¿Cambiará algo?

0
1415

Alejandro Castro, cabo de la Policía Nacional, salió a trabajar el domingo sin imaginarse, ni de cerca, que ese día se convertiría en el asesino de un niño. Anthony Martínez decidió también irse a ver el colorido carnaval de Santiago con su hijo de 12 años, Donaly, frente a su negocio de barbería, y tampoco le pasó por la cabeza que una desgracia tan grande tocaría su puerta horas más tarde.

La tragedia, sin embargo, estaba de turno para los dos, por una seguidilla de eventos catastróficos que pone en evidencia nuevamente el problema de violencia y de indisciplina social que vivimos a todos los niveles.

Según el relato del incidente, los balazos que acabaron con la vida de Donaly se debieron a una de esas bocinas estridentes tan comunes en nuestros barrios. Cuentan que el cabo Castro quiso incautar el aparato, pero para ello usó las formas incorrectas y provocó un forcejeo con el padre del muchacho, momento en que se disparó el arma y surgieron los balazos que acabaron con la vida del niño.

¿Pudo el policía utilizar una mejor mecánica de negociación, evitar la confrontación y no recurrir de inmediato al gas pimienta y a su arma de reglamento? ¿Debió Anthony, en lugar de confrontar al oficial, someterse para evitar exponerse al peligro? ¿Debieron los otros policías y ciudadanos intervenir más para evitar el conflicto? ¿Es el carnaval un buen sitio para niños? ¿Cómo es posible que hayan dejado tirado por tanto tiempo a ese infante con dos tiros en su cuerpo? ¿Cómo es posible que se hayan llevado al agresor en una patrulla sin ni siquiera ponerlo en detención oficial? ¿Están preparados los policías para manejar esos escenarios? ¿Tienen razón los ciudadanos cuando enfrentan a los policías y se exponen a sus reacciones? ¿Quién debe ceder, los policías o los ciudadanos? ¿Esta horrible muerte cambiará algo en la sociedad?

Son miles las preguntas que tengo y las dudas que me han surgido ante un hecho tan desquiciante. Me siento desarmado, derrotado, frustrado, como si ya no hubiera nada que hacer para mejorar la sociedad. Espero que sea un sentimiento pasajero, de verdad que lo espero. Por: Benjamín Morales Meléndez [Diario Libre]