Todavía no nos reponemos de la sorpresa y al conocer el editorial de hoy del matutino centenario capitaleño, incitando a matar delincuentes y con el titular de “destruyan esas bandas” y que es una incitación desproporcionada e impropia de un medio de comunicación y de información de masas que se respete y menos, de uno que ocupa una de las vicepresidencias de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
Nadie en su sano juicio puede estar de acuerdo con que la persecución de las bandas callejeras haya que constituirla en una carnicería, como tampoco se puede aceptar que los psicópatas policiales asesinen a mansalva y torturen ciudadanos apresados en sus cuarteles.
Incitar a que el gobierno se constituya en un ente represivo y asesino y como lo hace ese matutino, es ir en contra de lo que debe de ser un genuino estado de derecho y protestamos por ello, pues por más crímenes que las bandas callejeras realicen y siempre en connivencia con la policía de los cuarteles barriales de nuestras ciudades, es una monstruosidad que no tiene nombre.
Además, por el solo hecho de efectuar semejante incitación, el periódico de que se trate está violando principios legales inmutables, que en caso de que alguien perjudicado le demande y lo que perfectamente podría hacerse, le acarrearía serias consecuencias a su director como al rotativo en sí. ¿Y es que allí no hay consejeros legales que le adviertan sobre este particular? (OJO)