Es políticamente prudente, que se anuncie que el presidente Abinader se dirigirá mañana a la nación y en momentos que el PRM da visus de inusitada rebeldía interna y la que firmemente hay que detener

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Es un hecho, que si por una u otra razón a nivel del partido oficial se presenta una opinión generalizada de descontento y al extremo, de que frente al mismo presidente de la República se aprovecha un acto público en el que participa y para mostrar disgusto hacia su administración y peor, si la irritabilidad se presenta y toma de objetivo al ministro administrativo de la presidencia, quien es el ejecutor de las políticas oficiales que tienen que ver con el discurrir del día a día gubernamental, que necesariamente haya que actuar con presteza, firmeza y mucha credibilidad.

Al mismo tiempo, si se nota que por efectos de los disgustos que se plantean entre oficialistas, también se da la situación, aunque tímidamente, de que ciertos sectores levantiscos dentro del país político, de esos que siempre están al acecho para tratar de pescar en río revuelto, empiezan a levantarse ciertos ánimos, que de no darles la importancia requerida, pudieran resultar descriptivamente maliciosos, que entonces y rápidamente sea el mismo presidente de la República el que deba conjurarlos.

De ahí que no nos extrañe el anuncio dado a media mañana desde el Palacio Nacional, en cuanto a que mañana en la noche, el presidente y con el pretexto de presentar su posición definitiva respecto a la probabilidad de la reforma fiscal de la que tanto se ha especulado, aproveche la circunstancia para darle respuesta y que es lo más probable, a los disgustos que de golpe han estallado dentro del PRM y que dejarlos crecer, nada ni nadie podría negar que se estaría cayendo en un riesgo no favorable a la gobernabilidad.

Si esto se entiende y como se vive dentro de un aparente ejercicio democrático de gobierno, lamentablemente excluyente para las grandes mayorías nacionales y lo que significa, que si las autoridades guardan silencio o simplemente los funcionarios de primer nivel no se atreven a tomar decisiones pertinentes y para conjurar, lo que de lejos se ve como un principio de alzamiento administrativo y por la insatisfacción generalizada de que muchos oficialistas todavía no logran algún cargo o posición pública.

Que entonces, los sectores llamados a equilibrar la balanza entre disgustos y apoyos y para lo que institucionalmente debe encontrarse el periodismo cívicamente responsable, demos el necesario paso al frente, de suerte que se pueda disminuir la tremenda carga emocional de insatisfacciones de tantos y solo con el interés de que la gobernanza no se resquebraje o fracture y procurando que cada sector social o popular y para no dejar de mencionar los de la burguesía privilegiada, asuman, que en un inicio de rebeldía interna como el que en las ultimas horas ha empezado a mostrarse, exista la necesaria credibilidad política institucional de la sociedad civil y para impedir una situación de rebeldía mucho peor, de la que ahora se está mostrando.

Y lo que debe recordarnos, que el gran Talón de Aquiles que tiene todo gobierno, es el referente a su responsabilidad mayor de preservar a como de lugar el orden público y sin importar las consecuencias de corrección ciudadana que las autoridades deban de imponer.

Porque de esto es que se trata, de que una minoría de insatisfechos entienda, que el gobierno y en materia de empleos, debería de complacerles a rajatablas y sin importar resultados que pudieran afectar como un todo al cuerpo social de la nación y lo que lamentablemente para los intereses de cada uno de los que se sienten rechazados por su propio partido, no es asunto y ya en materia de política de Estado, que se pudiera aceptar así no más.

Desde luego, tampoco se le puede quitar la razón a quienes como miembros del partido oficial, asumen que desde Palacio y en concreto, desde el despacho del ministro administrativo Paliza, no se atienden a sus requerimientos o que en 15 meses como gobierno, no ha habido la suficiente diligencia para resolver una situación que desde lejos se revela que el ministro no ha tenido la suficiente aptitud y capacidad política para disminuir enconos y darle salida oportuna a los empleos, que con toda razón deberían de ir a una mayoría de perremeístas.

Ahora bien, tampoco es fácil dar nuevos empleos dentro de una empleomanía de cerca 600 mil servidores públicos, unos de carrera y otros con apenas ocho o dieciséis años en la administración pública y para un partido, que por lo menos y a buen pie, debe darle trabajo a 100 mil de sus miembros y conociéndose, que, si no se hace con cuidado, el resultado caótico sería peor que el que ahora y en materia de disgustos se quiere evitar.

Se impone entonces cierta credibilidad de juicio y comprensión como también entender, que en este aspecto de creación de empleos dentro de unos parámetros de emergencia social y acentuados por la pandemia sanitaria y los desequilibrios en la economía global, las autoridades deben ir con cierta cautela y no atropelladamente y que por lo visto es la pretensión poco juiciosa de quienes por aparente estado de necesidad, entienden que la solución a sus problemas debería de estar por encima de todo y lo que realmente no es así y porque se caería en un problema mucho mayor que el que provoque el griterío de quienes al cansarse de “buscárselas”, han entendido que deben mostrar rebeldía y hasta un discurso irracionalmente violento.

Por supuesto, el problema está, en cuanto a que el sistema partidocrático que se tiene, se fundamenta en dos parámetros:  El populismo y la corrupción y derivado de ello, ese clientelismo abusivo que, por años, ahora se achaca solo al PLD, cuando en realidad, es la marca indeleble de todos los partidos y políticos dominicanos y que es precisamente el fundamento del por qué decimos, que al presidente Abinader hay que alentarle a que dé respuesta a lo que sus partidarios le reclaman, pero sin que se altere el orden social y menos el económico.

¿Por qué lo decimos?, porque si el empresariado realmente fuera menos egoísta y sus ejecutivos tuvieran una mentalidad a tono con la realidad agobiante que millones de dominicanos de clase media para abajo están viviendo, ya el empresariado como un todo debió de haber creado programas propios de asistencia social, tanto como comedores para paliar la crisis o bancos de alimentos y mucho mejor si se buscaran las vías útiles y que las hay, para que por si mismas, empresas y fábricas generen no menos de cien mil empleos temporales de no menos 12 meses continuos.

Entiéndase, se está en un momento delicado de amplia crisis social que requiere de medidas heroicas por parte del sector privado como un todo y para que en consonancia con las que el gobierno enfrenta y da muestras de querer conjurar, quienes más pueden, copien las acciones del capitalismo estadounidense cuando la crisis económica del año 1929 y al grado, de que las familias millonarias empezaron a construir todo tipo de edificios o de edificaciones, redes de transporte masivo y puertos, no pensando en ganar beneficios a corto plazo y sí para evitar que el orden social y en semejante momento de crisis con millones de personas sin empleos, pudiera enfrentarse y lo que fue logrado en menos de cuatro años.

Esa es la enseñanza que las crisis dejan cuando el empresariado asume una accionar de capitalismo humano y útil y el que muchos entendemos, aquí se debe implementar. Mientras, entendemos a su vez, como políticamente prudente, que se anuncie que el presidente Abinader se dirigirá mañana a la nación y en momentos que el PRM da visus de inusitada rebeldía interna y la que firmemente hay que detener. (DAG)