Caos generalizado. Mientras la Unión Europea y como unidad económica y financiera está en veremos, la guerra no da visus de terminar y las economías se desestabilizan

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Los principales indicadores del acontecer mundial, indican, que el fin de año será mucho más traumático si cabe a todo lo acontecido en el 2022 y que el 2023 no será un año del que la humanidad pudiera decir que respirará con alivio y dado el hecho cierto y grave, de que EEUU y con tal de no perder su hegemonía global frente a China, Rusia y los países BRIC, sería muy capaz de materializar estrategias dirigidas a socavar a todo el mundo y cuyo enfoque principal se tendrá al momento que Reino Unido quiera abandonar el brexit y volver a la UE y en Francia el bloqueo político del parlamento contra el presidente Macron, le obligue a renunciar.

Al menos, los anteriores son los parámetros más significativos que creemos observar y que ya se están produciendo y culminando a más tardar al tercer trimestre del año que viene.

Desde luego, en países de economías café con leche, es decir, entre subdesarrollados y dependientes directos de materias primas, debe suponerse que todo irá a peor, por lo que naciones con economías en bancarrota como la Argentina y con todo su enorme crecimiento agrícola e industrial, se encontrarán en un verdadero callejón sin salida que podría depararle una muy grave desarticulación social y afectación notoria de su ejercicio de  gobernabilidad y al igual que ella, el resto de las naciones sudamericanas y centroamericanas.

Por semejante clima tan ácrata, el año que viene, no que simplemente será uno de retos y desafíos sin control, sino que habrá naciones que simplemente sus clases gobernantes, fracasarán de plano y en la medida que las grandes fortunas entren en pánico y dentro del desorden general planetario quieren salvar sus riquezas y aun a riesgos de destruir las de sus países y para no hablar de la grave impotencia que tendrán los adinerados y sus conglomerados y para ver como capean el temporal.

Ni que decir, que, si la situación geoestratégica se agrava, las economías perderán millones de empleos y “las masas irredentas” tratarán de empezar a buscar culpables y lo que provocará una vuelta de gobiernos autoritarios de derecha y otros de centro izquierda y cada uno auto justificándose, tirándole las culpas a otros.

Para países limítrofes que comparten fronteras terrestres, la situación podría ser más que angustiosa, toda vez que aquellos de economías débiles frente a sus vecinos fuertes, no tendrán otra opción, sino que iniciar la marcha de grandes hordas de hambreados y los que deberán enfrentarse a acciones histéricas y de resistencia casi inútil por parte de aquellos, que entendiéndose “fuertes”, no están preparados para recibir de golpe y violentamente una inmigración de famélicos de un millón de personas por vez.

A todo esto, organizaciones como la ONU y el FMI se verán sobrepasadas en sus expectativas de control, al tiempo que la guerra rusa-ucraniana y convertida en una económica global y manejada por los grandes conglomerados con base en las industrias militares, aumentarán los niveles bélicos y con la esperanza fallida de no quebrar a gran escala.

El mundo y a nuestro modo de ver, lo tendrá muy difícil para sobrevivir y lo que será peor, al momento que los ciudadanos de todos los países caigan en la cuenta de que su misma extinción masiva podría ser más que una probabilidad ominosa.

Sin embargo, con todo y el caos que con su guerra, EEUU-Reino Unido y la UE han organizado con el pretexto de que “la mala” Rusia invadió a Ucrania, cuando en verdad desde el 2014 y al momento de la invasión rusa en febrero pasado, han sido 8 años en los que la tríada mencionada y con su auxiliar del ejército mercenario de la OTAN, dio el primer paso para tratar de hacer de Ucrania una especie de protectorado cuyo territorio es usado para fortalecer sus aprestos de guerra bacteriológica y mientras Ucrania solo aporta sus muertos y se endeuda a niveles sencillamente inconcebibles para cualquier mentalidad organizada.

Tampoco se podría decir que ya no es posible alguna que otra negociación entre las partes envueltas en el grave conflicto casi planetario que se está conociendo, en ese plano, sin duda que hay intentos de contemporización y búsqueda de soluciones pragmáticas y no necesariamente picadas por el bicho de los nacionalismos sin control. Pero y este es el gran, pero, mientras EEUU entienda que, en los próximos 50 a 100 años, sus iguales dentro del mundo multipolar que Asia, Parte de Europa, África y en menor medida América empiezan a conformar y estos pudieran desplazarles, no creemos que haya que ser razonablemente optimistas y sí cautelarmente previsor.

Y esto así, porque en la actualidad y comenzando por las europeas, ninguna de ellas está siendo dirigida por estadistas y menos por centros de pensamiento de mentalidad y criterio geoestratégico y sí por una galería de desaprensivos políticos y bandoleros de ideas chicas, quienes en sus incapacidades, bien que serían capaces de desarticular sus propias naciones y como es el caso español, donde un desaprensivo primer ministro, lleno de odios y rencores y junto con criminales terroristas catalanes, tratan de hacer lo imposible por desmembrar a España.

De este lado de las Americas, el panorama no es tan inquietante como el Europeo y para poner un caso, pero sí terriblemente   desalentador, al observarse como sus oligarquías y clases medias, no son capaces de tomar medidas de a largo plazo con el propósito de preservar estas naciones de la correlación de fuerzas negativas que se está dando en Europa.

Cómo contrapartida y por más que se les quiera denostar, es una realidad que los presidentes ruso y chino, Putin y Jinping​,  dan apariencias de tener un concepto de madurez y mentalidad de estadistas lo suficientemente desarrollado como para ser los parámetros de la última frontera que el planeta tendría, si los halcones en Washington, Londres y Bruselas y sus clases gobernantes, en su obcecación suicida, prefieren entender que para todo perdido todos muertos y lo que sería un pensamiento de irracionalidad tan absurda, que al final, solo habría que clamar y aunque por una vez y seriamente, que lo mejor de la humanidad se vuelque en su propia defensa de vida y amparándose y como nunca antes, en el Dios de todas las religiones, saque fuerzas y haga que el mundo vuelva a ser uno y de esperanza.

En tanto lo que vemos, es que por más que se quiera impedirlo, se marcha hacia el caos generalizado. Mientras la Unión Europea y como unidad económica y financiera está en veremos, la guerra no da visus de terminar y las economías se desestabilizan y que, debido al mal manejo de los bancos centrales, el resto del mundo especula y se replantea. ¡Qué Dios nos asista! (DAG)