticas y comerciales, cuando su gobierno y abiertamente, entiende enemigos a todos los inmigrantes provenientes de todos esos países?
Así mismo, ¿considerará Trump, que si la mayoría de las naciones e independientemente a grupos económicos, tácticos, financieros y hasta estratégicos, llega un momento que su gente entienden que deberán de romper relaciones con su gobierno -no con su país- y que a él esta inédita situación no le afectará directamente en su propio ejercicio de gobernabilidad?
Pero algo peor, ¿considerará, que por el gran ascendiente demagógico que tiene frente a sus conciudadanos del interior de su país, a él no podría llegarle una decisión critica del estado profundo y exactamente como así ocurriera con otros presidentes y dignatarios de su propio país?
Es decir, cuando se sopesan todos estos interrogantes, al final, lo que se descubre, es que el mismo Trump y cada día cava la destrucción de su gobierno y si insiste a peor, hasta su propia tumba. No estamos hablando de amenazas y sí que sencillamente hay que formularse la posible deducción y viendo que este presidente, hubiese perdido el equilibrio mental y anciano de primer grado como es, la gente comenzara a preguntarse si está en sus cabales.
Entonces, si se hace este repaso, es evidente que Trump se ha convertido en un presidente incómodo para todo el mundo y al grado, de que ya, la mayoría de los gobernantes del planeta, lo piensan dos veces antes de aceptar una invitación para verle en la Casa Blanca y en lo que tienen toda la razón. ¿Cómo ir ante un gobernante a cuyos invitados les hace una celada, les trata en los términos más rudos y colocando a su coro, el vicepresidente Vance y al secretario de Estado Rubio, quienes por lo visto y hablando en criollo, Trump está “quemando” políticamente y al extremo, de que ya ambos funcionarios comienzan a ser vistos, no con la imagen propia y positiva de con quien se pudiera tratar y eventualmente negociar.
Justo por ello y si esto es así, seguro que el poder económico estadounidense e incluido el tecnológico, no se encontrarán lo suficientemente cómodos, cuando por la actitud tan hostil de este presidente, sus estadísticas comiencen a reflejar serios indicadores negativos en materia de negocios e intercambio comercial y que es un punto en el que el país de dólar es extremadamente reacio a aceptar.
¿O acaso no es cierto que ya pocos extranjeros sopesan si viajarán a un EEUU que funciona como un estado policial y con el pretexto de expulsar a los ilegales y extendido semejante atropello, a turistas y visitantes recién ingresados?
Hay más. ¿Quién ha visto que a un ciudadano extranjero, el país del que solicita visado, primero indaga si habló mal o llevó a efecto actitudes que pudieran catalogarse de inamistosas y mucho menos, cuando se trata en todo caso de un derecho a la libre expresión así como su libertad de crítica y que se supone, son los fundamentos del sistema político estadounidense?
Hasta ahora, los grandes empresarios y millonarios del planeta, no se han puesto a pensar, de si pudiera llegar un momento que los atropellos de Trump impliquen el congelamiento de las cuentas bancarias de todos los visitantes y sea directa o indirectamente y ordenando que los bancos estadounidenses cierren sus operaciones con los bancos corresponsales del exterior o imponer, lo que sería un despropósito descomunal y un verdadero tiro por la culata y de cara a pueblos y naciones, que quienes como influenciadores y productores de programas en internet, en particular en You Tube, son el alma viva de la comunicación popular y Trump le ordene a las corporaciones tecnológicas que les retengan sus ingresos “por emitir opiniones» que se entienda sean ofensivas para su país?
Si todo lo anterior se tiene en cuenta, está claro que media humanidad buscará mejores alternativas para auto protegerse y cuando esto sucediera, no es verdad que el estado profundo se quedaría de brazos cruzados.
Desde luego, no estamos divagando ni cosa por el estilo, sino que sencillamente, estamos viendo que el derrotero totalitario de Trump le está haciendo perder la perspectiva en materia de su trato con el exterior, pues es evidente, que Trump se cree que ya mismo puede hacer lo que quiera con cualquier país.
Fijémonos que ordenó que sus barcos de guerra impongan una camisa de fuerza en todo el Mar Caribe, afectando directamente las rutas internacionales de navegación y perturbando la vida normal de cada país y con el pretexto de “enfrentar el narcotráfico” y como excusa para intervenir militarmente estos países y de ser posible, derrocar gobiernos que Trump entiende hostiles y que es lo más parecido a una doctrina Monroe rediviva. ¿Creerá el presidente estadounidense, que semejante política belicista, los países y pueblos perjudicados se la van a tolerar?
Naturalmente, sabemos que a la clase gobernante estadounidense le ha sido de shock o impresión fuerte, encontrarse con la realidad, de que el mundo unipolar que su nación dirigió en los últimos ochenta años, es uno que ahora tendrá que contemporizar con la nueva realidad del mundo multipolar en el que EEUU ya no es la potencia hegemónica y sí otra más dentro del círculo de las grandes potencias del mundo actual, pero de ahí a desafiar al planeta entero para impedir la pérdida de su desaparecida hegemonía y aunque Trump no lo entienda, no llevará a nada bueno y menos prácticamente tolerable.
Mientras todo lo anterior ocurre, creemos que todas las naciones y pueblos que no pertenecen al círculo de las grandes potencias deberían de prepararse para volver a las economías de autosuficiencia, propia o doméstica, dentro de sus fronteras y preparándose para depender lo menos posible de EEUU o de Europa y sí de sus propias fuerzas y capacidades.
Lo que hay que plantearse, cuando se observa, que una “Operación Libertad” que es en sí una amenaza ominosa a la soberanía de los países del Caribe y con el pretexto de que EEUU va a combatir el narcotráfico, mientras “a pota”, olvida que es el mayor consumidor de drogas del planeta. Consumo, que dicho sea de paso, le facilita las cosas a su clase gobernante y para tener bajo domesticación forzosa a su mismo pueblo. Con Dios. 27.08.2025
última actualización: 09.10 AM.