Un rápido vistazo al fenómeno de retroceso cívico de muchos dominicanos, es comprobar como los ciudadanos están perdiendo el respeto propio de todo ciudadano y civilista que aspira que su sistema político y social se enmarque dentro de una democracia funcional y abierta y otros -hasta ahora una minoría – abogando abiertamente por medidas autoritarias extremas que lleven hacia una dictadura de terror policiaco que afecte absolutamente la gobernabilidad y haga a los ciudadanos sujetos de opresión y muerte.
En este aspecto, lo que está ocurriendo es más que grave. Por un lado, los del PRM quieren quedarse en el poder sin importar como y menos confrontándose en las urnas. Por el otro, se está dando una tendencia peligrosa hacia la creación de un estado policiaco, mediante la imposición de una policía autoritaria que trate a la República como si se viviera en un campo de concentración en la que una gestapo nazi determine quien vive o no y lo otro tan canallesco, de los miembros de la partidocracia, negados en redondo a renovar sus dirigentes y buscar nuevos cambios direccionales mediante elecciones internas.
Por donde quiera que se mire, son tres aspectos enormemente preocupantes y que laceran la institucionalidad y ante lo cual, hay que advertir a los medios y periodistas que favorecen los desmanes policiales y creyendo que con ello se evita el crecimiento de la delincuencia, cuando la misma policía es parte de la misma, que si hay un vuelco antidemocrático, los primeros que recibiremos los embates de la nueva tiranía, seremos todos los medios de comunicación y de información de masas y periodistas y comunicadores y lo que hay que advertir y para que nadie se llame a engaño.
Ayer, Abinader asumió un papel que no le corresponde, de que se le vea como el responsable de la fracturación de la paz social desde la policía, cuando los responsables del retroceso de seguridad que se vive, está en el director policial, el asesor policial presidencial y el ministro de los Interior y por incompetentes e incapaces.
No entendemos por qué el presidente tomó esa decisión y lo que nos dice, que fuerzas ocultas antidemocráticas, parecería que lo están haciendo su prisionero.
Por eso decimos, que es descomunal y preocupante el retroceso político y social que se está experimentando. Los partidos se niegan a legitimarse frente a sus miembros y no van a elecciones internas y un amplio segmento de ciudadanos abogan por la dictadura policiaca. ¡Qué Dios nos asista! (DAG-OJO)
