Esa historia al revés que la supuesta izquierda dominicana defiende con uñas y dientes y porque sabe que es la única forma de ocultar sus propios crímenes, delaciones y desvergüenzas. Balaguer es merecedor de una disculpa

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Mientras los llamados seudos izquierdistas, comunistas, marxistas-leninistas, trokistas, estalinistas, maoístas y seguidores del comunismo personal norcoreano, etc., no entiendan, que hasta que ellos no se hagan el necesario examen de autocrítica, que hasta ahora y por cobardes y sin carácter se han resistido a confrontar, será imposible que la mayoría de los nuevos izquierdistas nostálgicos y de generaciones nuevas, puedan entender qué ocurrió y porqué durante los doce años de la primera etapa fructífera y desarrollista de Joaquín Balaguer  (1966-1978) tantos de los suyos debieron morir violentamente.

Lo primero que deben entender, es que la llegada de Balaguer al poder estuvo precedida de la lucha de poder global entre democracias y comunismo y conocida como “Guerra Fría” en la que EEUU por un lado y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) por el otro se disputaban el dominio y control del mundo unipolar.

Etapa que en este país tuvo su variable desde que la revolución castrista se alzó con el poder en Cuba y se impuso una variable de comunismo tropical a la cubana, que para los dominicanos se conoció con los primeros intentos comunistas por tratar de imponer su predica y dirección en este país y ha propósito de la llamada “revolución de abril” (24 de 1965) una derivación populachera de un frustrado alzamiento militar que se llevó de paro el gobierno de facto del Triunvirato, que era controlado por la oligarquía de aquel tiempo.

Por lo sorpresivo de la situación el gobierno estadounidense de Jhonson, debió trasladar al territorio nacional toda una incursión armada y de guerra de 42 mil marines que ocuparon el país tres días después del alzamiento militar y ante la posibilidad de que fuerzas castristas en connivencia con izquierdistas criollos intentaran imponer otra Cuba. Y lo que nunca ocurrió.

Para el 03 de septiembre de 1965 juró el nuevo gobierno provisional del diplomático Héctor García Godoy y como producto de un acuerdo interinstitucional patrocinado por la ONU,OEA y el Vaticano que lo negociaron entre las dos facciones que se disputaban el control político y administrativo del país, el llamado “gobierno izquierdista” presidido por el entonces coronel Alberto Caamaño Deñó, que tenía el respaldo del PRD y el gobierno de reconstrucción nacional, a cuya cabeza se encontraba el general Antonio Imbert Barreras y quien controlaba el 99 por ciento del territorio nacional, en tanto el grupo de Caamaño se encontraba cercado en las 42 cuadras del sector colonial capitaleño.

Durante esos meses, el avivamiento de las simpatías comunistas e izquierdistas se apoderaron de la juventud de la época y derivando en acciones terroristas y escaramuzas en las calles capitaleñas con miras de intentar destruir a las Fuerzas Armadas nacionales.

Ese ambiente guerrista tuvo su expresión mayor, desde el momento que todas las fuerzas de la izquierda y con el PRD y el fracasado expresidente Juan Bosch a la cabeza, se lanzaron a una campaña desestabilizadora y suicida de enfrentamientos anárquicos y terroristas y teniendo de excusa a los militares nacionales.

Fue en ese ámbito que se produjo la campaña electoral más sangrienta que ha tenido este país y en la que los expresidentes Joaquín Balaguer y Juan Bosch se disputaban el poder, terminando de definirse la situación, cuando la mayoría de los electores votaron a favor de Balaguer, cuyo triunfo de inmediato fue rechazado violentamente y proyectándose mucho más sangriento, al momento que Balaguer juró al cargo el primero de julio de 1966.

A partir de este hecho, la supuesta izquierda comunista quiso aplicar su política terrorista de asesinatos de militares (cerca de 500 entre 1966-1974) y de asesinatos entre los propios grupos “comunistas“ que iniciaron una guerra paralela fratricida en la que grupos delincuenciales como Corecato, MPD, PCD, Pacoredo, etc generaron más de 100 muertos de jóvenes incautos que eran utilizados como pistoleros-sicarios para matar militares y “anticomunistas”.

De esos crímenes no se habla y no se les dice la verdad a los jóvenes izquierdistas de estos tiempos y solo se insiste en hablar de “Balaguer el asesino”, como tampoco se dice nada, de que si la misma izquierda no mató a más jóvenes, se debió a que el presidente Balaguer logró un acuerdo con el gobierno estadounidense y para otorgarle sin discriminación alguna, visados a cuanto joven quisiera tenerlo y para irse a EEUU y que fue el mecanismo precautorio que se pudo utilizar para salvar las vidas de jóvenes como los hermanos Gómez Mazara y para citar un caso y que fue una política de protección de derechos humanos que salvó a más de 600 jóvenes y quienes podrían ser víctimas de la respuesta militar agresiva del gobierno a quienes intentaban afectar la paz pública y hasta querer derrocar al gobierno balaguerista.

Lamentablemente esta otra cara de aquella realidad no se habla y empecinadamente se les oculta a los jóvenes de la izquierda mansa de ahora. Pero esto no es todo, sino que, para las elecciones del 1982, vísperas del triunfo del presidente Salvador Jorge Blanco (PRD) una coalición de dos grupos de “izquierdistas” fue con sus candidatos a aquellos comicios y por los resultados, se descubrió que la izquierda como tal, no tenía un respaldo popular cierto.

Traigamos a escena al izquierdista, Ramón Arturo Guerrero, que fue delegado electoral en esas elecciones y para que se compruebe lo que decimos: “Los resultados fueron que de un millón 830 mil 730 votos presidenciales emitidos en esas elecciones a la izquierda le correspondieron 33,731 votos, el 1.84% (9,033 de la UPA, 6,217 del BS, 11,241 del PCD y 7,240 del MPS). De un millón 807 mil 094 votos municipales y provinciales, la izquierda obtuvo 40,190, o sea el 2.22% (12,979 de la UPA, 7,917 del BS, 12,101 del PCD y 7,193 del MPS)” y lo que publicó en el digital, Acento, el 27-07-2013 y el que ahora se entiende “la voz de la izquierda y de los elementos progresistas” y desde luego, subvencionado con dinero de la derecha política, social y económica. Y es que, en este punto, la llamada “izquierda”, nunca ha dejado de ser la farsante de opinión que es.

Si realmente la juventud que cree que el elemento izquierdista o progresista es uno de autoridad moral y no solo que Balaguer “el asesino y genocida” le destruyó, seguro que los interesados deberían ahondar en estos datos que retratan una realidad viva e imposible de desmentir o descalificar.

Balaguer simplemente actuó dentro del espíritu de la Guerra Fría y en un lapso en el que la izquierda radical quería derrocar su gobierno e intentar asesinarlo y cuyo último intento fue en el 1973 con la fracasada excursión guerrillera castrista de Playa Caracoles, que tiró a nuestras playas al desertor militar, guerrillero y traidor, Caamaño Deñó.

Son hechos, que gusten o no, así sucedieron y que es imposible ignorar o desvirtuar y que es la razón de que ahora hablemos sobre esa historia al revés que la supuesta izquierda dominicana defiende con uñas y dientes y porque sabe, que es la única forma de ocultar sus propios crímenes, delaciones y desvergüenzas y que es la razón por la que creemos, que Balaguer es merecedor de una disculpa. (DAG) 18.11.2023