Abinader y con gran idolatría lo llevan rápido al carro reeleccionista y rodeado de un amplio culto a su personalidad, que parecería no le deja ver su realidad

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Inevitablemente, la mayoría de los dominicanos son modelados, condicionados y criados como humildes servidores de una abusadora partidocracia cuyos representantes han secuestrado de hecho y dominan absolutamente al Estado y con las características más perversas en materia de dominio y control de la voluntad ciudadana como nunca se había visto ni siquiera en la Era de Trujillo.

A conveniencia, la alta burocracia del Estado hace como que es manejada a voluntad por quien sea presidente de la República, pero en la práctica, todo es parte de un escenario entre grotesco y mundano y en el que, en el fondo, un grupo de expresidentes y exjefes políticos apandillados  con el sector político que ahora maneja la cosa pública y todos haciendo creer que son oposición y junto a una clase gobernante, dominada a su vez por el poder económico y financiero y quienes en conjunto le han robado su soberanía personal de actuación a los mismos ciudadanos.

De ahí que no sea nada extraño, conocer, que el presidente Luis Abinader, en algún momento se muestre interesado en solucionar una situación que roza la voluntad de alguien dentro del grueso de la ciudadanía y para que luego al pasar el tiempo, se entienda, que si no se pertenece al anillo del poder, sencillamente, la promesa parecería que no camina.

Con tal actitud, no es extraño que al Poder Ejecutivo le coloquen dentro de la montaña de documentos por firmar diariamente, uno que otro del que ni siquiera tenga idea y como ha sido el caso de una extitular del ministerio de la Juventud imputada por corrupción y a quien de golpe, se anuncia que el presidente designó en un cargo de vicecónsul y lo que, de tan escandaloso, motivó que la directora anti corrupción Milagros Ortiz Bosch y públicamente, pusiera el grito en el cielo, provocando la suspensión del nombramiento.

Mientras tanto, otros mueven los hilos ocultos del poder y al presidente, ya la gente entiende que lo tienen solo para cortar cintas y dar palazos y lo que sorprende, conociéndose que Abinader “no es un maíz” en materia de carácter y voluntad recia. Pero tanto halago parecería que lo han hecho débil.

Lo último ha sido y por lo pintoresco, la celebración del 28 aniversario de bodas del mandatario que le ha celebrado un grupo de “cristianos católicos” en Santiago y tutelados por el obispado de allí y vía una fundación católica, a la que de inmediato la alta burocracia se ha sumado con alegría y alborozo casi de fiesta patria.

Al modo de ver y entender la realidad, muchos entienden que Abinader debe centrarse más en la realidad critica de su gobierno, que dejarse embaucar emocionalmente por quienes y en gran medida, se aprovechan de su buena fe y bondad. Solo esto decimos y como el mejor modo de salirse a tiempo- si quiere- del área de botafumeiros y la mayoría de gran falsedad, que de pronto rodea a todo quien sea presidente. El y siendo todavía un político de gran futuro y siempre y cuando imponga su generación para generar un futuro mejor y brillante para todos sus conciudadanos y no lo que parece, solo para la especie de hermandad generacional. (DAG-OJO)