Ambición en la lucha climática

0
304

Con el inicio formal de la Cumbre que reúne la voluntad de la comunidad internacional para enfrentar la emergencia climática, nos vemos en la obligación de reevaluar el camino recorrido y reflexionar sobre los compromisos concretos que han adoptado los países firmantes del Acuerdo de París del 2015 y la realidad de las acciones para revertir el curso actual.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, que por más de 30 años ha analizado la emergencia climática, en su más reciente informe que se hizo público hace apenas unos días, advierte nueva vez y de forma contundente sobre el incremento de la temperatura global que resultará en graves consecuencias que, en el peor escenario, multiplicará la intensidad y frecuencia de fenómenos extremos.

Ya no cabe duda alguna sobre la influencia del ser humano en la situación climática actual, con evidencias abrumadoras desde la ciencia y la razón. Por décadas, la humanidad ha tenido la ambición del crecimiento económico y la multiplicación de las megaciudades, sin detenerse en el impacto de sus acciones en los recursos naturales. Sin embargo, a pesar de que el calentamiento global es un acto humano, no actuamos con la misma ambición para revertirlo, por el contrario, los Gobiernos, en su mayoría, no han cumplido con las metas trazadas.

Parecería que pasar de la intención a la acción es un objetivo difícil, uno que se ha puesto más distante y difícil de alcanzar debido a la pandemia del COVID-19, que ha puesto el enfoque de la humanidad en el tema sanitario, sin entender que es también parte de sus consecuencias.

Las expectativas de la COP 26 que se celebra en Glasgow deben centrarse en el cumplimiento de los acuerdos alcanzados en el 2015, que incluyen la movilización de 100 billones de dólares por año en apoyo a las economías que están haciendo la transición hacia la economía verde. Hacer realidad este compromiso requiere reforzar las acciones del Acuerdo de Paris en torno al financiamiento, la transparencia y el apoyo técnico en la implementación de las medidas acordadas.

Pero lo más importante es ser más ambiciosos, para que los países intensifiquen las acciones en el corto plazo, porque los organismos internacionales ya han advertido que los compromisos de los países se han quedado corto para frenar los gases de efecto invernadero.

En todos los reportes internacionales y en las declaraciones de los principales expertos vinculados al tema, resalta el nivel de decepción porque a esta altura del problema, las respuestas de los Gobiernos han sido excesivamente tímidas.

La República Dominicana tiene especial interés en el tema, por estar ubicados en una zona de incidencia de los fenómenos climáticos, que como ya se ha dicho, se recrudecen por efecto del cambio climático. El planeta continúa cambiando hacia peor y seremos de los más afectados, especialmente los jóvenes. Es momento de elevar la voz del país sobre la necesidad de actuar sin mayor dilación, para cambiar el curso sobre el cambio climático. Por: Margarita Cedeño de Fernández [Listín Diario]