Cuando la actual procuradora general de la República, magistrada Miriam German Brito y siendo reputada juez de la Suprema Corte de Justicia, experimento el terrible desasosiego que le provocó la falta de tacto y de mucho agravio personal, de su antecesor, Jean Alan Rodríguez y en una comentada intervención suya como aspirante dentro del Consejo General de la Magistratura y en la presidencia de Danilo Medina Sánchez.
Lo peor del sicariato mediático en internet y las redes sociales le cayó como a la conga al ahora vilipendiado y deshonrado e imputado por malversación de fondos públicos y en lo que ha sido convertido el exprocurador, por lo que, desde el primer momento, en POR EL OJO DE LA CERRADURA, marcamos la diferencia frente a todo cuanto, de groserías, aquella gleba de arrogantes comunicadores y creídos de que son un supra poder fáctico, emitieron de manera tan canallesca y grosera.
Para aquel entonces, la señora Germán Brito se dejó arrullar por los epítetos emitidos porque quienes defendían supuestamente “su honra y reputación” y no entendió, que, por su tonto comportamiento, algún día ella sería también el objetivo por derribar de semejante maquinaria de difamación e injurias y como en efecto, ahora está probando en carne propia, el terrible veneno de la desinformación, la injuria y la acechanza de sicarios mediáticos, que no pararán en nada con tal de verla destruida moralmente.
Eran los tiempos que un oscuro pequeño burgués barrial de supuesta izquierda comunista y como presidente de la República, “fabricó” y perfeccionó aquella maquinaria de destrucción de reputaciones y la que increíblemente, el presidente en ejercicio, Luis Abinader y no obstante ser burgués de clase media, apoyó aún mucho más y haciendo de aquella plebe, lo peor de lo que en el buen sentido de la decencia y el buen gusto, nunca debió de ser como factor mediático.
En este sentido, Abinader ha resultado ser peor resentido social que Danilo y cerrado al sentido común, la decencia y las buenas costumbres, forjó el actual aparato represivo de comunicación manipulada, que, para vergüenza de la nación, se muestra como si realmente estuviera compuesto por periodistas profesionales de academia y educación doméstica.
La magistrada Germán Brito, es ahora víctima de esa maquinaria de difamación y de injurias y al parecer, por las criticas destempladas y muchas injustas como agraviantes que se han emitido por su ejercicio como procuradora general de la República, perdió la compostura y emitió un comunicado público y el que, en cierta forma nunca debió de haber emitido y cayendo en la peligrosa imagen de que se le pudiera ver como una vieja izquierdista y resentida social, absolutamente enemiga de la libre información y ni hablar de la libertad de prensa.
Por ese periodismo basura y de puro terror mediático, la funcionaria se encuentra ahora ante el tribunal de la deshonra y la desinformación y toda esa plebe mediática pidiendo su cabeza y desafiando el ejercicio de la ley y lo peor, con un gobierno paralizado en las actuaciones legales que debería imponer al respecto y solo por su complicidad con los gestores de ese periodismo basura.
Son pocas las personas decentes que se complacen con semejante espectáculo y sí, muchos, los difamadores y sicarios de reputaciones, que baten palmas para destruir a una señora funcionaria, cuyo único delito ha sido ejercer su derecho a la libertad de disidencia y exponiendo su criterio sobre determinados aspectos que tienen que ver con la elaboración de expedientes técnicos que fundamentan acuerdos internos del ministerio público con presuntos suplidores del Estado y corruptos del gobierno anterior, ahora sujetos como imputados en juicios criminales de corrupción en materia de uso desmesurado de fondos públicos y que, al parecer, aliados a altos cargos del ministerio de Hacienda y abogados inescrupulosos, crearon un cartel criminal de cobros y pagos de deudas públicas y a un nivel realmente escandaloso y fuera de todo contexto moral y en el que se encuentran involucrados hermanos directos y familiares del expresidente Medina Sánchez.
El contraataque de la señora magistrada Miriam German Brito, es ya episódico: Arremetió con dureza contra quienes la están difamando e injuriando y también a su equipo de trabajo, sostuvo que interfieren con los procesos que su despacho lleva a efecto y al mismo tiempo lanzó el insulto de que ella "no contrata opinadores para que mientan en su favor" y cerrando con la abierta amenaza – un exceso- de que usará el poder que le otorga la ley para afectar el ejercicio personal de quienes la difaman y en su papel de comunicadores que se hacen llamar periodistas.
En el fondo, ¿de qué se trata todo esto?, que uno de los imputados, el ex ministro de Hacienda, Donald Guerrero, contrató en Washington una firma de consultores de imagen y traficantes de influencias estadounidenses y en la que se encuentran uno que otro asesor de imagen de pasados gobiernos dominicanos y quienes, al elaborar una acertada estrategia de contención de los ataques e imputaciones del ministerio público, han terminado por alterar el ánimo del presidente Abinader y su gobierno.
Gracias a esa estrategia, recientemente el senador estadounidense, Benjamín Cardin, la emprendió contra la política de anticorrupción de Abinader y diciendo que solo ataca a los corruptos del pasado, pero no de su gobierno y ahora lo reciente, de la declaración del Departamento de Estado, que puntualiza, que este país y su gobierno, se encuentran por segundo año consecutivo “en el nivel 2 de la Lista de Vigilancia en el Reporte de Tráfico de Personas”.
El gobierno nacional hasta ahora no ha hecho lo suficiente para despejar dudas y quitarse de encima las imputaciones que atentan contra su reputación y por eso de la declaración de la procuraduría general señalando casos específicos de persecución de la corrupción política y gubernamental y la nueva declaración del director de Presupuesto, José Rijo Presbot, y como consignan los mass media, “reveló en el juicio de fondo del caso de corrupción Antipulpo, que desde el 31 de julio al 14 de agosto de 2020 se pagaron a 80 contratistas del Estado 20,900 millones de pesos, violando los procedimientos para el pago de deudas públicas”.
Que los imputados por corrupción hayan contratado una oficina de lobistas en la capital federal estadounidense, en modo alguno es ligereza y tampoco violación legal alguna y sí la correcta utilización de mecanismos de divulgación para apuntalar la defensa de sus clientes.
Sin embargo, sucedida esta contratación, el gobierno de Abinader debió de haber hecho igual, pero se confío en la maquinaria mediática de difamación e injurias que paga con largueza y con la que mantiene aterrorizados a la mayoría de sus adversarios políticos y ahora se las ve y se las desea para ver como sale del callejón sin salida en el que se encuentra.
A todo esto, desde la procuraduría general y como institución, se advierte y puntualiza y lo que todo abogado en ejercicio entiende, que en su comunicado, solo se refiere “a la facultad legal que, dentro de nuestro Estado de Derecho, tienen las víctimas y el Ministerio Público en contra de los imputados que utilicen recursos” y que las medidas cautelares que está dispuesta a adoptar para evitar la obstrucción de la justicia en los medios de comunicación “se refieren exclusivamente a los imputados, no a los medios de comunicación ni a los periodistas”.
Hay que esperar, que el presidente Abinader se serene y frene sus emociones y actúe frente al terrorismo mediático que le apoya, con el tacto suficiente, en una situación por la que la atrapada opinión pública empieza a verle no con ojos de piedad y sí de mucha censura y acusación y tanto, que ya es creencia, de que contra lo que pudiera pensarse, el periodismo no es ese ejercicio destructor de honras y reputaciones de ahora y sí de honda civilidad y que tan equivocadamente, ha pretendido erigirse en intocable dictador de la opinión manipulada y en alianza vergonzosa con el gobierno. Con Dios. (DAG) 25.06.2024
