El torcido y manipulado relato periodístico progobierno, en su obsesión, está poniendo en peligro la convivencia social y abriendo un peligroso frente de lucha entre medios, periodistas, comunicadores y propagandistas

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La guerra de las banderías políticas y mediáticas contra el derecho de los ciudadanos a tener y defender sus propias preferencias políticas apunta hacia ese peligroso camino de las luchas personales entre grupos de facciosos políticos, que entienden, que quien no esté a su favor debe ser tirado a un lado y que, si insiste, debe llevarsele hacia lo más parecido a una muerte política y moral.

Desde el PRM es desde donde con mayor ímpetu se está llevando esa pelea política de pandillerismo absoluto y que prohijada por su presidencia y también su secretaría general, parecería que le están inoculando el virus de ese discurso de odio que no presagia nada bueno, ni para la continuación de la gobernabilidad y mucho menos para el mantenimiento de la paz social.

Y es que se está haciendo evidente, que los del gobierno del presidente Luis Abinader y al darse cuenta de que los resultados de sus propias encuestas no les satisfacen y en la medida que una gran mayoría de ciudadanos dentro del país político no comparte su visión sesgada de cómo se encamina la campaña electoral, han empezado a suponer y lo más parecido a preguntarse, si acaso el resto de la nación tenga una visión distinta a la triunfalista que las encuestas oficiales en cadena les inducen a hacer creer.

Entonces y como resultado inmediato, sobre todo desde el momento que se publican actualizaciones de encuestas  diferentes a las que gusta el PRM y cuyos resultados presentan unos números más ajustados a la realidad que la mayoría de la gente percibe, que haya la impresión, de que el oficialismo y el PRM en particular, a entrado en crisis y provocando serios arrebatos emocionales a los funcionarios como a su prensa, que por lo que se está viendo, parecería, que para agentes del gobierno y sargentos políticos del partido oficial, entienden que deben responder con la fuerza del poder arbitrario y para “ajustar los tiempos”, a lo que el gobierno quisiera que la reelección presentara.

Nuestro temor pues, es más que fundamentado y es que vemos con aprehensión, que si para las elecciones municipales del 18 de febrero y con la complacencia del tribunal de elecciones de primera instancia, la JCE, el PRM se robó aquellos comicios y escenificando la más escandalosa compra de votos y de candidaturas y como hasta ese momento se hubiese presentado, que para las presidenciales y legislativas del 19 de mayo, el fraude que el oficialismo quisiera perpetrar obligue a la oposición a desplegar su bandera de lucha y básicamente en defensa del derecho de los electores a elegir en libertad.

Ni que decir, que, por la cobardía y complicidad del pleno de la JCE, ahora y de cara a mayo, en la ciudadanía se va presentando la interrogante de qué hacer y dentro de la ley, para evitar que el PRM quiera robarse las nuevas elecciones y como el mejor pretexto para generar una crisis que obligue a la oposición a tener que aceptar un nuevo “triunfo” oficial y de esos que no se celebran y como ocurriera en febrero.

Lo evidente, viene a ser, que para el caso de que se quiera imponer la reelección presidencial y sin importar el costo, es perceptible que lo único que pudiera contrarrestar la pretensión y desde la oposición y en particular de Rescate RD, es enviar voceros a organismos internacionales como la OEA, ONU o aquellos que enviarán delegados electorales, a denunciar de antemano y esto a nivel internacional, que es lo que el PRM pretende.

Esto e independientemente a que se organice una movilización opositora general, que obligue al gobierno a volver sobre sus pasos y entender, que la alianza política que gane y sea opositora u oficial, deberá hacerlo sin trampas y con absoluta transparencia.

Entiéndase, a nuestro juicio debe puntualizarse, después que, por el efecto de la reunión del lunes de la alianza opositora, hoy, las fuerzas del gobierno como del PRM lucen enormemente abatidas y por lo que ya parece una posibilidad real, de que todas las fuerzas políticas tengan que ir en junio a la segunda vuelta.

Si esta apreciación es correcta y lo que se confirmará con el próximo debate presidencial y del que, el presidente Abinader se comprometió a acudir, pero que ahora el PRM está haciendo lo imposible para que no cumpla su palabra, que lo menos que se pueda decir, sea, que, si Abinader no concurriera, la imagen que proyectaría sería de derrota nada imposible y que para un gladiador exitoso como es el presidente, nunca sus asesores podrían entender que ello fuera una opción por discutir.

Igualmente, es hora de llamar a capitulo y en principio, desde la JCE, a los medios, periodistas, comentaristas, propagandistas y redes sociales con sus lupanares mediáticos, a que se ciñan a la ley, la decencia y el sentido común y actúen como profesionales del periodismo y la comunicación y no como agentes políticos sectarios y decididos a obligar a la ciudadanía a que acepte a Abinader como el mejor candidato presidencial y solo ganador.

Simplemente, también estamos viendo, que el ánimo ciudadano no está en eso de dejarse comprar o sonsacar por el oficialismo y sí que a las elecciones se vaya con espíritu de competencia sana, pues aun cuando en el PRM todavía no lo entiendan, de hecho, los ciudadanos rechazan que se pudiera repetir el fraude electoral de febrero pasado.

Precisamente y por esa actitud que vemos por doquier, es que queremos enfatizar, que, a la gente del gobierno, muy pocos ciudadanos podrían permitirles el fraude descomunal que hicieron y que, si ellos y el PRM insistieran sobre este particular y con sus agentes periodísticos y mediáticos y toda esa propaganda mañosa y manipuladora que su prensa vierte, el nivel de derrota electoral podría ser abrumador para la reelección.

Ya mismo, todo indica, que limpiamente, las diferencias entre gobierno y oposición es de menos de 10 puntos y que si en verdad las reglas aplicadas a unas elecciones limpias se respetaran, el único recurso que gobierno y oposición deben tener, es apurar el paso y ver cuál de los dos bandos se alza con un triunfo limpio del que no debe quedar ninguna duda y a nivel congresional y presidencial. De lo contrario, a Dios que reparta suerte frente a lo que de tragedia nacional sobrevendría.

De ahí, que, frente a esta realidad, sus temores y expectativas, observemos que, el torcido y manipulado relato periodístico pro-gobierno, en su obsesión, está poniendo en peligro la convivencia social y abriendo un peligroso frente de lucha entre medios, periodistas, comunicadores y propagandistas. Con Dios. (DAG) 27.03.2024