Quienes conocemos el ejercicio periodístico del actual director del Listín Diario, ahora prohombre del periodismo que ejerce y ayer, anatema artero contra el periodismo independiente y sobre todo en el periodismo digital, pueda que aún se sorprenda de su característica de doble moral que ahora en el umbral de la ancianidad, parecería que les muy difícil escapar.
Solo recordar sus programas electrónicos en la radio y la televisión y una que otra vez en alguna columna de opinión arremetiendo contra quienes entendía no dignos de ser periodistas, satanizándolos en extremo y hasta de grosero pretendiendo vulnerar su propia moral, no podemos menos que sorprendernos viéndole ahora en su nuevo papel de defensor a ultranza de un periodismo nuevo y ciudadano que es la representación absoluta de la libre expresión de los ciudadanos y frente al periodismo de compromiso de los medios y periodistas de la prensa escrita tradicional.
Pero a quienes atacaba y como estos estos siempre han sido personas y periodistas decentes y los arrebatos personales no los ahogan, celebramos que ahora Franjul y aun cuando sea como mascarada propagandística personal y que no es difícil de no suponer, cuando es hasta funcionario público y especie de supervisor mediático del mismo gobierno, celebramos que hubiese presentado un informe sobre el periodismo dominicano y ante los miembros de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) que se reunieron en estos pasados días en su Asamblea General 81 en Punta Cana.
Dejando a un lado subjetividades en las que Franjul es buen artesano, hay que solidarizarse con el informe presentado, pues contra todo pronóstico, ha sido uno adecuadamente planteado en términos realistas sobre el acoso y amenazas que pende sobre el periodismo nacional y con mayor énfasis en el derecho a la libre expresión de los ciudadanos y con particular interés en el ejercicio del periodismo ciudadano en las redes sociales, en donde el bandolerismo político, mediática y empresarial hasta ahora no ha podido penetrar, aunque hace amagos con determinados exponentes que utilizan los reality show como armas de penetración masiva para manipular a la atrapada opinión pública y desde sus lupanares mediáticos.
Habría que esperar, que ahora que Franjul ha producido su destape profesional aun difuso, este le sirva de impulso, para por lo menos ser un viejo periodista que le gustaría reivindicarse como tal y ejerciendo en el inicio de su vejez, uno firme y responsable y critico contra el sistema mediático tradicional tan espurio y solo para grupos económicos que hasta ahora ha representado.
Y lo que nos obliga a decir, que Franjul defiende a Franjul y luego al Listín Diario y más atrás al resto del periodismo. (DAG-OJO)