Desde la primera legislatura en el 1966, no se había visto la terrible degradación moral, personal y de ausencia de civilidad como de responsabilidad política y por parte de senadores y diputados y quienes en líneas generales han degradado extraordinariamente las funciones de cogobierno que se supone deberían de salvaguardar como Poder Legislativo.
En este sentido, solo hay que revisar los documentos que testimonian el presupuesto anual de cada cámara legislativa y para encontrarnos con el enorme despilfarro de más de dos mil millones de pesos y cada año para ofrecer contratos de publicidad a cuanto medio, periodista o comunicador se someta servilmente a los requerimientos de los legisladores, varios de ellos comprometidos como actores del narcotráfico, así como también en el nicho de gastos de representación extras a las partidas oficiales previamente consignadas en el presupuesto de gastos de cada año o el tremendo gasto en el restaurante legislativo, donde y por lo que los “honorables” ingieren diariamente, parecería que habían nacido en cunas de oro y por eso de tener paladares finos.
Pero si todo lo anterior es de por sí escandaloso, solo hay que buscar la gran cantidad de personal y pagos de oficinas que los contribuyentes tienen que disponer para que cada legislador disponga en su provincia de oficina y personal propio y ni hablar en lo referente a contratas y contratos de servicios y de obras y que por el dispendio que se presenta, habría que decir que por lo menos más de la cuarta parte del presupuesto general anual del Poder Legislativo se va en esos “menesteres”.
Igual situación de desagrado se descubre, cuando se llega al departamento que tiene que ver con la revisión de los textos de leyes luego de aprobados en los hemiciclos y los que en cualquier momento y siempre por llamadas de terceros, generalmente empresarios y banqueros y últimamente miembros del Consejo Nacional de Competitividad, quienes ejerciendo un rudo tráfico de influencias, esa oficina supervisora y correctora de textos, mantiene un toma y daca de cambios de párrafos o palabras claves para que el proyecto de que se trate responda al interés particular de los solicitantes y no al general de la población y lo más desconcertante, que todos esos trámites “especiales”, les acompaña un tipo de tarifa interna. Exactamente lo mismo que ocurre en las redacciones de los principales periódicos del país y en los matutinos especialmente, donde el editor de cierre tiene tiene y encima del director del periódico, la última palabra en lo que se publica y esto ocurre cuando recibe traficantes de influencias, quienes por paga, ($) le dicen y dictan lo que deberá publicarse
Cumplidos con los “tramites de corrección gramatical”, el proyecto de ley vuelve a las presidencias de las dos cámaras, donde allí los dan como válidos y buenos de acuerdo a como originalmente los legisladores los aprobaron y para después pasarlos al Poder Ejecutivo para su trámite final antes de ser aprobados y pocas veces rechazados y lo que significa, que en la mayoría de los casos, las leyes no responden al texto aprobado originalmente y que es una soberbia estafa, que por pudor, ni siquiera queremos calificar.
A peor y según el grado de permisividad y afán corruptor de los presidentes de ambas cámaras en cualquier legislatura, viene lo otro, del super secreto tráfico de influencias entre esos dos presidentes legislativos y el presidente de la República y que es la razón por la cual y como se sospecha que está ocurriendo, que los presidentes legislativos actuales se comportan como sellos gomigrafos del Poder Ejecutivo y hasta actuando como funcionarios genuflexos nada pertenecientes a un Poder Legislativo totalmente independiente al Ejecutivo y también y en cierta medida frente al Judicial.
Entonces conociendo estos tejes y manejes, necesariamente que no se puede hablar de que tenemos un Congreso Nacional de acuerdo con los parámetros que fija la Constitución de la República y si uno que actúa ilegal e inconstitucionalmente.
¿Una prueba?, cada vez que el Consejo Nacional de la Magistratura es convocado por el Poder Ejecutivo, la parte siempre opuesta en la generalidad de los casos a los otros miembros del CNM y encabezándolos el presidente del Poder Judicial, a la hora de votar, siempre el Poder Ejecutivo es el que gana y en razón de que siempre tienen los votos amanuenses de los presidentes de las cámaras legislativas como del Tribunal Constitucional y que es una irregularidad tan tremenda, cuando se conoce, que la única manera de corregirla es si los presidentes de las cámaras legislativas se comportaran como miembros del decisivo poder del Estado que tiene la obligación constitucional de supervisar el accionar del Poder Ejecutivo y en su momento someterlo a juicio político.
Así tenemos, que si ahondamos más e indagamos el porqué de tantas inconductas e irregularidades, nos encontramos, con que todo sucede, porque el Poder Mediático, es decir, el de los dueños del 90 por ciento de los medios de comunicación y sus directores, al recibir sus pagas publicitarias y sus ejecutivos y dueños, la aprobación de cuanto negocios se les ocurra, más los privilegios “personales”, que si no los hay, se inventan y siempre para satisfacer los egos de tanto mediocre, que se descubra el factor contrapeso: El silencio mediático, que tiene por misión tapar u ocultar las irregularidades, que como Poder Legislativo, la mayoría de los diputados y senadores cometen.
La República se encuentra pues ante un panorama desolador en materia institucional y que es la razón de la dictadura partidocrática continua que lleva ya 64 años y a la que todos los gobiernos se inscriben y por eso de la terrible ola de corrupción y en todos los órdenes que azota la vida nacional y casi destruido todas las instituciones y tanto públicas como privadas.
De ñapa, entonces se presenta lo otro, que cuando todos los legisladores cumplen sus periodos y en la generalidad de los casos obtenidos fraudulentamente y si se les investigan sus intereses y bienes personales, resulta que la mayoría, que entró como individuos de clase media pobre, al terminar “sus servicios desinteresados a la patria agradecida”, pasan a la vida privada muy adinerados y con negocios millonarios, confirmándose, que la política de Estado realmente es el principal negocio de esta sociedad de tanta gente corrupta como corruptora.
Semejante desorden amoral hay que terminarlo radicalmente, pero y si el grueso de la población se encuentra anestesiada por los subsidios oficiales, las pensiones de todo tipo y la compra de conciencias al mejor postor y lo preocupante, de que las prácticas del consumo y negocios del narcotráfico, el lavado de activos y hasta el sicariato y junto a lupanares mediáticos en las redes sociales, convertidos la mayoría es bocinas de tantos intereses espurios y algunos hasta como portaestandartes del mercado sexual más prostituido, se ha entregado de pleno a tanta irregularidad moral, ¿habría espacio para que hubiese algún tipo de redención?
Con razón que preguntemos: ¿Y qué es lo que está ocurriendo en el Congreso Nacional, que se está entendiendo, que allí solo legislan para sus intereses y no para los de la nación? Con Dios. (DAG) 28.07.2025
última actualización: 03:38 pm.





