Realmente, estamos desconcertados ante las muestras cada día más crecientes de corrupción gubernamental y tanto en el sector de uniformados como en el civil y en este último con esa proliferación de queridas y queridos de funcionarios, quienes a las claras y sin pudor alguno, muestran sus desvergüenzas mediante lo evidente, de un cheque mensual de montos desproporcionados y por los servicios de cama que prestan y en unos casos, como muerde almohadas y en otros porque son vaginas de alquiler.
Ante tanta desvergüenza y amoralidad, es menester que el presidente Luis Abinader imponga los correctivos de lugar y lo que hay que decirle, porque él y aunque sea indirectamente o porque sus subalternos a nivel de secretarios de despachos le colocan decretos para uno que otro de estos especímenes y que él firma y por lo que entonces viene quedando ante la nación como un cómplice directo de tales desafueros.
No es la primera vez que ocurre, pues desde otras administraciones las hubo, pero recordamos, que el presidente Balaguer y con todo y ciego, nadie dentro de los empleados de la presidencia que manejaban su correspondencia, a ninguno se le ocurría pasarle un decreto a la firma, que Balaguer previamente no hubiese hecho que su cuadro de secretarias lectoras no se le hubiesen leído y releído.
Sorprende entonces, que el presidente Abinader un hombre joven cincuentón, no se dé cuenta de tales excesos o que cuando se entere al momento que un decreto determinado se hace público, no toma las medidas cautelares drásticas para eliminar semejante distorsión de administración.
Por este aspecto, parecería que no son ni uno ni dos los casos, de las muestras que hay de funcionarios públicos “de alto rango”, quienes patrocinan esas inconductas y para sus particulares beneficios personales y que hasta sonrojan al más avispado.
Parecería pues, que de buenas a primeras, ese atípico comercio sexual de trata y tráfico de prostitutos de ambos sexos dentro del gobierno, sus patrocinadores quieren competir con aquellos descocados como amorales programas de radio y televisión o en YouTube, donde ser de buenos atributos sexuales y de cuerpos de pura lascivia e inmoralidad, es suficiente para que se les bautice como comentaristas políticos y sociales y con derecho a insultar, ser procaz e incentivadores de la inversión de valores morales más denigrante y para afectación directa de nuestros adolescentes principalmente.
De esta manera, es imposible no llamar la atención del gobierno y en particular de Abinader y por lo grave, de semejante escenario colectivo a lo Sodoma y Gomorra, que casi sorpresivamente se ha apoderado de áreas sensibles de su gobierno y proyectándose de manera provocativa entre la oficialidad militar y también la policial y de estas, desde el nicho de sicarios y chulos que andan a la caza de carne fresca para sus jefes.
Para decirlo llanamente, al presidente Abinader, hay que recordarle, que no fue para semejante conducta colectiva tan degradante que se le dejó, que su PRM se robara las elecciones pasadas y que su gobierno muestre hoy una débil imagen, de uno ilegal como ilegitimo, que para colmos, pretende realizar un festival de reformas institucionales no favorecidas por la población, las fuerzas vivas y tampoco la sociedad civil y sí por la corrupta y corruptora camarilla mediática de menos quinientos individuos, que se beneficia de los ingresos millonarios provenientes de los diez mil millones de pesos que solo en este año, el gobierno proyecta que se va a gastar en publicidad a favor de los corruptos malandrines de medios, periodistas y comunicadores sin moral alguna, que le apoyan.
Todavía más, con este asunto de la trata y tráfico de indocumentados, que por más que se diga lo contrario, cuenta con la anuencia del alto mando militar y que es un comercio ilegal del que la mayoría de la oficialidad militar saca sus millonarios ingresos clandestinos, pero que se hacen público por el alto nivel y calidad de vida y de gasto y despilfarro de oficiales de capitán para arriba y estamos hablando de más de cinco mil millones de pesos solo por ese concepto, más su añadido de comercio ilegal, contrabando y drogas, que definitivamente haya que demandar del presidente que tome la debida atención y haga la corrección inmediata de lugar y si a corto plazo, no quisiera perder lo poco de autoridad moral que todavía tiene.
¿Qué nos preocupa? Que por este trasiego de haitianos ilegales al pasar la frontera y de indocumentados al llegar a pueblos y ciudades en el territorio nacional, la situación produzca un asco y rechazo tan contundentes y por parte del resto de los militares y policías que no son parte de semejante desorden amoral desde el Estado, que se teme, que cualquier día se desate una crisis política y social de imprevisibles consecuencias y que de paso a militares y policías de gran integridad y que anhelen dar los pasos necesarios para que sus instituciones sean limpiadas de tanta sordidez y amoralidad.
Y que si esto pasara y ya con una ciudadanía que esta hastiada y hasta harta de tanto dolo, vulgaridad y corrupción desde el poder, que los ciudadanos se encandilen con algún alto oficial o general de los que están en primera línea para combatir la inmigración ilegal y la gente se fije en uno que otro y que de ellos emerja un nuevo líder político y social de corte castrense, que la gente aplauda y porque en todo el país, la ciudadanía está loca por un político vengador civil o castrense que ponga orden en un Estado cuyo gobierno ha perdido el control y ha sido secuestrado por una verdadera mafia política que en la práctica ejerce una tiranía partidocrática.
Desde luego y para decirse muy gráficamente, todos los ciudadanos de buena voluntad, todos, esperamos que Abinader haga cambios drásticos y en el gobierno que su PRM y con Hipólito Mejía a la cabeza le han secuestrado. De no hacerlo, se expone a peligrosos como delicados cuestionamientos que ahora están despertando y por ese insólito interés de hacer un festival de reformas institucionales y que de tan atrevido y en un gobierno que por el fraude electoral cometido no es del todo legal y tampoco legítimo, lo racional era que nunca debió de haberse producido.
La situación pues es más que delicada y ante la misma solo advertimos, que un signo muy peligroso es, que por la desbordada corrupción militar y policial estén surgiendo determinadas reacciones de rechazo de uniformados en contra y por lo que eventualmente pudiera surgir y de altos uniformados, un líder militar populista y vengador de menos de 40 años. Con Dios. (DAG) 26.10. 2024





