Hay opiniones como que no se entienden ¿y por qué el presidente Abinader debe renunciar a su derecho de ir a su reelección constitucional?

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Se entiende, que cuando un presidente de la República efectúa todas suertes de maquinaciones para imponer su reelección no constitucional y que han sido los casos de los expresidentes, Leonel Fernández y Danilo Medina, desde las fuerzas vivas de la nación surjan opiniones en contra y que hasta le reclamen a esos presidentes que no tienen derecho a continuar en un poder que la misma Carta Magna no les confiere.

Pero caso distinto, es el referente a la situación del presidente Luis Abinader, quien legal y legítimamente tiene derecho a la única reelección constitucional y que como está dispuesto en la Carta Magna es solo una y para que en el caso de ganarla complete dos periodos de gobierno.

Si esto es así, que haya ciudadanos preocupados porque “mi amigo Luis” se exponga a una reelección de la que y según esas voces tan amistosas, la perdería irremediablemente y para colmos, dentro de un supuesto manto de descrédito político y personal innecesarios, entendemos, que sería atentar contra el derecho ciudadano y constitucional del presidente, a repostularse dentro de las circunstancias legales y legitimas que le corresponden.

En este sentido, es extremadamente aventurado presagiar situaciones lastimosas ante un panorama político actual, del que por ningún lado pudiera entenderse que la probable inclinación presidencial a su reelección constitucional fuera un exceso al momento de que se habra el periodo legal electoral, que hasta donde se conoce, está contemplado cerca del primer trimestre del año que viene.

A cambio, si creemos que es una actitud provocadora y hasta de necios, que funcionarios gubernamentales patrocinen los grupos de “activistas espontáneos” que sospechosamente se congregan con gran griterío reeleccionista en los actos públicos en los que comparece el primer mandatario y sin importar su naturaleza.

Actos, que no solo que no hablan nada bien del gobierno, sino que, al mismo tiempo, los adversarios escondidos que Abinader tiene dentro del PRM, los incentivan y a lo que entienden, es el mejor modo para desacreditar al mismo Abinader y por lo que, si se está a cuatro meses de la apertura del periodo electoral, no le encontramos ni pies ni cabeza a la pésima actitud de los funcionarios que se dicen “reeleccionistas”, favoreciendo y financiando esas movilizaciones.

De Abinader y con el que nunca ha habido una conversación personal con quien escribe y solo de nuestra parte, opiniones críticas públicas respecto a su accionar como político opositor, pero que ahora y ya en el gobierno y al ver la pandilla de facinerosos mediáticos y políticos que se dicen “amigos” y de nuestro lado, con miras de hacer el necesario contrapeso de opinión imprescindible para un gobierno democrático, hemos creído firmemente, que si al mandatario se le deja sin un punto de opinión del que él pueda extraer una conclusión positiva y al analizar todos los puntos de vistas contrarios, que entonces se estaría contribuyendo a que los enemigos de la República se aprovechen de ese vacío, lo socaven y desacrediten mediáticamente.

Justo por tener esa apreciación, aparte de que cómo medio de comunicación, nunca hemos dejado de creer en el derecho constitucional a la reelección de cualquier político y para todos los cargos de elección directa, consideramos que al presidente hay que alentarlo a que no abandone la alternativa de su derecho a participar en procura de su reelección constitucional.

Sí es verdad, que en el camino se encontrará con todas clases de obstáculos y sinsabores, pero que por más endiablados que estos sean, tampoco sería que fuera un impedimento real, cuando en este país y como Balaguer demostrara en una de sus reelecciones más críticas, con el país apagado y miles de conductores haciendo filas de más de cinco horas para buscar combustibles para sus vehículos; hablamos de la década de los años setenta del siglo pasado, cualquier reelección puede darse y mucho más, si la oposición desertó de sus responsabilidades y como ocurriera cuando el llamado “ Acuerdo de Santiago”

En consecuencia, no creemos que Abinader y si se decide por ir en procura de su reelección. El presidente vaya a cometer un exceso que afectara la gobernabilidad y aun como siempre existiera el riesgo, de que por una u otra razón o por la traición interna de su propio partido, pudiera perder la alternativa.  Además, el dicho popular lo recuerda, “quien no se arriesga, ni gana y tampoco pierde y menos empata”.

Por eso, a ciertos opinantes dentro de las fuerzas vivas y a los que no les presumimos buena fe y sí que son unos incautos que hablan por boca de ganso a favor de otro, hay que decirles, que deben acostumbrarse a mirar el todo y no una parte y si es que en verdad quieren tener una adecuada perspectiva de la situación que tocan.

A ver, ¿cuál es el fundamento cierto de toda reelección?, el espíritu entre conservador y oportunista de la mayoría de los dominicanos y quienes para nada quieren estar ni de lejos con la posibilidad de que un gobernante no los beneficie y que es la razón del porqué muchos en tiempos preelectorales les da el mal de san Vito y gritan y se ponen histéricos y de solo pensar que se quedaron fuera de quien dispensa favores.

Precisamente por semejante actitud tan de pobre de espíritu, es que hay tantos cambia chaquetas y de uno y del otro lado del espectro político, mediático  y social y el arribismo es la nota común de todo oportunista de la pequeña y baja burguesía principalmente. Y paradójicamente, es la razón, de que quien sea presidente de la Republica en ejercicio, siempre cuenta con el 30 por ciento de voto duro y mucho más si se entiende que puede continuar.

Loco sería Abinader, si rechaza la oportunidad de beneficiarse de ese 30 por ciento de voto duro, cuando sus probables adversarios y en el caso de que vaya finalmente a su reelección constitucional, apenas cuentan y fuera de propaganda, con un cinco o un diez por ciento de voto duro.

La política, no solo que es el arte de la transacción dentro de lo posible, sino que es lo que es y con todos sus aspectos buenos y malos y solo el político realmente gladiador en la arena electoral, es el que finalmente tendrá derecho a salir triunfante. Y este medio y creyendo hablar por los millones de dominicanos que le votaron en el 2020, de los que apenas, si el diez por ciento se ha perdido en el transcurso de su gobierno, es mucho, consideramos que Abinader tiene hasta ahora todas las condiciones para que su reelección constitucional sea exitosa y firme. Por eso el presidente debe hacer oídos sordos a quienes no quieren su bien y menos el de la nación.

Para nosotros, pues, sí que tiene sentido que observemos, que hay opiniones como que no se entienden ¿y por qué el presidente Abinader debe renunciar a su derecho de ir a su reelección constitucional? (DAG)