viernes, julio 18, 2025
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¿Cuál es el tamaño real del territorio “privado” que controla el desarrollador Frank Rainieri? 58 kilómetros cuadrados. El Estado Vaticano tiene 44 km cuadrados

Aquí se habla y para no alarmar, que son algo así como 84 mil tareas. Recuérdese que la tarea es la unidad agrícola dominicana y la que tiene 629 metros cuadrados, pero si alguien quiere entender el contexto real del tamaño de semejante propiedad, con decirle que el Estado Vaticano tiene 44 km cuadrados y que Rainieri controla 58 kms cuadrados, sería más que suficiente. Entonces se entenderá el impacto político y social de tal emprendimiento y por qué y en la práctica, Rainieri se ha llegado a creer que en verdad es el “presidente” de facto de la zona este.

Agréguesele a su “soberanía”, que es dueño único del aeropuerto privado Punta Cana y que todos los organismos de seguridad, policiales y de control del Estado Dominicano, realmente solo están a su servicio y al extremo, que comandante militar, policial y naval que llega a Punta Cana, automáticamente se coloca en posición “sí señor”.

De esta manera, el antiguo traductor, chofer y asistente del millonario abogado de la AFL CIO, Theodore Keel, el tronque superior de los sindicatos obreros de EEUU y Canadá y colocado por el general Antonio Imbert Barreras, que fue el agente mediador frente al presidente Joaquín Balaguer, para que aquel consintiera en venderle “unos terrenos pantanosos y matorrales en la zona este, que ahora son un criadero de mosquitos”.

¿Por qué se buscó a Rainieri?, en principio, porque era el novio de una hija del militar, lo que le permitió estar justo en el momento que se requerían sus servicios.

Esos 58 kms cuadrados, Rainieri los recorrió a pie, en mulo, en motor y hasta en caballo y gracias su temprana visión de emprendedor, en menos de tres años logró crear una curiosa estructura turística en un rincón playero de la propiedad y con 20 villas o bungalow. Era un Rainieri realmente emprendedor y se puede decir, que un joven de corazón noble y hasta que, con los años, el Diablo le llegó y su ego fue su prisionero.

En esos años todo el que se acercaba a curiosear se encontraba con un matrimonio siempre en trabajo y sus dos niñas y el niñito, enseñándoseles que había que aprender a trabajar y más en lo de sus padres, que era lo de la familia. Ahí no hubo nunca tiempo libre, ni ratos de esparcimiento, ni nada para la holgazanería y por sus empeños, llegó el momento, que tanto Keel como Imbert Barreras le premiaron sus esfuerzos y hasta que el abogado le hizo su socio minoritario.

Fue el tiempo de los años setenta que le conocimos y aun desconfiado, permitiendo que como periodista indagáramos sobre el emprendimiento del que ya tanto se hablaba. Pero hubo un momento, que un primo suyo de apellido Marranzini, le metió en la cabeza que había que crear un círculo de ejecutivos jóvenes “para que te relacionaras con políticos y periodistas” y de estos últimos, de supuesta izquierda o comunistas de cuando la Guerra Fría. Al darse este giro, entonces, quien escribe -para la época periodista liberal de formación balaguerista- fue descartado y un día cada quien tomó su lado, hasta que el 2000 se volvieron a encontrar y justo en Punta Cana, donde en compañía de esposa e hijos fuimos como clientes a pasar el fin de año.

Ya Rainieri era entendido como un joven potentado y de hecho se le asumía como el socio mayoritario del grupo emergente Punta Cana, sus amigos y socios estaban al nivel de Oscar de la Renta Fiallo y Julio Iglesias, quienes de hecho y todavía Keel socio mayoritario, Rainieri los insertó como socios del grupo y facilitándole ambos, el capital de trabajo que le permitiera relanzar su proyecto turístico.

A partir de ahí, nació el verdadero CEO que hoy todos conocen. Las lenguas viperinas hablan de que se comporta como un autócrata, que su origen italiano le da aires de capo y teniendo una corte de aduladores mediáticos con los que ya es imposible separar la paja del verdadero grano.

Por eso, su parte más criticada, es la referente a que impuso el todo incluido, pero en base a mano de obra esclava haitiana y viviendo en barrancones en Friusa y parecidos a los bateyes cañeros. Nunca cumplió con que la mano de obra estuviera apegada al mandato legal de 80 dominicanos y 20 extranjeros y por eso ahora, allí hay un mínimo de 100 mil trabajadores haitianos ilegales, que se han convertido en la más grave afectación de la soberanía nacional y como modelo repetición.

Fue acumulando poder y ahora es el primero entre pares, con poder tan aplastante que el gobierno que sea casi le tiembla, no paga impuestos por lo que gana y ofrece de argumento, que esas construcciones, que se creía que habían nacido de inversión privada, ahora se descubre que son hijas de los 200 mil millones de pesos anuales que el Estado le facilita en subsidios y para que, a cambio, los compense como puestos de trabajo para los dominicanos, que como se conoce solo son para los haitianos.

En otras palabras, se ha desatendido con sus obligaciones y compromisos con la nación que le ha hecho rico y por eso, es la especie de padrino de más de cien mil dominicanos de origen haitiano, quienes, a su vez, sus padres son haitianos y la mayoría ilegales y en una muestra terrible de incentivar y patrocinar la haitianización de la vida dominicana.

Pero el Diablo le ha vuelto a surgir y ahora se le enfrenta mediante ese nacionalismo exacerbado de tantos dominicanos, quienes mañana anuncian irán en supuesta “marcha cívica” a Friusa y como recordatorio, de que también es territorio dominicano y como lo son los 58 kms cuadrados a los que la sombra de Rainieri se le impone.

Al final deberá pactar y negociar, convertir a su grupo en una compañía con acciones en el mercado de valores y sin límites para que la nación recupere los subsidios habidos y ni que decir, que destino parecido le deberá tocar a su aeropuerto y entregando por lo menos el 40 % de su capital al Estado.

De no hacerlo, ahora y con el presidente Abinader que le responde, no tendrá presión, pero años vienen y nuevos presidentes se sucederán y Rainieri va para la ancianidad, ya cumplió 80 y sus tres hijos tendrán la responsabilidad de saber negociar sin perderlo todo y tampoco el control de administración.

No nos brindamos en busca de una aceptable negociación ganar ganar para el Estado y su grupo, porque y como se dice en el Cibao, no somos persona, es decir, no hay amistad. Rainieri se entiende un semi dios y ni por asomo es capaz de entender que tiene mucha tela de la que se le puede cortar. Está ciego y hoy su territorio va hacia el abismo y ojalá que mañana la “marcha cívica” no genere muertos. Aunque oportuno fuera que se presentara un sorpresivo diluvio y como desde media tarde baña la zona.

Lo que obliga a que preguntemos y recordemos, ¿cuál es el tamaño real del territorio “privado” que controla el desarrollador Frank Rainieri? 58 kilómetros cuadrados. El Estado Vaticano tiene 44 km cuadrados. Con Dios. (DAG) 29.03.2025

imagen: Los dueños de Punta Cana: Keel, Rainieri y esposa, Iglesias y De la Renta

 

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