El Ahorro para el Futuro

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Una de las preocupaciones fundamentales del ser humano es la respuesta a la pregunta: ¿qué hare cuando ya no pueda trabajar o me quiera retirar de mi oficio ó empleo? Ello es así porque mientras se tenga las fuerzas y condiciones necesarias podemos ser productivos sea mediante el ejercicio de una profesión u oficio, como empleado, o llevando a cabo nuestra empresa o actividad.

Pero la ley de vida nos lleva a ese momento en que lo anterior ya no es posible, y ahí está la incertidumbre de como podré mantenerme en lo adelante.

En esencia esta preocupación tiene dos alternativas. La primera alternativa es vivir despreocupado o sin posibilidades, y esperar que la caridad publica ó algún tipo de subsidio estatal otorgue los dineros con que vivir. La segunda alternativa es vivir consciente de esta realidad y posponer posibilidades de consumo para esa etapa de la vida mediante el ahorro.

El ahorro a su vez puede tomar diversas formas. Ello abarca desde la acumulación de valores monetarios en cuentas bancarias o valores de mercado, hasta diferentes formas de activos que pueden abarcar desde una propiedad urbana hasta digamos un cerdo en un corral.

Para aquellos que tienen ingresos fruto de su empleo o trabajo independiente, lo preferible es llevar a cabo un ahorro constante, consistente y de un monto mínimo.

La mayoría, incentivado por la falta disciplina o visión, participan en el sistema de capitalización individual gestionado por las AFP, instituciones alrededor de las cuales sus detractores han tejido una increíble telaraña de mentiras y falacias con tal de intentar desacredítales.

Sin embargo, a este sistema de pensiones le ha faltado implementar, a pesar de años de reclamos, el que sea dotado de un sistema complementario de ahorro voluntario que permita la mejora de futuras pensiones afectadas por la intermitencia e inconsistencia.

Este será una parte del rosario de mejoras que deberá afrontar la autoridad a partir del nuevo gobierno del 2024, como parte de una necesaria reforma laboral enmarcada en la requerida reforma fiscal. Esperemos a ver si esta necesidad encuentra la respuesta adecuada. Por: Frederich E. Berges  [El Día]