Una comitiva del Gobierno nacional, encabezada por el presidente Luis Abinader, anda por tierras españolas para participar de la importante Feria Internacional de Turismo 2022 (Fitur), la cual se dedica este año a República Dominicana.
El Gobierno ha querido transmitir una austeridad máxima, al minimizar las comitivas y mandar a todos en clase económica, incluido el presidente Abinader, quien optó por pagarse el “upgrade” de su propio dinero y viajar en clase ejecutiva.
Es una acción loable la del presidente y parte de su séquito, en un momento sumamente complejo para la economía del país. Enviar el mensaje de austeridad es simpático políticamente, como no, y no puede ser censurado.
Ahora, hay que dejarse de tonterías y entender que el mandatario de un país, sólo él y su acompañante, deberían viajar con la mayor de las comodidades, porque son la cara de toda una nación.
Si un país no tiene la entereza de pagarle a su presidente un pasaje aéreo que le garantice una comodidad mínima, sobre todo en un vuelo trasatlántico, más que ejemplo de buenos manejos, destila una pobreza de entendimiento hacia esa figura que debería llamarse a la rectificación.Por: Editorial [Diario Libre]