Los gobiernos de Uruguay y Brasil han intensificado sus esfuerzos para materializar la Hidrovía Uruguay-Brasil, un ambicioso proyecto que busca revitalizar el transporte fluvial en la Laguna Merín y la Laguna de los Patos. Esta iniciativa tiene el potencial de movilizar hasta cuatro millones de toneladas de carga anuales, lo que mejorará la eficiencia logística y promoverá el desarrollo económico de ambas naciones.
La hidrovía representa una oportunidad estratégica para fortalecer el comercio bilateral y aumentar la competitividad de los productos uruguayos en los mercados internacionales. Al reducir los costos logísticos e impulsar nuevas actividades productivas, esta vía fluvial se proyecta como un motor clave para el crecimiento del noreste uruguayo y el sur de Brasil.
Un transporte olvidado que retoma protagonismo
Hasta mediados del siglo XX, la Laguna Merín jugaba un papel fundamental en el comercio regional, facilitando la exportación de productos como el charque hacia destinos como Cuba. Sin embargo, con el auge del transporte carretero en Brasil, la navegación fluvial fue desplazada. Hoy, esta situación está cambiando: el transporte fluvial emerge como una alternativa más económica y ecológica frente al terrestre, debido a su menor consumo de combustible y su reducción del impacto ambiental.
De acuerdo con expertos, un tren de barcazas de entre 90 y 100 metros de longitud puede transportar la misma carga que un centenar de camiones de 25 toneladas cada uno. Además, el transporte fluvial contribuye a disminuir la congestión vial y a reducir los accidentes de tránsito en las rutas terrestres.
Un corredor estratégico de 800 kilómetros
El proyecto de la hidrovía contempla un corredor de navegación de aproximadamente 800 kilómetros, abarcando la Laguna de los Patos (que conecta Porto Alegre con Pelotas), el canal San Gonzalo y la Laguna Merín. Su reactivación permitirá que los productos de los departamentos uruguayos de Cerro Largo, Treinta y Tres y parte de Tacuarembó lleguen a la terminal brasileña de Río Grande, recorriendo solo 200 kilómetros, en contraste con los más de 400 kilómetros que implica su transporte por carretera hasta Montevideo para su exportación.
Guillermo Valles, embajador uruguayo en Brasil, destacó la relevancia de la iniciativa: “El puerto de Río Grande mueve más carga que el de Montevideo y es el cuarto más importante de Brasil. Esto nos abre una gran oportunidad para incrementar el comercio bilateral”. Además, el diplomático comparó la hidrovía con el sistema de barcazas de Paraguay, que transporta grandes volúmenes de carga a través de los ríos Paraná y Paraguay.
El desarrollo de la hidrovía no solo transformará el transporte, sino que también podría alterar la matriz productiva del noreste uruguayo. Se estima que un millón de hectáreas en Cerro Largo, Treinta y Tres y parte de Tacuarembó podrían dedicarse a la producción de sorgo, maíz y trigo, facilitando su exportación a través de la Laguna Merín.
“Hoy, la prioridad de la Embajada de Uruguay en Brasil es el ensanchamiento de la Laguna Merín y la Laguna de los Patos”, explicó Valles. Para ello, el dragado del canal San Gonzalo es fundamental, ya que en algunos sectores tiene solo un metro de profundidad y necesita alcanzar los 2,5 metros para permitir la navegación de barcazas de poco calado.
Avances en el dragado y nuevas inversiones
El dragado del canal San Gonzalo es clave para la materialización del proyecto. Brasil ha destinado entre 8 y 10 millones de dólares para las obras, y tras dos licitaciones fallidas, finalmente adjudicó el trabajo a un consorcio privado. Además, el gobierno brasileño avanza en la estructuración de seis contratos de concesión para diversas hidrovías, incluyendo la del río Paraguay, la hidrovía Brasil-Uruguay y la de la Laguna Merín.
Por su parte, Uruguay ya ha aprobado un proyecto para la construcción de un puerto granelero y multipropósito sobre el río Tacuarí, cerca de la Laguna Merín. Impulsada por el empresario Carlos Foderé desde 2012, la iniciativa contempla una inversión inicial de 30 millones de dólares. Sin embargo, la construcción del puerto deberá esperar a que se complete el dragado del canal San Gonzalo. Por Lara Silva (msn-ojo)