Siguen apareciendo datos que incriminan a Alexis Medina Sánchez en varios de los casos de corrupción más exagerados de la historia reciente. Por supuesto, todas las imputaciones deberán ser probadas, pero mientras tanto, las cantidades de las que se habla marean.
Este país es inmensamente rico si se le puede robar tanto y aun así crecer. Hablan de miles de millones de pesos (otros se aventuran a calcular en dólares) de una de las tramas de corrupción del gobierno pasado. Pero antes hubo otros gobiernos y otras tramas a las que se les ha dado una tregua, se dice que por alianzas políticas de conveniencia temporal. (Siempre hay un estratega pensando…)
Pero ¿cuánto dinero les hubiera sido suficiente? ¿En qué se lo han gastado, dónde lo tienen guardado? ¿Cuándo hubieran parado? ¿O era imposible ya dejar de seguir estafando al país? Y para usarlo… ¿cuánto tiempo se necesita? ¿En qué?
Muchos creyeron firmemente en la honestidad de alguno de los acusados en las diferentes causas. Personas a las que les duele genuinamente la situación en la que se encuentra el expresidente Medina. Que hubieran puesto la mano en el fuego por él y que ahora tienen más preguntas que certezas.
La corrupción hace ricos a unos pocos y más pobres a todos los demás. Eso se aplica a todos los casos, incluidos algunos ya olvidados como Sun Land o los Super Tucanos, a los de futuro incierto y poco creíble como Odebrecht, a los que están ahora en juicio y a los que vendrán. Algunas generaciones atrás los políticos se hacían con miles de tareas. Ahora son miles de millones. Por: Inés Aizpún [Diario Libre]
